LA GRAN PELEA
“Y dijo: Hashem, el D-s de mi señor Abraham, que se presente frente a mí, hoy...” (Bereshit 24,12)
El Saba Minovardok ztz”l se formula, en su libro “Madregat Haadam” varias preguntas ante la extraña conducta y las declaraciones de Eliezer, el servidor de Abraham Avinu.
1) ¿Para qué necesitaba Eliezer rezar al Bore Olam para que lo ayude a tener éxito en su misión? ¿Acaso no le alcanzaba con suponer, algo seguro, que Abraham Avinu iba a rezar por su éxito?
2) ¿Por qué le dio a Rivka joyas y regalos en el mismo momento en que intuyó que ella podría ser la mujer buscada?
3) ¿Por qué dijo que no podía comer hasta que diga lo que debía decir?
4) ¿Por qué se preocupó para irse de la casa de Betuel lo más rápido posible?
5) ¿Acaso todo este proceder ayudaría al éxito en su misión?
Dice el Saba, que todas estas cosas eran los instrumentos que poseía Eliezer para combatir en su guerra interior frente a sus intereses personales. Son conocidas las palabras de Jazal: Eliezer le dice a Abraham que existe la posibilidad de que la mujer no quiera venir con él, porque quería que su propia hija sea la esposa de Itzjak. Su intereses estaban en contra de la misma misión, ¿para qué necesitaba buscar una mujer para Itzjak? Abraham, aquí está mi hija para casarse con tu hijo!!
Eliezer sabía que debía cumplir la misión encargada por Abraham pero también sabía que su corazón iba en sentido contrario, debía hacer algo especial porque sus sentimientos no le permitirían comportarse correctamente.
Y podía salir del paso intentando no pensar en su interés o haciendo “esfuerzos” por cumplir su cometido, pero todo lo inclinaría cada vez más a caer en sus intereses.
Por eso, Eliezer decidió salir al campo de batalla con toda su fuerza enfrentando a sus intereses, inclinando la balanza con todo su peso hacia el sentido contrario. Como escribe el Rambam (leyes Deot, cap.2): “cuando queremos cambiar una cualidad no buena, lo mejor es alejarnos, escaparnos al lado opuesto de esa cualidad. Comportarnos de forma contraria a esa mala cualidad por un tiempo largo, para luego continuar y seguir por el camino normal”.
Y podemos comparar las palabras del Rambam con una barra de metal que pretendemos enderezar. Para lograrlo, primero debemos doblar la barra hacia el otro lado, porque siempre al dejar de hacer fuerza, el metal vuelve sobre sí mismo. Entonces, si doblamos de más, hacia el otro lado, finalmente la barra quedará derecha... Por eso, Eliezer, con mucho esfuerzo, se inclina hacia el otro lado, hasta como exagerando en su firme intención de encontrar a la esposa de Itzjak entre los familiares de Abraham Avinu, aumentando en palabras, expresiones y acciones para llevar a la práctica su cometido en forma completa...
Como primera cosa, Eliezer elige el rezo, para obtener “siata dishmaia”, para librarse de los sentimientos contrarios al pedido de Abraham. Cuando ve en Rivka las señales que indican que es la mujer buscada, enseguida le entrega los regalos. Aunque todavía no sabe si pertenece a la familia de Abraham, lo que provocaría que Eliezer tenga después que pagar por los regalos entregados a la persona equivocada. A Eliezer esto no le importa, si no es la mujer correcta, tendrá que pagar los gastos a Abraham, pero si Rivka es la mujer que debe llevar para Itzjak, los regalos entregados en forma prematura, ayudarán a que la decisión de acompañar a Eliezer abandonando su casa sea más fácil de tomar.
Además, como Eliezer sospechaba que su prejuicio empujaría a no dar los regalos en un caso como este, de duda, por eso se apuró a entregarlos, prosiguiendo su lucha contra sus sentimientos y pasando rápidamente al lado opuesto, haciendo nuevamente algo contrario a toda lógica...
Y no podía comer hasta después de hablar, por el mismo motivo, para no dejar que sus sentimientos entren en acción y arruinen lo conseguido hasta el momento. Y cuando los familiares le piden que espere un poco, que no se vayan tan rápido y se queden en la casa de ellos unos días o un tiempo más, otra vez tiene miedo que se sienta cómodo con ellos en lugar de volver y llevar la mujer para Iztjak, por eso actúa contra la corriente y decide partir de inmediato.
Sobre esto dijeron Jazal: es más linda la conversación de Eliezer que la Tora de los hijos, porque toda la Tora no fue dada sino para corregir nuestras cualidades, y vemos que todo lo que hace Eliezer es solamente para ese fin...
Un capítulo entero de nuestra Tora dedicado a la conversación de Eliezer, el servidor de Abraham, que nos muestra su lucha contra sus deseos, que nos enseña uno de los caminos para corregir nuestras cualidades. Por eso entendemos por qué la Tora “alarga” tanto que a veces parece que repite. Pero no repite, solamente pretende enseñarnos la importancia, lo que significa corregir una cualidad no buena.
Esta es la finalidad de la Tora, que podamos corregir nuestras cualidades, como dijeron Jazal en la Guemara (Shabat 89), cuando los ángeles reclaman que la Tora deben recibirla ellos: “que la Tora quede en el cielo”, Moshe Rabenu les contesta: “entre ustedes no existe la envidia, entre ustedes no existe el odio” (ustedes no tienen malas cualidades que necesiten corregir).
* * *
La forma de conducirse de Eliezer, el pasar de un extremo a otro para evitar caer lentamente en las garras de los sentimientos, la podemos palpar entre las acciones del rab hagaon Israel Salanter ztz”l.
Viajaba en tren desde la ciudad de Kubna rumbo a Vilna. Como era su costumbre, viajaba solo, sin nadie que lo acompañara, y en el viaje usaba ropas comunes, como la que usaba cualquier otra persona.
A su lado, estaba sentado un hombre, que parecía un rab, o por lo menos, un estudioso de nuestra Tora. Rabi Israel encendió un cigarrillo, ya que estaban en uno de los vagones en que se permitía fumar. El hombre, con prepotencia le dijo que no soportaba el olor del cigarrillo.
No pasó mucho tiempo, y nuevamente se volvieron a escuchar las quejas del compañero de asiento: “¿cómo es posible estar sentado al lado de este anciano que abre la ventana cuando hace tanto frío?”
Otra vez rabi Israel cambió la respuesta lógica y le dijo: “perdóneme, por favor, yo no abrí la ventana, pero si le molesta el frío la puedo cerrar”. Rabi Israel se levantó y cerró la ventana!!!
Cuando el tren llegó a Vilna, se había congregado mucha gente para recibir al gran sabio, lleno de santidad, rabi Israel. El compañero de asiento bajó de tren y viendo tanta gente le preguntó a uno de ellos: ¿a qué se debe semejante multitud?
Y le contestaron en forma de pregunta: ¿acaso no sabés que rabenu Israel Misalant llegó en este tren?
De pronto todo se le hizo claro, pero a la vez se le oscurecieron los ojos. Toda la noche no pudo dormir, mientras se le revolvía el estómago, ¿a quién hizo sufrir, a quién humilló?
Por la mañana fue a buscar a rabi Israel, que estaba hospedado en la casa de su yerno. Cuando lo vio, antes de que pueda abrir la boca para decir algo, se anticipó rabi Israel con una sonrisa:
Sentate, por favor, ¿cómo estás?, ¿pudiste descansar del viaje?, el hombre se quedó helado al escuchar semejante recibimiento, tan cálido, y ahí mismo, explotó en llanto, pidiéndole perdón a rabi Israel...
Rabi Israel intentó calmarlo, le dijo que no se preocupe por nada, que no necesitaba perdonarlo porque nunca llegó a enojarse, no había nada en su corazón, y dijo: el que se afirma en una posición es porque se equivocó y supo corregirse. Y entraron en una amena charla sobre temas de Tora, y en especial reproche y corrección de cualidades.
Cuando se levanta para irse, rabi Israel le pregunta sobre el motivo de su viaje a Vilna. Vine para obtener el “diploma” que me permita hacer “Shejita” a los animales. -Ah, si a eso viniste, yo mismo te puedo ayudar, dijo rabi Israel, mi yerno es uno de los principales rabinos de la ciudad, y ya le estoy pidiendo que te ayude a conseguir lo que necesitás...
Las puertas parecieron abrirse de pronto para este hombre. Rabi Eliahu Eliezer Grodzenski (el yerno) lo recibió y comenzó a intercambiar opiniones sobre leyes de Shejita. Pero, enseguida descubrió que le faltaba mucho estudio todavía para obtener su permiso.
Rabi Israel entendió que a causa de su soberbia y prepotencia, suponía que podía pasar un examen a pesar de carecer de los conocimientos. Pero no quiso “aplastarlo” y le dijo: seguramente que todavía debés estar muy agotado del viaje. Descansando unos días podrás volver a intentarlo en unos días. El estudiante estaba tan perturbado que con dificultad encontró la puerta para salir. Pasaron unos días y no había noticias de él.
Rabi Israel salió a buscarlo. Lo encontró en el lugar en que se alojaba y le preguntó por qué no volvió a rendir su examen. Le contestó que agradecía la preocupación del rab, pero comprendió que no estaba preparado y decidió volver a su casa.
Rabi Israel no permitió que hiciera tal cosa, y lo convenció para que vuelva a estudiar bien las leyes de Shejita. El mismo le consiguió un Shojet experimentado para que estudie con él y también lo ayudó a solventar los gastos de su prolongada estadía. En pocos días los esfuerzos de rabi Israel dieron frutos. El muchacho estudió con seriedad y rindió examen exitosamente ante varios grandes rabanim. Y allí no terminó rabi Israel, también le buscó una ciudad donde pudiera trabajar como Shojet.
Le preguntaron después, ¿por qué tanto? Porque cuando vino a pedirme perdón le dije que en mi corazón no había nada, y a toda costa necesitaba demostrarme a mí mismo que mis palabras eran verdaderas...
Lekaj Tov.
Leiluy Nishmat
Harabanit Shifra bat R. Biniamin ?"?