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Vida Judía

Rab Arie, un querido y precioso judío

Los Paquetes de Comida Rab Arie Levin (Marzo 22, 1885 - Marzo 28, 1969), no sólo daba dinero como caridad, sino que también él daba de sí mismo, o mejor dicho, se daba así mismo. Daba todas sus fuerzas y su  energía. En el año 1948 durante
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Los Paquetes de Comida

Rab Arie Levin (Marzo 22, 1885 - Marzo 28, 1969), no sólo daba dinero como caridad, sino que también él daba de sí mismo, o mejor dicho, se daba así mismo. Daba todas sus fuerzas y su  energía.

En el año 1948 durante la guerra de la independencia, el Estado de Israel atacado por los países árabes, se transformó en un desesperado campo de batalla, luchando por su supervivencia.

Gran parte de Israel, después de la partición del país y de Jerusalem por las Naciones Unidas, y se encontró bajo el sitio y el ataque enemigo.

Egipto, Transjordania, Siria y las fuerzas expedicionarias de Irak entraron y atacaron asentamientos en el territorio de Israel. Las fuerzas invasoras y los mercenarios agregados a ellos, tomaron el control de las áreas árabes en el norte y el sur, e inmediatamente atacaron en distintas posiciones al débil ejercito en formación que tenía en ese entonces Israel.

La Haganá,  la fuerza militar israelí defendía con los pocos medios militares y “soldados”, a los kibutzim y las ciudades. Por otro lado trataban desesperadamente liberar la carretera a Jerusalem que estaba bloqueada por los arabes y la guerrilla de los pueblos colindantes.

El bloqueo cortó del todo el suministro de alimentos, agua y municiones a la cuidad. ¡Jerusalem estaba citada nuevamente! El hambre y el pánico se sentía por todas partes, mientras otra tragedia, el ataque de artillería de la “Legión”, ejercito  jordano, el mejor que tenían los ofensores ¡entrenado por los mismos ingleses!  comenzó desde los montes de Jerusalem, un ataque con cañones sobre la cuidad causando un gran numero de muertos y heridos entre la población.

La ciudad sufría de una severa escasez de comida, las raciones diarias eran minúsculas. Sin embargo, los miembros de los movimientos clandestinos de liberación, asentados en sus puestos militares, se las arreglaban para tener “suficiente” alimento para poder subsistir y defender la ciudad.

Recordando a su rabino, el Zadik Rab Arie, quien había hecho tanta bondad con ellos incluso en los días que ellos mismos estaban encarcelados por los ingleses durante el mandato británico, como agradecimiento, en este momento tan difícil, le enviaron a Rab Arie y a su familia paquetes de comida, pero Rab Arie, sin perder el tiempo, tomaba los paquetes y salía de su casa apresuradamente para distribuir la comida tan apreciada entre los vecinos hambrientos…

Confianza en D-os
Durante los días de la Primer Guerra Mundial había mucho hambre en Jerusalem. Las personas caían en las calles por el hambre. Incluso el Rab Arie Levin, el tzadik de Jerusalem, no tenía comida en su casa, y no tenía medios para alimentar a sus hijos.

En una ocación, Rab Arie escuchó que uno de los hombres ricos de la ciudad, alguien que ya había ayudado al Rab  en el pasado, estaba dando préstamos de dinero. La esposa del Rab Arie le suplicó que vaya hasta lo de este hombre e intente conseguir un préstamo. A pesar de que esto iba en contra de su naturaleza , él se dio cuenta que bajo tales circunstancias no tenía otra opción.

Y así Rab Arie fue a la casa de este hombre, pero para su asombro, su requerimiento fue rechazado. El Rab le pidió al hombre una explicación sobre el rechazo, sabiendo que muchos otros estaban recibiendo los préstamos.

La respuesta que recibió fue honesta y explícita: "A otros yo debo prestarles dinero, pues ellos saben que yo tengo, y si yo no les doy, ellos me odiarán o se vengarán de mi. Pero yo sé que usted es un tzadik y no dañaría ni a una mosca. Y es por eso que estoy seguro que no me causará sufrimiento a causa de mi rechazo, y no tomará venganza ni me odiará".

Esta cruel explicación sobresaltó a Rab Arie, pero de todas maneras encontró en su corazón lugar para perdonar al hombre, a pesar de que él no lo ayudaría sabiendo que  sus hijos estaban hambrientos. Rab Arie regresó a casa y lloró: "¿Señor del Universo, el no tomar venganza y no dañar a las personas, es una razón para morirse de hambre?".

Su mujer lo escuchó y lo amonestó diciendo: "Reb Arie, ¿dónde está tu confianza en D'os? ¿Acaso ha desaparecido?". Y luego ella citó el versículo (Tehilim 146:3) que dice: "No confíes en los ricos, en las personas de las cuales no se obtiene la salvación". La Rabanit le dijo: "tú lo has intentado". Y luego citó otro versículo (Tehilim 55:23): "Tira tu carga a D'os y Él te sustentará".

En ese mismo día, misteriosamente, llegó desde otro país un sobre para el Rab Arie con una gran cantidad de dinero en su interior …

Rab Iaacov Rakovsky, el rabino del centro médico Hadasa, contó lo siguiente:
Cuando Rab Arie cayó víctima de su última y difícil enfermedad,  fue confinado a su cama en el hospital. Cuánta angustia y lágrimas vi en su rostro, entonces, él me reveló por qué tenía tanta angustia: "Reb Iaacov, me dijo, ¿no puedo ir a visitar a los enfermos? ¿Cómo puede ser?".

“Le contesté, "Pero usted mismo está enfermo". Inmediatamente él me respondió: “¿Acaso una persona enferma está exenta de la mitzvá de visitar a los enfermos, o una persona pobre que vive de la caridad acaso está exenta de la mitzvá de dar caridad?.

Y cuentan que nadie pudo pararlo. Tan pronto como su condición mejoró un poco, se puso la bata del hospital y fue a ver a los otros pacientes en las habitaciones cercanas para ver cómo se sentían. Cuando la noticia se esparció por todo el hospital de que Rab Arie estaba allí, día tras día los pacientes llegaban hasta él por docenas, para poder recibir su bendición. Su habitación se convirtió en el lugar de rezo y súplica al D'os misericordioso.

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¿Quién era Rab Arie?, el Padre de los prisioneros (Traducido de Wikipedia)


En 1931, a pedido de las autoriddes del Mandato Británico, el Gran Rabino Abraham Isaac Kook nombró a Reb Arie Levin el Capellán oficial de la prisión judía, un puesto que ocupó informalmente desde 1927. Aceptó con la condición de que no recibiera ningún pago. Caminaba desde su casa en Najlaot para visitar a los prisioneros judíos detenidos en el “Compuesto ruso” acusados de posesión de armas o contrabando. La mayoría de los prisioneros eran miembros de Palmach, Haganah, Irgun o Lehi.  Reb Arie rezó con los prisioneros y transmitió mensajes a sus familias. La sala 29 de la Prisión Central de Jerusalén (ahora el Museo de los Prisioneros Subterráneos) se utilizó como sinagoga en Shabat y días festivos. Mattityahu Shmuelevitz, cuya sentencia de muerte fue conmutada por cadena perpetua, le escribió a un amigo: “…Sin embargo, hay una persona en particular a quien le agradezco ante todo; un querido y precioso judío del que no me dijiste nada; pero fue él quien asaltó el cielo y la tierra por mí; y lo que es más importante: fue él quien me acercó a mi Hacedor en esos días fatídicos ... Se iva y nos quedábamos en la prisión, el no podía llevarnos con él al mundo libre, pero siempre nos traía para adentro el mundo exterior '.

'Los ojos de Reb Arie irradiaron amor y camaradería, y pronunció palabras suaves y relajantes de aliento a los encarcelados. Incluso los prisioneros más obstinados sucumbieron a su amor simple y sin mancha por su prójimo'. Reb Arie  hizo grandes esfuerzos para evitar las condenas de muerte y reducir el castigo de los condenados a cadena perpetua. Una vez se arrojó frente al vehículo del Alto Comisionado para que escuchara su apelación.

En 1965, el rabino Levin fue honrado en una ceremonia organizada por veteranos combatientes de la resistencia clandestina en honor a su cumpleaños. Se llevó a cabo en el patio de la antigua prisión central en el Compuesto ruso. Reb Arie  declaró: “La importancia de esta asamblea es que ha reunido a amigos. Además, esta buena reunión se lleva a cabo al otro lado de los barrotes de la prisión ...

Me alegra especialmente ver a las familias de los prisioneros,especialmente a los niños pequeños, ya que siempre he amado a los niños pequeños ”. Luego agregó: “No sé si tendré el privilegio de estar contigo nuevamente así. Todo lo que te pido es esto: diles a tus hijos: ¡había un viejo judío en Jerusalén que los amaba tanto! Con eso, se echó a llorar, y entre las miles de personas allí, no se encontró un ojo seco '.

 



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