¡Hashem mismo nos purifica en Yom Kippur! Un ángel no tiene hasagah (no tiene entendimiento) de lo que realmente es una neshamá -un alma- judía. Solo Hashem es un meiven -un entendido- en un Yiddishe neshamá y Él es quien nos purifica en Yom Kippur.
La taharah - purificación- de Yom Kipur se extiende por los cuatro días siguientes hasta Sucot. Esto se debe a que Hashem quiere que podamos entrar en la sucá y solo alguien que sea puro puede estar realmente en la sucá.
El Yid - el judío- está obligado a tener bitachon - seguridad- que está puro cuando llega Suct, no hay lugar a dudas. Ahora podemos vivir en la suca con un corazón feliz, en paz y con pureza.
La gente está confundida sobre lo que “se supone” que se debe pensar mientras agitan el lulav y el etrog. Hay kavanos esotéricas y místicas enseñadas por los mekubalim, pero estas no son relevantes para la persona promedio. Necesitaríamos una gran concentración intelectual para meditar sobre estos kavanot y la tefilá no es el momento para la actividad intelectual.
Nuestros cerebros son para aprender; ¡Para rezar necesitamos un corazón! Davening es cuando nuestros corazones se derraman, expresando nuestros sentimientos más profundos.
Entonces, ¿qué podemos “sentir” cuando agitamos el lulav? Las cuatro especies corresponden a las cuatro letras del nombre de Hashem. Los haddasim tienen forma de la letra yud, las aravot corresponden al primer Hei del nombre sagrado, el lulav tiene forma de vav y el etrog corresponde al último He. Cuando tomamos el lulav, estamos “sosteniendo” a Hashem en nuestras manos y podemos pedirle lo que queramos.
Cuando nos movemos hacia la derecha, el lado de Jesed, podemos rogarle a Hashem que nos bañe con su jesed - ????? ??? ????-???????, Hashem tu jesed es todo el día todos los días, por favor báñenos con su jesed.
Cuando sacudimos hacia el lado izquierdo que es Gevurah, podemos rogarle a Hashem que nos dé yirat shamayim -temor del cielo. El mayor placer que podemos tener es estar llenos de asombro y reverencia ante de Hashem. ¡Hashem!, probemos el deleite de yirat shamayim.
Cuando sacudimos hacia el frente, el lado de Tiferet, podemos rogarle a Hashem por la Torá, que es temimah, completa, perfecta, hermosa y equilibrada.
Levantando el lulav por encima de nuestras cabezas correspondiente a la sefirá de Netzach, podemos rogar ??????????? ??????? ?????????, quiero elevarte, mi Di-s el Rey. El nombre de Hashem debe ser santificado, que el terrible para quel jiilul Hashem que prevalece en nuestros tiempos debe ser puesto a un fin.
Para la sefirá de Hod, sacudimos el lulav hacia el suelo. No importa cuán bajos estemos, tan bajos que no solo estamos en she'ol, en el gehinom, sino que estamos estirados en el fondo mismo del gehinom, Tú estás ahí. Dondequiera que esté un judío, ahí es donde está Hashem.
Para la sefirá de Yesod, sacudimos el lulav hacia atras, al lado de la espalda, hacia el oeste. El oeste simboliza la dispersión del galut - la diáspora del pueblo judío. Ahora estamos en los recovecos más lejanos de Occidente porque estamos al final, en el fondo de la galut. Incluso si un judío es enviado al final del oeste, la mano de Hashem nos sostiene y nos guía para volver.
Sucot es un tesoro, hay tantas gemas preciosas en Sucot: la suca misma, el lulav y el etrog, el Halellos cantos de alabanza al Altísimo que recitamos todos los días de la fiesta y las fiestas de simjats beit hashoevah. Y luego eldzeia que concluye la fiesta Hoshana Rabbah, en elque circundamos el pulpito con la Torá 7 veces orando y pidiendo por losdistintosaspectos y necesidades de Am Israel. La última fiesta que viene pegada a Sucot es Shemini Atzeret y Simchas Torah en la quebailamos cantamos y nos regocijamos con la presencia de Hashem y su sagrada Torá . Cada uno de estos tesoros debe desempaquetarse, disfrutarse y absorberse.
Y lo más importante, ¡con todo corazón!