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PRECEPTOS AL DETALLE
“las atarás como señal sobre tu brazo y frontal entre tus ojos” (Devarim 6,8)
Tenemos preceptos “activos” (o positivos, o de hacer) de la Tora, aunque en verdad, hablaremos de dos preceptos que se repiten y estudian cuatro veces en la Tora: el precepto de ponerse el Tefilin del brazo y de la cabeza. Y con su postura se cumplen ocho preceptos al mismo tiempo. Y la persona que no se lo coloca golpea su alma con una pérdida sin medida…
¿Qué tenemos en ellos, en los Tefilin?
En el campamento de exterminio de Auschwitz, un oficial nazi sorprendió a un preso colocándose los Tefilin. Se había sacrificado tanto para conseguir sus Tefilin, y esconderlos en el campamento. “Una caja negra” sobre el brazo, sujeta con una correa negra que da siete vueltas al brazo, y “una caja negra” en la cabeza, y de ella se desprenden dos correas negras. El oficial nazi estaba seguro de que se trataba de un nuevo y sofisticado sistema secreto de comunicaciones. El hombre que estaba rezando intentó explicarle sobre su significado, pero sus palabras no fueron escuchadas. Sacó una navaja de su bolsillo y abrió las “cajas”, sacando las perashiot de su interior. Ahora informaba sobre unos pergaminos con letras negras y extrañas…
-¿Qué es esto?, gritó.
-Es nuestra identificación, intentó decir el iehudi. Nuestro certificado de afiliación…
-¿Afiliación?, preguntó con otro grito. Y arrojó los Tefilin hacia un rincón. El iehudi lanzó un gemido muy profundo, casi ahogado, y corrió a levantar los Tefilin. Se escuchó un disparo, el iehudi quedó allí, sobre la tierra, cubriendo sus queridos Tefilin. No alcanzó a explicar sobre su “identificación”…
Vamos a explicarlo nosotros, en su lugar.
Cuatro perashiot están escritas en los Tefilin. Las dos primeras hablan sobre la elección del pueblo de Israel de parte del Creador. Estas dos perashiot traen la tercera. Una respuesta natural, que la elección provoca otra elección, y el amor genera amor. El corazón del hombre es como un espejo, que refleja lo que recibe. Esto es la perasha: “Shema Israel, Hashem Elokenu, Hashem Ejad” (Escucha Israel, Hashem es nuestro D-s, Hashem es Uno), con la que nosotros elegimos a nuestro Creador. El es nuestro Conductor, es nuestro D-s, y no hay nada fuera de El. Y la continuación: “Veahavta…” (Amarás a Hashem, Tu D-s, con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu patrimonio).
La cuarta perasha es el complemento y el sellado de la serie. En verdad, fuimos elegidos con un amor maravilloso. Pero nuestra obligación de cumplir los preceptos no depende de nuestra voluntad y de nuestro amor. Fuimos ordenados a cumplirlos exclusivamente para nuestro bien, para nuestra satisfacción. Y si los cumplimos, grande será nuestra recompensa. Y si no, Jalila, terrible será el castigo. Esta es la perashat “Vehaiha Im Shamoa” (y será si escuchas), la perasha de la recompensa y el castigo.
Estas son las cosas que están escritas en las perashiot de los Tefilin, es el mensaje que nos transmiten. Pero la colocación de los Tefilin, es un precepto por sí mismo. Tiene un significado elevado y a la vez muy profundo, sin final.
El justo, escritor del “Heijal Haberaja” ztz”l, entregó sus Tefilin para revisarlos. Los revisó el “Sofer” (escriba), y los encontró en perfecto estado, con toda su exactitud y belleza. El “Sofer” volvió a introducir las perashiot en las cajitas, las cosió y las devolvió a su dueño. Cuando el justo recibió sus Tefilin, le dijo al “Sofer”: ¡no has colocado las perashiot en su orden correcto!
El “Sofer” estaba confundido. Los abrió nuevamente, y, en efecto, había colocado las perashiot en el orden indicado por “Rabenu Tam” y no en el orden de “Rashi”.
Se asombró el “Sofer”: ¡Rabenu tiene espíritu de profecía!!!
-No, para nada, contestó el justo. Pero sentí en ellos la luz de los Tefilin de Rabenu Tam, y no la luz de los Tefilin de Rashi, que están ordenados de diferente forma… Dichoso el que siente…
Por esto, vemos, que la primera condición en los Tefilin es que están hechos según la Ley, hasta el más pequeño de los detalles…
Cuentan, que en la primera guerra mundial, muchos iehudim fueron arrancados de sus tierras, por las tropas rusas, que asesinaban y exterminaban todo lo que encontraban en su camino. Muchos iehudim lograron escapar, y entre ellos, el justo, rabi Iejiel Mijl Miturka ztz”l. Vio que muchos iehudim estaban sin sus Tefilin por haber escapado abruptamente. ¿Qué hizo? En medio de la guerra, con la escasez y la estrechez, abrió su propia “fábrica” de Tefilin. No tenía experiencia, pero sabía las leyes a la perfección, curtió los cueros con Santidad, también las cajas y escribió las perashiot con Santidad y pureza, además de poner las intenciones correctas. Luego escribió en una libreta los nombres y direcciones de los iehudim que recibieron estos Tefilin.
Cuando terminó la guerra, el justo contrató escribas, especialistas en la escritura de Tefilin, y los sentó a escribir las perashiot. Después reemplazó todos los Tefilin que escribió él por estos nuevos Tefilin.
Los dueños se quejaron: ¡no queremos estos nuevos Tefilin!, queremos los Tefilin que escribió el justo con Santidad y pureza, y no los escritos por estos sencillos escribas…
El justo les contestó: escuchen, por favor. Yo no soy un “Sofer” de profesión. Puede ser que escribí las perashiot con gran Santidad, pero la belleza en la escritura se basa en la perfección que sólo puede lograr un “Sofer”, especialista, experto en su trabajo. Yo los escribí porque no tenía alternativa. La belleza, la categoría en los Tefilin, se logra con el detalle en las letras y en las leyes, y no sólo con la intención. Como ya pasó el momento de apremio, ahora deben colocarse los “mejores” Tefilin…
Los cambió y las perashiot que escribió las envió a la “Gueniza” (a enterrarse junto a las demás cosas sagradas).
Debemos saber: lo primero que Hashem nos exige, es la exactitud en el cuidado de la Halaja (Ley).
Traducido del libro Maian Hashavua.
Leiluy Nishmat
Israel Ben Shloime z”l
Lea (Luisa) Bat Rosa Aleha Hashalom
Iemima Bat Abraham Avinu Aleha Hashalom