Rav Yehuda Levi
Los ayunos, las 3 semanas y el 9 de Av

Un Exilio Temporario

En el libro de Levítico, al final de parashat Ajaré Mot, después de una larga lista de prohibiciones relacionadas con las relaciones prohibidas y la idolatría, nos dice la Torá: "No se impurifiquen haciendo estas cosas, pues por hacer estas cosas se impurif
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En el libro de Levítico, al final de parashat Ajaré Mot, después de una larga lista de prohibiciones relacionadas con las relaciones prohibidas y la idolatría, nos dice la Torá:

"No se impurifiquen haciendo estas cosas, pues por hacer estas cosas se impurificaron los pueblos que Yo echaré ante ustedes, y se impurificó la tierra y recordé su pecado sobre ella, y vomitó la tierra a sus habitantes.  Y cuidaréis Mis Leyes y Mis leyes y no haréis nada de todas estas abominaciones, ni el residente fijo ni el temporario.  Pues todas estas abominaciones hicieron las personas de la tierra que estuvieron antes que ustedes y se impurificó la tierra.  Para que la tierra no los vomite a ustedes por haberla impurificado, así como vomitó a la nación que estuvo antes que ustedes" (Vaikrá 18:24-28).

"Esto se asemeja al hijo de un rey al que le dieron de comer un alimento que se encontraba en mal estado y lo vomita.  Así ocurre con la tierra de Israel: ella no puede retener a quienes cometen transgresiones".    

D'os le aseguró al pueblo de Israel que aún si ellos impurificarán la tierra, ella no los vomitará eternamente.  Sólo las naciones que habitaban la tierra de Quenaan antes del ingreso del pueblo a ella fueron "vomitadas" por la tierra de Israel para que nunca más retornen para morar en ella, así como alguien nunca comerá algo que vomitó, puesto que es repugnante para él.

Pero el pueblo de Israel nunca fue arrojado afuera de su tierra para siempre.  Él solamente fue expulsado de ella provisoriamente a causa de sus pecados, pero algún día todo nuestro pueblo retornará a ella y la poseerá para siempre.  Su retorno depende solamente de su arrepentimiento y de la misericordia Divina, la cual apresurará el tiempo de la redención final.

El objetivo final del ayuno es subyugar a nuestro impulso del mal al restringirnos de los placeres mundanos, abriendo nuestros corazones, conmoviéndonos hasta el arrepentimiento y las buenas acciones, a través de las cuales las puertas de la misericordia Divina se abrirán para nosotros.

"D'os destruirá a la muerte para siempre, borrará las lágrimas de todos los rostros y hará que Su pueblo no sea avergonzado nuevamente…"

(Ieshaiahu - Isaías - 25:8)



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