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Sucot

Un Tiempo Para Agradecer

La fiesta de Sucot tiene relación con la finalización de la recolección de toda la producción del campo, es decir, con el momento en el que se la almacenaba.  En estos días de la fiesta de Sucot debemos pensar en toda la benevolencia que tuvo y tiene nues
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La fiesta de Sucot tiene relación con la finalización de la recolección de toda la producción del campo, es decir, con el momento en el que se la almacenaba.  En estos días de la fiesta de Sucot debemos pensar en toda la benevolencia que tuvo y tiene nuestro Creador con nosotros todo el tiempo y en toda situación.

 

Un Agradecimiento Consciente

Desde el Sucot pasado hemos disfrutado de Su bendición en el campo de lo económico, pues a pesar de que tal vez no nos fue tan bien como esperábamos, realmente hemos tenido la parnasá (sustento) necesaria para alimentarnos obteniendo todas las necesidades vitales.

Al referirnos a las necesidades vitales nos referimos a los alimentos básicos que nos permiten seguir con vida.  Es verdad.  Tal vez hubiéramos preferido comer productos más caros, más deliciosos o de mayor calidad.  Tal vez queríamos irnos de vacaciones a algún lado y no pudimos.  Tal vez deseábamos tener un auto.  De hecho, puede ser que ya nos habíamos acostumbrado a todas esas cosas y esa era nuestra forma de vida.

Pero a pesar de que es muy difícil desprenderse de lo que teníamos, tenemos que reconocer que si ahora estamos leyendo este artículo es porque gracias a D\'os seguimos con vida, y sabemos que hay muchas personas en el mundo que desgraciadamente murieron y mueren todo el tiempo porque realmente no tienen nada para comer.    

Es por eso que en la fiesta de Sucot debemos empequeñecernos y salir del lugar más seguro que tenemos, es decir nuestro hogar, para vivir durante los días de la fiesta en una sucá (cabaña).  De esta manera expresamos la idea de que toda nuestra seguridad está basada en Él, y no en nuestro poder económico o en nuestro esfuerzo para conseguir las cosas.

 

La Razón de la Seguridad

Realmente nosotros tenemos delante nuestro todo un escenario montado que nos induce a pensar que en el mundo no hay un D\'os.  Las cosas ocurren como si nadie las dirigiera desde arriba, y pareciera ser que todo depende de nosotros.  ¿Pero por qué en momentos límite de las personas, incluso los más alejados le piden directa o indirectamente a D\'os que los ayude?  La respuesta es que bien profundo en nuestra conciencia sabemos que nuestro poder es limitado y D\'os es quien finalmente decide qué futuro tendrán nuestras vidas.    

Cuando salimos de un lugar tan protegido de vientos, frío, calor y lluvias como lo es nuestro hogar para entrar a la sucá, experimentamos una sensación de inseguridad, nos sentimos indefensos y desprotegidos, y es en ese preciso momento que debemos recordar a D\'os, pues Él es la verdadera fuente de tranquilidad en todos los aspectos de nuestra vida y por eso debemos agradecerle.   

Pero además, en la fiesta de Sucot también podemos encontrar una interesante insinuación si prestáramos atención al hecho de que hace pocos días, en Iom Kipur, hemos sido juzgados y D\'os perdonó todos nuestros pecados porque vio nuestro arrepentimiento.

Se puede decir que cuando nosotros abandonamos nuestras casas y salimos a la sucá para vivir en ella a la intemperie durante algunos días, estamos mostrando de alguna manera, que hasta ahora nos escondimos en nuestras casas porque estábamos llenos de pecados y teníamos miedo de las consecuencias de los mismos, pero ahora que ya hemos sido perdonados, podemos salir de nuestras casas sin miedo alguno.

 

Iaacov Se Fue a Sucot

Y realmente esta idea también está insinuada en nuestra Sagrada Torá: A partir del capítulo 32 del libro de Bereshit (Génesis), la Torá nos cuenta acerca del regreso de nuestro patriarca Iaacov a la tierra de Israel.  Iaacov se había escapado de la casa de sus padres y de su tierra, pues su hermano Esav lo quería matar por haber tomado sus bendiciones, y ahora el reencuentro con su hermano Esav, ocurría después de que Iaacov Avinu había vivido bastantes años con su tío Labán.

Después del reencuentro, Esav le pidió que fueran juntos hacia el mismo lugar, pero Iaacov le explicó que eso le era imposible, pues él tenía niños pequeños y también ganado que debía cuidar, y por eso él debería viajar lentamente.  Entonces dice la Torá que Iaacov le pidió a su hermano Esav que se adelante, pero luego dice la Torá: \"Retornó en ese día Esav a su camino, hacia Seir.  Mas Iaacov fue hacia Sucot?\" (Bereshit -Génesis- 33:16-17).  A pesar de que en sus palabras Iaacov Avinu le insinuó a su hermano Esav que él iría al mismo lugar que él, pero sin viajar juntos, inesperadamente vemos que Iaacov no siguió el camino de su hermano Esav, sino que se fue por otro rumbo.

Este episodio se puede interpretar de la siguiente manera: Esav simboliza al iétzer hará (instinto del mal) y nuestro patriarca Iaacov simboliza a todo el pueblo de Israel.

Además, Seir - el nombre del lugar hacia donde fue Esav - significa en hebreo: \"chivo\" y alude al chivo expiatorio que se enviaba en Iom Kipur a un lugar en el desierto llamado Azazel.  Mediante este ritual D\'os perdonaba los pecados de los hijos de Israel, como explica la Torá en el libro de Vaikrá (Levítico) capítulo 18.   

La explicación es la siguiente: Después de que el instinto del mal - representado por Esav - ve que el chivo fue enviado al desierto, ya no denuncia más los pecados de los hijos de Israel porque piensa que ellos enviaron un sacrificio a otros dioses, y los abandona a ellos regresando a su lugar en el desierto, (\"Retornó en ese día Esav a su camino, hacia Seir\").  Entonces, cuando el pueblo de Israel - representado por Iaacov - ve que el instinto del mal los abandonó, salen a la sucá demostrando así que ya no temen por los pecados cometidos (\"Mas Iaacov fue hacia Sucot\"). 

Basado en los libros \"Tzeror Hamor\" y \"Sifté Cohén\"



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