Levítico 26:3 - 27:34
El comienzo de la parashá de esta semana describe el sistema de causa y efecto específico de las acciones humanas. "Si ustedes seguirán las leyes, entonces tendrán abundancia… pero si ustedes romperán el pacto, tendrán sufrimientos…".
La idea de que "las elecciones son significativas" es tan básica para el judaísmo que está expresada en el primer versículo de la Biblia: "En el comienzo, D'os creó los cielos y la tierra".
Hay dos maneras de entender el origen de la vida: O es accidental o adrede.
¿Cuáles son las implicaciones de este argumento?
Si el mundo es un accidente, entonces yo también. No hay propósito para mi creación, no hay una "conciencia" detrás de eso. En el comienzo, cuando los gases estaban revueltos, ¿había algo llamado bueno o malo? Obviamente no. ¿Existía el bien o el mal cuando se formó por primera vez la ameba? Obviamente no.
En un mundo accidental, no hay jerarquía de valores. La vida humana no es más valiosa que la del perro.
¿Debería salvar primero a mi perro que se está ahogando o a mi vecino que se está ahogando? ¿Sería moralmente aceptado etiquetar a una raza de personas como subhumanos y matarlos a todos?
Afortunadamente, hay otra manera de ver las cosas. Casi 4000 años atrás, un niño llamado Abraham, hijo de un idólatra, meditó sobre las maravillas de la naturaleza. Él observó el sol como un cuidador de tiempo perfecto, un productor de calor y un evaporizador de agua que conduce el sistema de lluvias del mundo. Él admiró la simetría de una flor, la pureza del agua, y el olor y color atractivo de una naranja con su revestimiento protector y sus partes listas para compartir. Él razonó: el mundo es perfecto en diseño. La lógica dictamina que debe haber un Diseñador.
Entonces Abraham se convirtió en el primer judío.
La perspectiva judía es que el mundo está aquí adrede, con intención. Lo que nos lleva a nuestra siguiente pregunta: ¿Por qué estamos aquí?
Nosotros estamos aquí por un propósito.
Antes de que la persona nace, su alma - no física y eterna - vive en un mundo de almas. El alma está bastante contenta allí, pasando su día haciendo…bueno…típicas cosas "de almas" - como complacerse con la luz espiritual de D'os, por ejemplo.
Pero un día el alma recibe un llamadito en el hombro: "Es el tiempo en el que debes bajar al mundo físico, para ser ubicada en el cuerpo de un humano". ¿Por qué? Porque el alma, aún imperfecta, necesita refinarse mediante pruebas y desafíos.
Estos desafíos llegan en forma de eventos específicos que modifican nuestro comportamiento en el área que nuestras almas necesitan su "tikún", rectificación. Estos acontecimientos no son accidentales; sino que son instructivos. Lo que significa que hay una conexión profunda entre el evento y el mensaje que contiene.
¿La función de la vida? Descubrir esa conexión, y crecer con ella.
Me gustaría compartir un ejemplo personal:
Yo estudié en una importante universidad, y una de mis posesiones más preciadas era una taza de café que tenía la insignia de la universidad. Años más tarde, cuando trabajaba en una oficina, yo cargaba muy orgullosamente mi taza para tomar café. Un día, un terrible viento sopló a través de la ventana que estaba cerca de mi escritorio, tirando al piso mi taza y rompiéndola en cientos de pedazos. Mi primer pensamiento fue: "Llamaré a mi ex compañero de cuarto y le pediré que me envíe una taza nueva".
Pero luego yo me forcé a hacerme una pregunta: ¿Por qué es que esto ocurrió? ¿Esto contiene un mensaje para mi crecimiento espiritual?
Mediante la introspección, me di cuenta que cada día, mientras cargaba mi taza a través de la oficina, yo la llevaba muy orgullosamente, dando a entender que yo era un poquito mejor que todos los demás - porque esta universidad era donde yo me había recibido y no los demás. En ese momento yo supe por qué la taza se rompió. Yo necesitaba sacarme de encima toda esa tonta arrogancia. Y fue necesario que se haga añicos para que yo me despierte.
A veces la conexión no es tan obvia, y nosotros debemos trabajar duro para descubrirla. Incluso es posible que no consigamos hacer la conexión. Pero cualquiera que sea el resultado, una cosa es segura: Nosotros no podemos perder. El proceso de introspección nos hace revelar increíbles pensamientos y nos ayuda a crecer.
Lo cual me recuerda una historia:
Un hombre estaba corriendo para no perder el autobús, pero llegó a la parada demasiado tarde, sólo para ver cómo se iba el autobús. Desilusionado, se acercó a un hombre aparentemente sabio y le preguntó: "¿Por qué me pasa esto a mí?".
"Yo no sé", le respondió el hombre, "pero tienes 15 minutos para pensar en eso".
Discernir el mensaje sólo funciona cuando nuestros ojos están abiertos. Nosotros también podemos escoger ignorar el mensaje.
Una vez yo estaba comiendo mi almuerzo con un hombre que pesaba 130 kilos. Estábamos comiendo pizza, y lo siguiente que yo recuerdo, es que el hombre se atragantó. Antes de poder responder, un tercer hombre apareció y le dió una fuerte palmada.
Salió de su boca un pedazo de masa grande como una pelota de baseball. Y ¿saben lo que el hombre grandote hizo? Calmadamente levantó el pedazo de masa de la mesa, lo tiró en la basura y siguió comiendo como si nada hubiese ocurrido.
Entonces, ¿qué pasa si nosotros ignoramos el mensaje?
Ignorar el mensaje no ayudará a que el problema desaparezca. Por el contrario, el llamado para despertarnos se hace más intenso. El Talmud explica que inicialmente, las señales de advertencia aparecerán en la casa de la persona. Si uno no prestará atención a la señal, entonces las manchas se acercarán un poco más - a las ropas. Una vez más, sólo si el mensaje no es recibido, las manchas aparecerán en el cuerpo de uno.
Es un error intentar cubrirlo. Las manchas están allí por una razón y tú debes enfrentarla.
Un doctor te diría lo mismo: si sientes dolor, no lo ignores. Trátalo. ¿El final de la historia con mi amigo obeso? Unos meses más tarde, él resbaló sobre un hielo y se rompió su cadera.
Otro mensaje, esta vez más intenso. Cuando lo fui a visitar al hospital, él dijo: "estoy pensando en ponerme a dieta".
Toda prueba, todo desafío, está diseñado especialmente para nuestro grupo específico de circunstancias y nuestra estadía en la vida. Todo el punto es despertarnos de la apatía y la flojera, y movernos hacia la rectificación del alma que vinimos a hacer aquí.
Obviamente, a veces las pruebas son bastante difíciles. Pero por más difícil que parezca en ese momento, la enfermedad puede ser lo que la persona necesita en su esquema global de la vida.
A causa de ese acontecimiento, ahora él es una persona más fuerte que antes, una persona más sabia o más misericordiosa.
Piensa en un atleta, un saltador olímpico. Cuando el entrenador levanta más la barra, ¿está intentando hacer la vida más difícil - o está extrayendo todo el potencial del atleta? Por supuesto que el entrenador quiere que el atleta tenga éxito! Y si es un buen entrenador, él sabe cuál es el momento correcto y la altura correcta que debe levantar la barra.
Obviamente, el atleta puede llegar a fracasar y no alcanzar esa altura. Pero el entrenador sabe que con la concentración y el esfuerzo suficiente, el atleta va a tener éxito.
La Biblia nos dice que Abraham era el maestro de la bondad - su tienda estaba abierta por los cuatro costados para recibir invitados. La bondad es maravillosa, pero en demasía puede ser sofocante, agobiante. Es por eso que D'os le puso a Abraham diez pruebas difíciles - que estaban dirigidas a su habilidad de ir en contra de su deseo natural de hacer benevolencia. Se le ordenó que eche a su hijo Ishmael de la casa, que ate a su hijo Itzjak en el altar, etc.
Abraham tenía que conquistar sus tendencias naturales - en función de equilibrar su personalidad y convertirse verdaderamente en alguien grandioso.
D'os no nos desafía con trivialidades. Él sólo nos desafía de maneras que realmente nos harán crecer. Si estamos desequilibrados en algún área, se nos enviará un dío para modificar esa característica.
Todo el concepto de las mitzvot es que ellas son acciones que trabajan en contra de nuestra naturaleza. Yo no necesito una mitzvá para respirar, porque lo haré de todas maneras. Pero puesto que puedo tener una tendencia a codiciar dinero, la Torá me pide que distribuya 10 por ciento de mis entradas para caridad. Si todos darían dinero sin problemas y voluntariamente, la Torá no necesitaría molestarse en pedirnos eso. Todas las mitzvot dirigen nuestro crecimiento, transformando nuestras debilidades en virtudes.
Es un axioma del pensamiento judío que D'os no nos envía una prueba que nosotros no podemos pasar. Esto está ilustrado en la misma lengua hebrea, donde la forma imperativa de cualquier verbo es la misma que la del futuro. Dentro de la orden viene la fuerza para llevarla a cabo.
Mira la Gran Imagen. Si las cosas parecen injustas, recuerda que lo que nosotros vemos es sólo una pequeña parte de la realidad. Muchos factores entraron en la ecuación antes de que tú hayas llegado a la escena, y muchas resoluciones vendrán después de que tú te hayas ido. Es por eso que la Torá (Levítico 19:32) nos ordena respetar a las personas mayores: con una más grande perspectiva de los eventos, ellos tienen un entendimiento más profundo del gran plan eterno.
La vida no es sufrimiento. La vida es crecer y hacer los cambios que hemos venido hacer aquí.
Las dificultades ocurrirán. Eso no podemos cambiar. Lo que podemos cambiar es nuestra actitud. ¿Nosotros veremos las dificultades como molestias o como un mensaje?
También podemos sacar el mejor provecho de eso. No tenemos nada que perder… y todo para ganar.
Shabat Shalom