Rab Ari Kahn
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El libro inconcluso - Parashat Behaaloteja

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"El libro inconcluso"

"[Y cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Levántate, D'os!  Que se dispersen tus adversarios, y los que Te odian que huyan de ante Ti.  Y cuando el Arca se posaba decía: Retorna D'os a las miríadas de miles de Israel!]" (10:35-36).

El Talmud y el Midrash dan una explicación para este fenómeno:

"Esta sección tiene señales arriba y abajo para informarte que este no su lugar apropiado" (Shabat 115b-116a).

Sin embargo, el Talmud agrega otro detalle:

"Nuestros Rabinos enseñaron: 'y fue cuando el Arca viajaba que Moshé dijo, [etc.]': para esta sección D'os, dió señales arriba y abajo, para enseñar que este no es su lugar.  Rabí dijo: nos es por eso, sino porque es un libro separado.  Rabí Shemuel ben Najmani, en nombre de Rabí Ionatán estuvo de acuerdo: "ella [la sabiduría] ha cortado sus siete pilares": esto se refiere a los siete Libros de la Torá" (Shabat 115b).

Los siete "pilares de sabiduría" en el libro de Mishlé se refiere a los siete libros de la Torá.  Esta referencia presenta una dificultad para aquellos de nosotros que conocemos sólo cinco libros de la Torá (y es por eso que se lo llama Jumash - de la palabra jamesh (cinco)).  El Midrash pregunta:

"¿No hay cinco [libros de la Torá]?" (Bereshit Rabá 64:8).

Esto corresponde a Números, el cual completa los siete libros de la Ley.  ¿Pero seguro que hay sólo cinco?  La razón para esta declaración es que Bar Kapará contó la sección de Números desde el comienzo hasta 'cuando el Arca viajaba' (Números 10:35) como un libro, y 'Cuando el Arca viajaba' y el versículo siguiente como un libro separado.  Y del final de esa sección hasta el final del libro de Números, como otro libro separado" (Midrash Rabá Génesis 64:8).

"Un rollo en el cual la escritura se ha borrado y 85 letras quedaron, tantas como hay en la sección que comienza: 'Cuando el Arca viajaba…' deja las manos impuras" (Iadaim 3:5).

La sección de Shabat citada anteriormente, la cual presenta la idea de los siete libros, fue la continuación de la pregunta halájica con la cual el Talmud se enfrenta, nombrando el tipo de escritura que puede ser salvada en caso de un incendio que ocurra en Shabat.  En ese caso, así como en el tema de la santidad ritual de las Escrituras, la conclusión es que el mínimo requerido para ser considerado un "libro" son 85 letras.

Consideremos las secciones de la parashá: primero, se le ordena a Aharón ser responsable por el encendido de las velas.  Por supuesto, Aharón cumple con la orden Divina:

"Aharón hizo eso (lo que le fue ordenado), encendiendo las velas para iluminar la Menorá como D'os le ordenó a Moshé" (8:3).

Luego sigue la sección que habla de la santificación de los Levitas:

"Y D'os habló a Moshé diciendo: Toma a los Levitas de entre los hijos de Israel y santifícalos" (8:5-6).

Lo que sigue son dos secciones que tratan sobre la celebración del Éxodo.  Se le ordena a Moshé que repita los rituales que fueron hechos en Egipto en la víspera del Éxodo.  Todo un año ya había pasado, y las prácticas que fueron instituidas en Egipto en aquella noche, serían repetidas en este momento.  Un problema surgió, porque había quienes estaban ritualmente impuros y no podían participar de la ofrenda de Pesaj. A estos individuos se les dijo que tendrían una segunda oportunidad para traer la ofrenda, al mes siguiente: el 14 del segundo mes ellos tendrían su Pesaj.

Miremos a la cronología de los hechos: Los judíos, como ya sabemos, salieron de Egipto el 15 de Nisán - año uno.  Cincuenta días más tarde, estaban en el Sinai.  Los judíos pecaron en el episodio del Becerro de Oro el día 17 del cuarto mes.  Moshé rezó por la nación y fue invitado a subir al monte Sinai por segunda vez en el primer día de Elul, el sexto mes.  Cuarenta días más tarde, en Iom Kipur, el diez de Tishrí, Moshé bajó de la montaña con las segundas Tablas, y con las instrucciones de la construcción del Mishkán.  Ellos recolectaron los materiales y comenzaron a construir el Mishkán.  En el primer día de Nisán en el segundo año, el Mishkán fue terminado.  Las doce tribus, representadas por sus líderes, llevaron ofrendas, lo cual nos lleva al día 13 de Nisán del segundo año.  Los judíos harían en ese momento Pesaj.  Aquellos que no estaban aptos para tomar del Pesaj tendrían otra oportunidad en el día 14 del segundo mes.  

Ahora estamos al día.  El segundo Pesaj fue cumplido.  ¿Cómo es que el pueblo sabía cuando era el tiempo de continuar la marcha?  La Torá nos da una señal Divina:

"En el día que el Mishkán fue erigido una nube envolvió el Mishkán…y en la noche lo que parecía ser un fuego (envolvía el Mishkán) hasta la mañana.  Cuando la nube subía…el pueblo viajaba, y en el lugar que la nube paraba, allí paraba el pueblo también" (9:15-17).

Una ley más fue enseñada antes de comenzar el viaje desde el Sinai: las trompetas serían usadas en función de dar órdenes referentes a la marcha.

Todo está ahora en su lugar.  La marcha comenzó:

"En el segundo año, el 20 del segundo mes, la nube se levantó…los hijos de Israel comenzaron su viaje desde el Sinai hasta que la nube se posó en el Desierto de Parán.  Este fue el primer viaje; por la palabra de D'os, a través de Moshé" (10:11-13).

La marcha comenzó, pero ¿a dónde ellos iban?  Moshé trajo la respuesta cuando invitó a Jovev a viajar con ellos:

"Nosotros viajamos al lugar del cual D'os dijo 'Yo se los he dado a ustedes'.  Únete a nosotros…" (10:29).

Moshé habló en tiempo presente: "estamos viajando".  Moshé creía que los judíos estaban a punto de entrar a la Tierra Prometida!  Él creía que la promesa de D'os a nuestros patriarcas iba a concretarse.  El futuro era ahora.  Que suenen las trompetas - que la conquista comience!  Jovev rechaza la invitación y el pueblo continúa sin él; el destino de los judíos y de otros pueblos del mundo no se concretaría todavía.  Jovev viajaría por una ruta distinta; su camino hacia Jerusalem tendría que esperar hasta el final de los días.  Los judíos estaban dirigiéndose directamente haIsrael.

"[Y cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Levántate, D'os!  Que se dispersen tus adversarios, y los que Te odian que huyan de ante Ti.  Y cuando el Arca se posaba decía: Retorna D'os a las miríadas de miles de Israel!]" (10:35-36).

Como ya sabemos, los judíos no entraron a la tierra de Israel inmediatamente.  Ellos viajaron en su propio circuito durante 40 años.  Los hechos en este caso van en contra de la visión conceptual de la historia.  En ese momento, cuando todos los prerequisitos para conquistar la Tierra Prometida habían sido alcanzados, el entendimiento de Moshé fue correcto.  El pueblo judío debía comenzar su marcha exactamente en ese momento.  Pero la visión lineal de la historia prevaleció.  La visión de Moshé fue sobrepasada por asuntos más mundanos.  El tiempo no había llegado.

¿Qué fue lo que precipitó esta drástica transformación en la visión de Moshé?  Rabí Soloveitchik explicó que en ese momento el pueblo pedía inmediata gratificación de sus necesidades, este deseo hedonista sirvió como un obstáculo mucho más que grande en el camino hacia Israel.  En ese momento Moshé entendió que la Tierra de Israel estaba más distante de lo que él se imaginaba.  

Moshé entendió, enseguida, que él nunca entraría a la Tierra prometida, que su misión terminaría antes de la conquista.  Él no vería la belleza del Templo de Jerusalem.  Para Moshé, así como para muchos judíos en la historia, la Tierra Prometida quedaría en eso - una promesa.

"Cuando el Arca viajaba" - para entrar a la Tierra de Israel.  "Levántate D'os!, que se dispersen tus adversarios" - si no hubiese sido por los merraglim (los espías) ellos hubieran entrado [a Israel] sin batallas, porque los habitantes [de Israel] hubieran huido.  (Seforno a 10:35-36)

"Cuenta a los jefes de la comunidad de los hijos de Israel" - para ponerlos en orden, para que puedan entrar a la tierra inmediatamente.  (Seforno a Bamidvar 1:2).

"Rabí Shimón hijo de Gamliel enseñó: 'en el futuro esta sección será sacada de aquí y escrita en el lugar correcto'" (Shabat 116a).

Moshé tenía razón: este era lugar correcto para que comience la conquista, y él estaba dispuesto a cumplir con lo que él sabía que era su función más importante.  Trágicamente, Moshé se equivocó, puesto que el pueblo no estaba listo para entrar.  El sueño de Moshé desapareció.  En retrospectiva, pero sólo en retrospectiva y por las deficiencias del pueblo, este no es el lugar correcto para que la historia de la redención sea contada, y si es contada, sólo es insinuada pero no terminada.  Rabí Shimón ben Gamliel nos asegura que esta historia será completada cuando la marcha gloriosa tome lugar y la miríada de judíos perdidos retorne, para conectarse con las letras perdidas de este libro, el cual espera ser completado.

Rab Ari Kahn