Rab. Shraga Simmons
Tora y Ciencia

La evolucion

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¿Estarán el judaísmo y la evolución en contradicción?

No. Creer en la ciencia y creer en el Creador no es una contradicción.

Como Albert Einstein una vez dijo: "Cuánto más estudio la ciencia, más creo en D-os".

En Génesis, la Torá describe un proceso gradual de la creación, de organismos simples a más complejos: primero una masa de gases, después agua, después el surgimiento de la tierra firme seguido de plantas, peces, pájaros, animales y finalmente seres humanos. Este es el mismo proceso evolutivo propuesto por la ciencia.

Pero, ¿el proceso evolutivo de la creación duró mucho más de seis días?

 

Leyendo la historia, probablemente observes que la Torá describe un “día” antes de la creación del sol y de la luna que son los que en definitiva marcan el período de 24 horas. Entonces ¿de qué clase de día se trata?

El Rabino Shimshón Rafael Hirsch explica que cada día bíblico representa una mezcla de materias primas (erev), seguida de la explosión de un dramático desarrollo nuevo (boker).

Los seis días de la creación son simplemente seis épocas, seis etapas del proceso. Esta ha sido la visión judía por siglos.

La posición de la Torá no ha cambiado aunque la ciencia ha venido a desafiarla. Arnold Penzias, quien fue condecorado con el premio Nobel por su investigación del Big Bang, una vez remarcó:

Lo que vemos que marca el viaje de las galaxias con nuestros telescopios, Maimónides lo vio con su visión metafísica.

 

Accidentales Disparidades

Hay un punto clave en donde la Torá y los evolucionistas difieren: la cuestión de "accidente vs. diseño".

Los evolucionistas dicen que la vida se dio por accidente; el judaísmo dice que D-os hizo que existiera.

¿Cuál es la posibilidad de que la vida y todas las maravillas de la naturaleza hayan ocurrido accidentalmente?

Según la opinión del físico Harold Morowitz, la formación accidental de la vida necesita una precisa actividad biomolecular en cada paso - compuestos orgánicos pequeños deben acumularse, polímeros biológicos se deben formar, protocélulas deben surgir y un sistema que sintetice proteínas y aspectos genéticos se debe desarrollar.

El Dr. I. Pirgogine, ganador de dos premios Nobel en química, define la probabilidad:

La probabilidad estadística de que las estructuras orgánicas y las reacciones más armónicas que tipifican los organismos vivos sea generada por accidente es cero.

Sir Fred Hoyle, distinguido astrónomo, escribe:

La dificultad es que hay alrededor de 2000 enzimas, y la chance de obtenerlas al azar es sólo una en 10 a la potencia 40000 (10 con 40000 ceros después), una probabilidad por demás pequeña que no podría darse inclusive si todo el universo consistiera de una sopa orgánica.

Hoyle concluye:

No importa cuán grande sea el ambiente que uno considere, la vida no pudo haberse dado al azar. Tropas de monos escribiendo al azar en máquinas de escribir no pueden producir los escritos de Shakespeare - por la razón práctica de que todo el universo observable no es lo suficientemente grande para contener los monos necesarios, las máquinas de escribir necesarias y ciertamente los tachos de basura necesarios para tirar los intentos fallidos. Es lo mismo con el material viviente

 

Organismos Complejos

Los creyentes en la teoría de la evolución deben aceptar la idea de que en miles de ejemplos dentro de la naturaleza, dos líneas independientes de mutaciones ocurrieron de la misma manera aleatoria en cada uno de los 500 pasos del desarrollo.

Con un millón de opciones potenciales en cada paso (inclusive si 100 de las 500 opciones necesitaran ser la misma), las chances en contra del éxito serían una en 10 a la 600 potencia. Y ésta es sólo por una simple transición!

Para un órgano complicado como lo es un ala, un riñón o un ojo, la probabilidad crecería en millones.

Darwin escribió en “El Origen de las Especies”:

…Si pudiera ser demostrado que cualquier órgano complejo existió y no pudo haber sido formado por numerosas, sucesivas y pequeñas modificaciones, mi teoría se rompería absolutamente…

Consideremos un clase de escarabajo llamado en inglés el "bombardier beetle"; un pequeño bicho equipado con una cámara de hidroginina y una segunda cámara de peróxido de hidrógeno:

Cuando se combinan estos dos químicos son combustibles, pero un mecanismo dentro del bicho los mantiene separados. Sin embargo, cuando es provocado por un enemigo, el bicho calienta los químicos al punto de ebullición y los manda a una cámara de reacción para llevar a cabo un proceso de combustión como el encendido de un motor de cohete. De aquí el material explosivo sale disparado del bicho a una velocidad de 1000 impulsos por segundo. (Los impulsos en lugar de un disparo continuo le da la posibilidad al bicho de enfriarse). El contenido venenoso es expulsado por medio de una boquilla muy parecida al torreón de un tanque que puede rotar en cualquier dirección debajo de las piernas o encima de la espalda. El enemigo es envenenado y el bicho se salva!

 

De esto nos surgen varias preguntas:

  1. ¿Qué vino primero: la hidroginina o el peróxido de hidrógeno? Uno sin el otro no tienen sentido.
  2. ¿Qué vino primero: Los químicos o las cámaras independientes que los separan? Una sin la otra no tienen sentido.
  3. ¿Qué vino primero: los químicos o el mecanismo que arroja el veneno? Uno sin el otro no tiene sentido.

El ojo humano es otro ejemplo de una evolución coordinada.

Si la córnea está borrosa, la pupila deja de dilatarse, el cristalino se opaca o el enfoque se hace incorrectamente, entonces la imagen no se forma. El ojo funciona como un todo o no funciona.

¿Se pudo haber desarrollado todo esto por medio de mutaciones Darwinianas lentas, firmes e infinitas?

En una carta privada, Darwin expresa ansiedad sobre lo que el llamó "órganos de perfección extrema". Él admite: "el ojo hasta hoy en día me da escalofríos" ("La Vida, las Cartas de Charles Darwin", Londres 1888, Vol. 2, pag. 273).

 

Conciencia Espiritual

¿Qué importa cómo se haya creado todo este mundo?

La respuesta es muy simple pero a su vez muy profunda: Si el mundo es un accidente, entonces lo soy yo también. Si yo soy un accidente entonces no existe ningún objetivo en mi creación y mi vida no sería significativa.

Si yo sólo soy una mezcla casual de moléculas ¿debo tenerle más respeto a un ser humano que a un perro? ¿Debo salvar a mi perro si se está ahogando o a un extraño ahogándose? Entonces, ¿es aceptable etiquetar a una raza de gente como sub-humanos y esclavizarlos y matarlos a todos?

La Torá dice que D-os le insufló a Adam un alma espiritual (Génesis 2:7). El hombre no es sólo una creatura inteligente, el hombre es una creación cualitativamente diferente. Esta "conciencia espiritual" separa al hombre de todas las demás creaturas, permitiéndonos santificar la vida y acercarnos a D-os.

Maimonides escribe:

"Mientras estés ocupado con las ciencias matemáticas y la técnica lógica, perteneces a aquellos que caminan alrededor del palacio en busca de la puerta. Cuando completes tu estudio de las ciencias naturales y después comprendas un poco de metafísica, entrarás al patio interior y estarás en la misma casa que el Rey".

 

Para leer más sobre la perspectiva judía de la evolución:

The Science of God, por el Dr. Gerald Schroeder (Free Press).

Permission to Believe, por Lawrence Keleman (Feldheim Pub).