Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

¿PODEMOS COMER CARNE CON LECHE?

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“Esta es la ley de la Tora…” (Bamidvar 19,2)

Pregunta el Or Hajaim Hakadosh, ¿por qué este precepto, el de la vaca roja, es llamado “la ley de la Tora”?, podría haberse llamado la ley de la pureza o la ley de la impureza… Y responde: con toda la intención está escrito “la ley de la Tora”, para hacernos un llamado, para indicarnos que cuando una persona cumple con este precepto, al ser uno de los tantos preceptos al que no le podemos encontrar explicación, se le considera como que cumplió con todos los preceptos de la Tora que Hakadosh Baruj Hu nos ordenó, porque cumplir con un precepto que al que no le encontramos motivo, atestigua sobre una fe completa y sobre la aceptación “sin vueltas” para cumplir con La Voluntad del Bore Itbaraj.

Explicando un poco: cuando vemos que una persona cumple con un precepto determinado, sobre el cual pensamos y llegamos a la conclusión de que realmente tiene lógica y que será bueno cumplirlo, todavía no podemos decir que quien cumplió el precepto de esta forma está preparado y dispuesto a cumplir un precepto que ordenó Hakadosh Baruj Hu simplemente porque Hakadosh Baruj Hu lo ordenó, ya que es muy posible, en este caso, que el cumplimiento se debe al razonamiento realizado y a la comprensión del precepto, y únicamente, el cumplimiento de un precepto que no tiene causa ni lógica, un precepto que no podemos comprender, será nuestro más fiel testigo que proclame que cumplimos los preceptos porque es la Voluntad de nuestro Creador...

Hasta en los siete preceptos para los “benei Noaj” (los preceptos que deben cumplir los demás pueblos), los cuales, en su mayoría, obligan a la persona a cumplirlos por una cuestión lógica (ya que la ética indica que deben respetarse), escribe el Rambam, que la persona no iehudi que cumple estos preceptos por una cuestión de ética o de moral, no puede ser considerada entre los fieles seguidores de sus creencias o entre sus sabios. Para que esta persona sea considerada así, necesita cumplir estos siete preceptos porque fueron dichos por Moshe Rabenu según las órdenes de Hashem!!!

Y el Rambam nos dio una pauta clara sobre el cumplimiento de los preceptos, escribió sobre las palabras de Jazal: que nadie diga no puede comer carne con leche, sino que diga que sí podría, pero está imposibilitado ya que el Bore Olam hizo un decreto sobre su persona que se lo impide!

Es decir, en todos los preceptos que tienen algo o mucho de “lógicos”, en los cuales llegamos a comprender causas o consecuencias, debemos pensar en forma contraria, suponiendo que podríamos no cumplir el precepto si quisiéramos (y aunque sea ilógico o alocado), pero el decreto de Hakadosh Baruj Hu está primero y ese es el motivo que nos hace cumplirlo.

Y, desde luego, cuando se trata de un precepto que no comprendemos, la única causa por la que lo cumplimos es por la orden de Hashem.

En otra oportunidad, ya hablamos, dice el rab hagaon Jaim Shmuelevich ztz”l, sobre nuestra finalidad principal, ser servidores del Creador del mundo, y para un servidor, lo único que está en su mente es cumplir la voluntad de su dueño, sin ir detrás de los pensamientos, inclusive cuando se trata de buenos pensamientos, pensamientos en los que pretendemos que nuestro servicio al Bore Olam sea mejor, entre comillas..., ya que cuando usamos el pensamiento dejamos de convertirnos en servidores y pasamos a ser dueños de nuestro accionar, ya que hacemos las cosas de acuerdo a nuestras conclusiones...

Y vemos lo que ocurrió entre Ieshaiahu Hanavi y el rey Jizkiahu, que aparece en el Talmud Babli, en el tratado de Berajot (hoja 10a). Allí el profeta le dice al rey que no debe hacer cálculos sobre las órdenes del Bore Olam, no son cosas que nosotros debemos pensar ni reconsiderar, sino simplemente hacer lo que Hashem nos ordena, ni siquiera pensar como engrandecer más el Nombre de Hashem, cambiando alguna cosa, jas veshalom, hacer pura y exclusivamente lo que Hashem nos pide, ni debemos intentar ayudar al Creador, ni necesitamos preocuparnos por El, le dice Ieshaiahu a Jizkiahu.

Y puede ser, que el problema principal, que no nos deja cumplir los preceptos exactamente como fueron ordenados, se debe a que es muy, pero muy difícil para cualquier persona, sentirse como un esclavo, como sometido, sin que su pensamiento valga nada, y eso es justamente cumplir un precepto sin conocer su motivo. El hecho de que nos autoconsideramos inteligentes, nos facilita cumplir los preceptos después de comprenderlos, sin sentirnos aprisionados...

Jazal dijeron, sobre el versículo (Shemot 2,21): “...y Moshe se sentó con el hombre...”, que en el momento en que Moshe le pide a Itro que le dé a Tzipora por esposa, Itro le exige el cumplimiento de una condición para entonces entregársela. Moshe le pregunta, ¿cuál es la condición? -Que tu primer hijo, contesta Itro, sea educado para la idolatría, los demás que tengas, los podés educar según tu creencia, que sean buenos iehudim. Y Moshe Rabenu aceptó!!!?

Y el Baal Haturim, en su comentario sobre la Tora, nos aclara que la aceptación de parte de Moshe Rabenu a semejante exigencia se debe a que su intención era lograr el arrepentimiento de su suegro y convertirlo en un buen iehudi.

Pero igualmente, no deja de sorprendernos la actitud de Itro, ¿cómo puede hacer semejante pedido?, ya que dijeron Jazal, que al principio, Itro era un sacerdote de la idolatría, pero después, se convirtió en un iehudi...

Al escuchar sobre los milagros que Hashem hizo en egipto, la partición del mar y la entrega de la Tora en el monte Sinai, Itro descubrió que estaba adorando a una cosa que no tenía fundamento, por lo cual, renegó a su creencia y a su sacerdocio, algo que no fue tan fácil, y que le costó muy caro, ya que fue condenado y perseguido por su pueblo...

Y explicaron nuestros jajamim, que puso en peligro su vida, ya que la gente de su pueblo intentó matarlo, a él y a su familia, hasta que llegó Moshe y lo salvó (Shemot 2,17), Jazal nos dicen que lo arrojaron al agua y Moshe lo sacó de allí.

Todo eso hizo Itro, puso en peligro su vida y la de su familia, además de tirar por el suelo todos los honores que le correspondían por ser el sumo sacerdote de su pueblo, todo porque supo que la idolatría no tenía fundamento, por eso nos asombra el pedido que le hace a Moshe, que su primer hijo sea destinado a la idolatría, después de haber descubierto que la idolatría no tiene en que apoyarse.

Con los elementos que ya conocemos podemos explicar las exigencias de Itro, aunque vemos que su arrepentimiento fue completo y se apartó totalmente de la idolatría, todo lo hizo en base a su razonamiento, al descubrir la incoherencia que intenta sostener la idolatría, por eso, no quería que sus descendientes sean creyentes en Hashem por herencia, sin conocimiento, sin base, pretendía que su descendencia descubra la fe judía de la misma forma que la descubrió él, entonces, si el primer hijo de Moshe se educaba según la base de la idolatría, podría pensar y razonar igual que él, sobre la falta de coherencia de la idolatría, lo que no podía ocurrir normalmente en la casa de Moshe, donde todos adquirían la fe en Hakadosh Baruj Hu según el naase venishma, hacer primero y escuchar después...

Lo que Itro no sabía, no entendía que lo mejor es hacer al revés, lo principal en el cumplimiento de la Tora es que la persona se convierta en el servidor de Hashem, el servidor que cumple la orden de su patrón, sin cálculos...

Si queremos saber cuán difícil resulta el sentirse apresado y sometido, veamos lo que ocurrió con Shimi Ben Guera, David Hamelej le ordena a Shlomo, su hijo, antes de morir: vos sos una persona inteligente, no tomes venganza de este hombre... (Melajim 1 2,9). ¿De qué forma Shlomo Hamelej cumplió con la orden de su padre? Está escrito unos versículos más adelante, que el rey mandó a llamar a Shimi y le informó que le había construido una casa en Ierushalaim, en la cual vivirá y no podrá salir de ella hasta que el rey se lo permita, de lo contrario, el día que salga de esa casa y atraviese el río Kidron, morirá!!!

Y realmente cuesta mucho entender, ¿cómo podemos decir que a esto se llama cumplir con la orden de su padre, David Hamelej? Y más, David lo llama hombre inteligente... Está bien que lo alojó en el mejor de los lugares, en Ierushalaim, sobre esto no hay quejas, además que la obligación de no salir, no parece exagerada, ya que hay muchas personas, que en su vida no quisieron salir, no atravesaron las puertas de la ciudad sagrada.

Pero aquí, finalmente ocurrió lo que era previsible, que Shimi no respetó la orden del rey y fue condenado a muerte, como está escrito que después de tres años se le escaparon dos de sus sirvientes, y Shimi se subió a su burro y salió en busca de sus sirvientes.

Entonces Shlomo Hamelej llamó a Shimi y le dijo: le hice la promesa a Hashem, que el día en que salgas de tu casa en Ierushalaim, morirás...

Y todavía podemos preguntar: ¿cómo sabía Shlomo que Shimi haría eso? Y tampoco entendemos el por qué de la salida de Shimi en busca de sus servidores, después de haber hecho la promesa a Shlomo de no salir de Ierushalaim, a costa de su vida, ¿acaso se puede comparar el valor de dos servidores para poner su vida en peligro, dejando de cumplir la orden y lo prometido al rey?

Nos falta todavía entender, si el motivo de la muerte de Shimi fue la traición, el no cumplir con la orden del rey, ¿para qué era necesario hacer una promesa al Creador?, ya que al no cumplir la orden, automáticamente se convierte en un traidor hacia el reino. Vemos que la promesa aleja las posibilidades de que se cumpla por parte de Shlomo, la orden de su padre...

Todo se basa en lo que estamos aprendiendo, y resulta ser una gran enseñanza para nuestro accionar diario, aunque sabemos que no existe lugar sobre la tierra mejor que Ierushalaim, y cualquier persona podría vivir allí toda su vida sin sentir la necesidad de atravesar sus murallas, todo resulta muy lindo y bueno cuando la persona lo hace por su voluntad. Pero en el momento en que la misma persona está obligada a permanecer en ese mismo lugar, sin la posibilidad de salir y entrar cuando quiera, el mejor lugar del mundo se transforma, a sus ojos, en una cárcel, y esta persona puede llegar a crear o inventar todo tipo de técnicas para romper las murallas que lo aprisionan y así poder escaparse...

Y si David Hamelej le dice a su hijo Shlomo que es un hombre muy inteligente, es porque Shlomo Hamelej sabía todo esto, por eso le ordena a Shimi que no salga de Ierushalaim, para transformar a la ciudad en su propia prisión. Entonces, ahora lo obliga a realizar la promesa, prometer que no saldrá, con la pena de muerte... Todo para hacerlo sentir más encerrado, como atrapado con gruesas cadenas, que tarde o temprano necesitará destruir. Inclusive viviendo en la mejor ciudad del mundo, en Ierushalaim, con toda su Santidad, cuando el alma se siente encerrada, no existe peor castigo.

Si pensábamos hasta ahora que servir al Creador era una cosa no tan fácil, diremos que puede ser tanto fácil como difícil. Si buscamos hacer cálculos, buscar conveniencias, no solamente que no estaremos sirviendo al Bore Olam sino a nuestro pensamientos, además todo será más complicado. Si queremos que sea realmente fácil servir a Hakadosh Baruj Hu, así de simple, hacer, y después escuchar...

Así encontramos en las confesiones de rabenu Nissim Gaon ztz”l: lo que me permitiste me lo prohibí y lo que me prohibiste me lo permití, y una cosa depende de la otra, así como permitirme lo prohibido es un gran pecado, también prohibirme lo permitido lo es, ya que las dos acciones provienen de la misma fuente, hacer cálculos y elaboraciones a partir de la orden de Hashem.

Por eso está escrito, “esta es la ley de la Tora”, porque cuando cumplimos con las leyes, estamos cumpliendo toda la Tora, y esta es la marca que identifica al pueblo de Israel, como está escrito (Vaikra 25,55): “...porque los hijos de Israel son mis servidores”.

Sijot Musar.

 

Leiluy Nishmat

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