¿Por qué los judíos observantes -en su gran mayoría- eligen casarse y permanecer casados, cuando tantas otras personas no lo hacen?

Uno podría argumentar que el divorcio es un tabú para el judaísmo ortodoxo. Sin embargo, el judaísmo tradicional quizá tiene la tradición más antigua y rica de leyes y literatura referentes al divorcio, y cuando es necesario considera que el quiebre de la relación es una mitzvá.

Hasta hace poco tiempo, el divorcio era algo sumamente raro e incluso, bajo la influencia de la cultura occidental sobre la vida tradicional judía, las tasas de divorcio siguen siendo mucho más bajas que el promedio general. ¿Por qué esto es así? ¿Qué es lo que hace que el matrimonio judío sea diferente?

La respuesta es: el matrimonio judío ES diferente. Es una unión de almas gemelas y por lo tanto, está cargado con un significado que no puede ser igualado por otras relaciones de amor. La idea de que el marido y la esposa —y sólo ellos— pueden ser almas gemelas, unidas desde antes de haber nacido en este mundo, es fundamental para el pensamiento judío y constituye la base de la vida judía.

¿ACASO TENGO UN ALMA GEMELA?

La Torá nos informa que hay una razón por la cual ansiamos encontrar un compañero: cada uno tiene un alma gemela. La idea judía de la existencia de un alma predestinada es fundamental para la perspectiva filosófica que profesa el judaísmo. Así como está escrito en el Talmud: Cuarenta días antes de la formación del feto (es decir, en el momento de la concepción), una voz celestial proclama: “La hija de Fulano está destinada para Mengano”.

El judaísmo nos enseña que una de las principales ocupaciones de Dios es unir a las almas gemelas. Esto podemos verlo a partir de la forma en la cual a menudo una pareja se une desde dos extremos opuestos de la tierra.

La siguiente historia demuestra de qué manera una cadena de eventos, aparentemente sin ninguna relación, puede terminar dando como resultado una pareja. Por supuesto, todo controlado por Dios.

DIOS UNE A LAS ALMAS GEMELAS
Joanne Ness era una nutrióloga de Los Ángeles cuyos clientes, en su gran mayoría, eran atletas profesionales. En su vida personal Joanne había comenzado a acercarse al judaísmo. La habían invitado a dar una charla en una conferencia sobre nutriología en Filadelfia, y al empacar llevó consigo un libro que había recibido de una amiga: “De generación en generación”, del renombrado psiquiatra Rab Abraham Twerski.

Ella debía estar de regreso en Los Ángeles a las dos de la tarde, a tiempo para la primera noche de la festividad de Shabuot (la festividad de las semanas), que comenzaba a las ocho de la noche. ¡Pero en Filadelfia había una terrible niebla y el aeropuerto estaba cerrado! Finalmente, logró subir a un vuelo hacia Pittsburgh, pero el vuelo de conexión a Los Ángeles se vio demorado por razones mecánicas.

Joanne comenzó a preocuparse al comprender que debía permanecer en Pittsburgh para Shabuot –sin conocer ahí a una sola persona–. ¡Entonces lo recordó! El autor del libro que estaba leyendo vivía en Pittsburgh. Del libro se entendía que se trataba de un hombre amable y generoso, con una familia que se preocupaba por los demás judíos.

Buscó en la guía telefónica la dirección del Rab Twerski y partió en un taxi al lugar indicado. Con agrado, el Rab Twerski y su hijo realizaron algunas llamadas telefónicas y le consiguieron una familia con la cual podía hospedarse. Joanne fue invitada a almorzar con los Twerski; ella aceptó encantada y le agradeció al Rab por su maravilloso libro.

De acuerdo con la tradición de la familia Twerski, había numerosos invitados en la mesa, uno de los cuales era un amigo cercano del Rab, el señor Brad Perelman. Brad había estado buscando una mujer para casarse por muchos años, y mientras estaba en la mesa se le ocurrió que tal vez su pareja había llegado hasta él. Le preguntó si quería salir con él, ella estuvo de acuerdo, comenzaron a conocerse… ¡Y seis semanas más tarde estaban comprometidos!

Pero hay todavía más: años atrás, Brad Perelman le había dicho al Rab Twerski en una charla íntima: “Rab, las tradiciones de su familia son tan ricas e inspiradoras, que debería escribir y publicar las historias de sus padres y su remarcable forma de vida”.

A partir de esa conversación, eventualmente el Rab Twerski escribió “De generación en generación”. En la introducción agradece a Brad (sin mencionar su nombre) por alentarlo a escribirlo. Hoy en día, Brad y Joanne Perelman agradecen que Rab Twerski lo haya publicado.

DOS PARTES DE UNA MISMA ALMA
Un alma gemela es la relación humana fundamental, diferente a todas las demás. Aunque el amor que existe entre un padre y su hijo, entre hermanas y hermanos o entre amigos puede ser profundo, el “alma gemela” se refiere a algo completamente único y singular. Este concepto describe a dos personas, cada una con su cuerpo, pero que en esencia son una.

“El matrimonio debería ser un dúo: cuando uno cante, que el otro aplauda”

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Maséjet Sanhedrín 22a.
Rab Pésaj Krohn, “Echoes of the Maggid”, pág. 110.