Sucot, la fiesta del Shalom
Está escrito “Ufros Alenu Sucat Shelomeja” – “Cúbrenos a nosotros, con la Sucá del Shalom (la paz, la tranquilidad)”.
La pregunta es: ¿Qué relación tiene una Sucá con el Shalom?
Dicen los Jajamim una gran enseñanza:
Como sabemos, una de las reglas de la Sucá es, que debe ser construida en una forma pasajera y no fija; es decir, con materiales y su manera, donde sea algo temporal.
Eso representa que debemos vivir con una filosofía que esta vida es pasajera y no es la finalidad.
Cuando llegamos a tener ese sentimiento, automáticamente gobierna en nosotros el Shalom. Vamos a explicar:
Podemos darnos cuenta con nuestras propias experiencias, que cuando sentimos algo que es de nuestra propiedad o sentimos que somos dueños de algo o algo que perdurará por muchos años en nuestra propiedad; tenemos más derecho en reclamar e incluso llegar a pelear por eso, a comparación si no es nuestro o si es pasajero, que jamás nos pelearíamos por eso, ya que no nos sentimos dueños de eso.
La Sucá nos enseña un gran mensaje: “En este mundo no somos dueños de nada. En este mundo vivimos como pasajeros. Nada de este mundo es parte nuestra. Todo lo que poseemos en este mundo es temporal”.
Cuando lleguemos a tener ese sentimiento, que en este mundo no somos dueños de nada, estamos seguros que todo tipo de problema no llegará a pleito o pelea, ya que la raíz de los problemas es porque cada quien pelea su parte. Pero si entendemos que no somos dueños de nada y todo es pasajero, todo se convertirá en Shalom.
Es por eso que la Sucá se relaciona con el Shalom, ya que la Sucá representa lo pasajero, y como dijimos, lo pasajero provoca hermandad, Shalom y mucha tranquilidad en este mundo.
Así mismo está escrito: “Talmidé Jajamim, Marbim Shalom Baolam” – “Los grandes Jajamim, aumentan la paz en el mundo?
La pregunta es: ¿Acaso los Jajamim trabajan en la ONU o se dedican a hacer el Shalom entre las personas?
La respuesta es no. Pero por cuando que esos Jajamim dedican su vida a todo lo espiritual, ellos viven en un nivel muy elevado, donde todo lo material lo ven como secundario. Y por cuanto que ellos sienten que todo este mundo es pasajero, automáticamente provocan que no existan los pleitos o rencores, y por consiguiente, se aumenta el Shalom en el mundo.
Mientras más elevado espiritual te encuentres, lo material pierde importancia.
Existe una frase y un ejemplo muy bello.
“Mientras más elevado espiritual te encuentres, lo material pierde importancia”.
Mientras uno se encuentre en un nivel espiritual más elevado, cualquier cosa material en este mundo, pierde la importancia, desde un coche, una casa, viajes, etc.
Esto lo podemos comparar a un avión que vuela. Mientras sube más y más, los edificios se van haciendo más pequeños.
Así mismo pasa en la vida. Mientras nos elevamos más espiritualmente, vemos a lo material (desde el tipo de coche, la situación económica, la casa, los lujos, etc.) cada vez más pequeño y con menos importancia.
Este mundo es solo de paso
Cuando Rab Yehuda Ades era pequeño, vivía en una casa muy vieja y sin nada de lujos. Su casa era antigua y muy humilde.
Cuando fue a estudiar a Yeshibat Ponovitch, vio los lujos que había en esa Yeshibá.
El Hejal precioso color dorado. Pisos de primera categoría, las paredes pintadas, etc.
Cuando regresó a su casa después de varios meses, vio su casa muy vieja y fea (ya que lo comparó con la Yeshibá recién construida). Cuando quería colgar su sombrero, vio que el lugar donde siempre se colgaban, era en un clavo que estaba clavado en la pared. Pero se le hizo muy anticuado ese clavo, así que fue a la tienda y compró una pieza especial para colgar sombreros.
Cuando llegó a su casa y estaba clavando esa pieza, su padre se empezó a reír, y el niño no entendía qué pasaba, ¿de qué se reía su papá?
El padre le dijo: Esta casa es de paso, ¿para qué quieres una pieza especial para colgar sombreros? ¡El sombrero se colgará de la misma manera con el clavo o con la pieza que compraste!
Así mismo debemos pensar en este mundo. Todo este mundo es de paso.
El Rab que viajó de Europa a Israel por un botón
Cuentan de un Rab que vivía en Europa y tenía muchos alumnos. Uno de esos alumnos se fue a vivir a Estados Unidos a trabajar.
Este alumno dedicó su vida a fabricar botones y olvidó por completo el estudio de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot.
Un día llegó el Rab a los Estados Unidos y fue con su alumno que vivía ahí y le dijo:
—Vengo desde Europa contigo, para que me vendas un botón para mi saco.
El alumno, sorprendido, no entendía lo que su Rab deseaba. Resultaba ilógico que viajara desde Europa hasta los Estados Unidos por un simple botón. El Rab seguía con su opinión y le decía que realmente viajó desde Europa a los Estados Unidos para que ese alumno le vendiera un botón.
El alumno le entregó el botón y el Rab se fue de ahí diciéndole que le agradecía y que al otro día regresaría a Europa, ya que había conseguido el botón que era toda su finalidad en su viaje a los Estados Unidos.
El alumno, asombrado, no entendía nada y persiguió a su Rab para que le diera una explicación sobre eso.
El Rab le dijo lo siguiente:
—Así como es ilógico que una persona viaje desde Europa hasta América por un simple botón, es ilógico que el alma de la persona, que es tan elevada y que viene desde el Trono Celestial, venga a este mundo sólo a fabricar botones.
¡El alumno entendió el mensaje…!
Debemos entender el mensaje que este mundo es únicamente pasajero y no perdamos el tiempo sintiéndonos dueños de algo en la vida, ya que eso provoca rencor, envidias, rivalidades, peleas, etc. Pero si nos sentimos como pasajeros en esta vida, ganaremos humildad, tranquilidad, paz, armonía, amistad, etc.