Rab. Shraga Simmons
Panorama

Parashá Jaié Sará

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"Desperdiciando el tiempo"

Génesis 23:1 - 25:18

El Sr. Cohen está esperando pacientemente en la sala de espera de un hospital de maternidad, en donde su mujer está dando a luz a su primer hijo. Repentinamente, la puerta se abre y el doctor aparece: "Sr. Cohen, tengo buenas y malas noticias. La buena noticia es que el nacimiento fue todo un éxito, sin complicaciones. La mala noticia es que su hijo está en un estado, el cual, en su tiempo, lo matará".

El Sr. Cohen se sobresaltó: "Esto es terrible! ¿Qué podemos hacer?".

"Lo siento pero no hay nada que podamos hacer", contestó el doctor. "No ha sido encontrada una cura, y los científicos han abandonado toda esperanza de encontrarla alguna vez. Su hijo definitivamente va a morir".

"Oh no·" dijo el Sr. Cohen, "¿Cómo se llama ese estado?"

"Vida", le contestó el doctor. "Vida".

Nosotros tenemos un limitado tiempo de vida en esta tierra. Y eso hace que cada momento sea precioso. Como dice el dicho: "Tiempo es dinero". Pero, pregúntate: si te dan la opción, ¿qué es realmente más importante: cinco minutos o cinco dólares?

Es obvio que el tiempo es más precioso que el dinero. Y cuánto más envejecemos más claro eso se ve. Cuando somos jóvenes, podemos sentir que vamos a vivir eternamente. La leyenda cuenta que la reina de Inglaterra, en su lecho de muerte dijo: "Yo daría toda mi fama y mis tesoros a cambio de una hora más de vida".

Una de las tragedias humanas más grandes es la pérdida de tiempo. Porque eso es literalmente desperdiciar una preciosa parte de la vida. Por supuesto, hay maneras obvias de perder el tiempo: chusmeando, escuchando chistes tontos, mirando comedias en la TV. Imagina jugar al backgammon muchas veces por día. Eso se llama "matar el tiempo· y viceversa".

Pero hay una manera más sutil de perder el tiempo. Yo me acuerdo de haber visto un poster en una tienda que promocionaba ropa, que decía: "para adaptarse a tu ocupado estilo de vida". El poster estaba implorando a nuestro deseo humano de estar ocupado. Si estamos ocupados, nos sentimos importantes. Pero ¿con qué estamos ocupados? ¿Qué estamos logrando realmente? ¿Tú estarías orgulloso de una lápida en la cual esté escrito: "Él hacía muchas diligencias"? ¿No hay nada más en la vida que "estar ocupado"?

El título de esta parashá es difícil de entender. La parashá se llama "Jaié Sará" - lo que significa literalmente "la vida de Sará". Pero lo extraño es que nuestra parashá no habla sobre la Vida de Sará, sino que describe su muerte y entierro. Luego la parashá continúa con este tema y termina con la muerte de Abraham! Si esta parashá es sobre la muerte, ¿por qué es titulada "vida"?!

La vida es como un barco. Típicamente un barco es bautizado en su primera travesía. Tenemos esperanzas y expectativas de que el barco viaje seguro y exitosamente. Pero ¿qué pasa muchos años más tarde cuando el barco, todo golpeado y curtido por la intemperie, vuelve al puerto? ¿Dónde están las cámaras, la multitud y el champagne?

En el judaísmo nosotros decimos que ESE es precisamente el tiempo de celebración. Pues en ese momento es cuando podemos evaluar y apreciar el éxito de la embarcación. Lo cual explica por qué la Torá usa la Muerte de Sará y Abraham para festejar el gran valor de sus Vidas.

El extraordinario crecimiento de un niño puede ser medido en términos de meses. Sobre un adulto, podemos detectar crecimiento a lo largo de un período de años. Pero, ¿por qué esto tiene que ser así? Así como nosotros no esperamos que un niño de 10 años actue como lo hizo a los cinco años, ¿por qué aceptamos que un hombre de 40 años actue como lo hizo a la edad de 35?!

Al describir la vida de Abraham, la Torá dice: "Estos son los Días de los Años de la vida de Abraham" (Génesis 25:7). La Torá compara los días con los años para decirnos que mientras el crecimiento de una persona promedio puede ser calculado en años, los de Abraham y Sará pudieron ser calculados en Días. Ellos tenían un extraordinario crecimiento diario. Ellos no solamente vivieron años completos, ellos vivieron días completos.

A veces, nosotros podemos pensar: "Yo podría crecer más si mi vida no sería tan difícil". Esto es una falcedad. Si pensamos sobre esto, nos daremos cuenta que nuestro crecimiento más grande no ha ocurrido durante nuestros tiempos más fáciles, sino en los tiempos difíciles. El Talmud dice que "todos los años de Sará fueron igualmente buenos". ¿Cuál es la explicación? Nosotros sabemos que esto no quiere decir que ella tuvo una vida fácil! De hecho, Sará sufrió 90 años de esterilidad y fue secuestrada dos veces! Abraham, también, luchó en guerras y fue puesto en la hoguera. Lo que esto significa es que no importa lo que pasaba, Sará vió lo bueno en cada cosa. Todo evento era una oportunidad para aprender y crecer. Los seres humanos deben crecer sin cesar a través de la vida. Nosotros debemos estar constantemente creciendo y aprendiendo. No existe tal cosa como "quedarse en el lugar". Los seres humanos están en un constante estado de entropía. Si no crecemos, decrecemos.

Tomemos el ejemplo de los viajes cotidianos: el americano promedio pasa 250 horas cada año haciendo viajes diarios y otras 200 horas esperando en la cola. En un período de 40 años de carrera, eso es 18 000 horas. ¿Qué beneficio obtenemos? ¿Qué reconocemos de inmediato los Top 40 de las canciones de los 60 o de los 70? ¿Qué escuchamos horas y horas de programas de análisis politico y sociales en la radio? ¿Qué alentamos a nuestro equipo de futbol durante los últimos 20 años de nuestra vida?

Si estamos conduciendo y soñando, estamos tirando dinero por la ventana. En lugar de eso, aprende algo! Hay cientos de clases sobre judaísmo disponibles en cassettes. Pónte una meta. Aprende hebreo. Inmérsete en una serie de historia judía. Escucha cassettes sobre las próximas fiestas judías. Más allá de eso, si estás comiendo tu almuerzo en tu oficina, puedes escuchar el RealAudio por medio del internet. No faltan oportunidades si realmente queremos y deseamos hacerlo una realidad.

Esta es una de mis historias favoritas que ilustra esta idea:

Había un gran Rabino del siglo XIX en Europa llamado el Jatám Sofer. Le tomaba a él varios años estudiar el voluminoso Talmud, en su totalidad. Al completarlo, él hacía una celebración para su familia y amigos. Una vez, él anunció otra celebración - sólo unos pocos meses después de la anterior. Sus amigos le preguntaron: "¿Tu ciclo no debería terminar en unos cuantos años?". A lo que él respondió: "Todo este tiempo yo he estudiado el Talmud simultáneamente en un segundo ciclo. Este segundo ciclo lo he estudiado cuando tenía cinco minutos libres - ya sea parado en una fila, esperando que algún evento comience, mientras viajaba, etc. De esta manera - de a cinco minutos - pude acumular muchos años extras de estudio de Torá!".

Ahora bien, probablemente tú estás pensando: "Oh, todo esto suena lindo en la teoría, pero yo necesito tiempo para relajarme!". Por supuesto, todos necesitan tiempo para la recreación y la relajación; un tiempo para recargarse y refrescarse. Sabes, cuando la sociedad occidental dice "relax" generalmente significa "tómate algún tiempo y haz un intervalo". En Los Ángeles, recuerdo haber visto una enorme cartelera para una popular feria de entretenimientos. El mensaje decía: "El lugar para ir cuando no tengas nada para hacer".

El judaísmo dice no desperdicies ni un minuto. Esto no significa tener un libro frente a tus ojos las 24 horas del día. (Quiero decir, tenemos que dormir también, ¿no?). La idea judía de "relajación" es conectarse con otro aspecto de la vida. Debe tener un propósito y estar dirigido. Cuando tú duermes, debes hacerlo con el propósito de descansar tu cuerpo para tener más fuerzas para hacer cosas verdaderamente significativas. De esta manera, incluso el dormir se convierte en algo significativo. Similarmente, si vas a visitar a un amigo, en lugar de pasar el tiempo hablando sobre las noticias, el deporte o el clima, por qué no pensar de qué manera pueden asistir a la comunidad, o por qué no hablar sobre la porción semanal de la Torá. O hacer paseo a través de la naturaleza. Incluso si cambias de velocidad, no estás renunciando. Estás creciendo.

Como descendientes de Abraham y Sará, hemos heredado sus genes espirituales. Cada momento de la vida de ellos fue significativo y con un propósito. Que el ejemplo de ellos nos inspire a hacer lo mismo.

Shabat Shalom,