Rav Arie Natan
Visiones

Parashat Toldot

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“ISAAC AMÓ A ESAV… Y RIVKÁ AMÓ A YAAKOV”

Este versículo es como un anticipo del pasaje: "las manos son las manos de Esav, pero la voz es la de Yaakov..." (Bereshit 27,22), que encontramos dentro de la escena en la cual Yaakov, el hermano menor, parece engañar a su padre cuando este último decide bendecir al primogéntito, es decir a Esav. Al comienzo de nuestra parashá, la Torá nos informa que Isaac amó a Esav, porque él le daba de comer de los animales que cazaba, en cambio Rivká amó a Yaakov. (Bereshit 25,28). El hecho que la Torá omita la razón del amor de Rivká para con Yaakov, y el motivo proporcionado para explicar el amor de Isaac a Esav parezca un tanto trivial, hace que estas relaciones sean críticas y dignas de nuestra consideración, en especial ya que conducen a la escena cataclísmica de la bendición que fija la etapa para la lucha interminable entre los descendientes de Yaakov y la progenie de Esav.

Quisiéramos sugerir varias posibles ideas para explicar la causa - o causas - de los amores que dividieron a esta familia; engendraron un acercamiento afectivo del padre para el primogénito, Esav, por un lado, y el amor para con el más joven, Yaakov, por parte de la madre, por otro.

Esta explicación, sugerida por el comentarista Rashbam, nos presenta no obstante dos problemas:

a) El primero, textual, el texto “no une” el amor de Rivká a Yaakov con su profecía. Se menciona la profecía, después la Torá nos relata el nacimiento de los mellizos y de su crecimiento - y entonces aparece el tema del afecto variado de los padres. El Torá no nos menciona la profecía como manera de explicar su amor a Yaakov.

b) El segundo problema es que tenemos que asumir que Rivká nunca contó a su marido esta profecía. Incluso no considerando su grandeza espiritual, es difícil entender porqué ella mantendría el mensaje profético sobre sus futuros hijos oculto de su marido.

2. Los Contrarios. Podemos sugerir una explicación alternativa, que se basa en el principio psicológico de la atracción de contrarios. En cada relación entre seres humanos, se intenta completar lo que es una carencia en nosotros mismos; por ejemplo, aquellos que suelen ser menos generosos de espíritu, son atraídos por las personas benévolas; aquellos que tienen un carácter gregario y necesitan de un medio social constante, suelen tender a buscar a personas aisladas, etc.

Rivká creció y fue educada en un hogar lleno de engaño. La Torá nos relata (Bereshit 24,30) que Laván invita al criado de Avraham a su casa, solamente después de ver las joyas en las manos de su hermana Rivká. La hipocresía y el comportamiento fraudulento de Laván es una parte tan esencial de su carácter que años más adelante, Yaakov se quejará amargamente que Laván, aunque es su suegro, había cambiado los términos de sus acuerdos diez veces (Bereshit 31,41). Por otra parte, Isaac creció y fue educado en el hogar ejemplar de Abraham y de Sará, quién, aun cuando en cierta ocasión necesitó “doblar la verdad” para salvar sus vidas, lo hizo a disgusto. (Cf. Bereshit 20:11 - 12).

Antes de informarnos sobre el afecto dividido de los padres, el Torá nos declara que Yaakov era un ish tam, literalmente, persona “recta”, honesto y no falso. (Es solamente más adelante, cuando Rivká comparte con él algo de su capacidad para utilizar el engaño positivamente, que Yaakov puede presentarse delante de su padre como si fuera su hermano). Por otra parte, Esav es un yodea tzayid, es decir un “cazador experto”. Rashi, sin embargo, cita un Midrash (Bereshit Rabbah 63:10) que amplía este significado y agrega que Esav podía “atrapar” a otras personas con sus palabras - es decir él era un experto engañador.

Entendiendo de donde cada uno de los padres proviene es posible esbozar una explicación de sus afectos. Isaac, que fue educado en un hogar de honradez perfecta, fue atraído por la capacidad de Esav “de jugar con la verdad.” Esta capacidad, como vemos más adelante con Yaakov, no es necesariamente mala, si se utiliza apropiadamente. Por ejemplo, nuestros sabios (Yevamot 65b) nos dicen que en circunstancias especiales está permitido “doblar la verdad” para mantener la paz en el hogar, pudiendo incluso ser considerado esto como un comportamiento elogioso. Por otra parte, Rivká, que provenía del ambiente engañoso de Laván, fue atraída seguramente por la honradez y a la pureza de Yaakov.

3. El Similar. Aunque aceptemos la noción de la atracción de contrarios cuando describe algunos rasgos del comportamiento humano y a su maquillaje psicológico, sin embargo lo inverso a este principio es también verídico cuando se refiere a vocaciones, intereses y a ajustes sociales. Así, nos atraen las personas que comparten nuestros intereses, que trabajan en nuestras mismas profesiones, compartimos un círculo social o tenemos un interés intelectual o artístico común. Yaakov es descrito además como yoshev ohalim - un “habitante en tiendas.” Aunque desde la perspectiva del Midrash asociamos estas tiendas con el estudio de la Torá, muchos comentaristas mantienen que el significado simple (Peshat) de esta frase se refiere a las tiendas de los pastores. Es decir Yaakov era pastor. Esav, por otra parte, además de ser un experto engañador, se lo denomina un ish sadé, un hombre del campo, un granjero. (Paralelamente, esta relación evoca en nuestra memoria la historia de los primeros hermanos en el Tanaj - Kayin y Hevel - y presagia la enemistad entre Yaakov y Esav.)

4. El Servicio Divino. Podemos sugerir otra solución, no tan psicológica, al fenómeno de estos afectos, centrándonos más en subrayar los diversos tipos de experiencias espirituales que suelen presentarse a los individuos. Cuando Rivká estuvo consternada por su embarazo, nos dice la Torá que ella fue a consultar al sabio, a buscar una respuesta proveniente de Dios. Junto a sus plegarias encontramos la necesidad que tuvo de ir y consultar sobre realidades profundas, la expresión en hebreo "y fue" implica una destinación prevista, no es una simple situación de “ir sin objetivo”. Dijimos al comienzo de nuestro artículo que ella fue donde el sabio de la época, pero quién, y más importante aun qué era este sabio, queda todavía en cuestión. Los comentaristas están de acuerdo que se trataba de un profeta y se sugieren varios nombres, según Rashí fue donde Shem, el hijo de Nóaj. Es lógico pensar que ella fue a la residencia o al santuario de ese profeta. Si es así su modo de servicio divino, en el único caso que encontramos, es de un tipo interior. Así, mientras que algunas personas encuentran su “conexión espiritual” realizada dentro de la belleza sin fin del mundo natural, otras la encuentran en la interioridad de los espacios cerrados donde se abren a la meditación. Según este argumento, Rivká era una persona del ohel (la tienda) - su lugar para la oración y para la conexión con el Creador estaba adentro. Cuando leemos de Yaakov que era un yoshev ohalim, - “habitante de tiendas”, y nosotros vemos que el Midrash define esto como que él estudió en las casas de estudio de Shem, podemos sugerir la causa de la relación afectiva que tuvo Riká con él. Ellos son descritos con un mismo tipo de experiencia - la espiritualidad de lo interior, lo meditativo.

Por otra parte, Esav es un hombre del exterior, lo cual es relatado en forma explícita en la Torá repetidas veces. Cualquier experiencia espiritual que pudiese atraer a Esav, estará siempre en el mundo exterior, en la belleza grande e impresionante de la naturaleza, actitud mantenida por sus descendientes. Si recordamos los pasajes anteriores en la Torá (Bereshit 24,63), nosotros encontramos a Isaac meditando en el campo. Este versículo es la fuente para la sugerencia rabínica que Isaac estableció la oración de la tarde, Minjá (Berajot 26b). El “lugar espiritual” de Isaac estaba en el aire libre, del mismo modo que el de su primogénito. No es sorprendente entonces que fuera atraído por Esav, mientras que Rivká, la que oraba en las tiendas, haya favorecido naturalmente Yaakov, el yoshev ohalim.