Rav Yosef Meyer Medresh zz"l
Perlas

Parashat Vaishlaj-1

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"Sálvame ahora de mi hermano, de Esav" (Génesis 32:12).

El versículo nos dice que Iaacov Avinu antes de su encuentro con Esav (quien lo quería matar), le rezó a D'os y le dijo "Sálvame ahora de mi hermano, de Esav". ¿Por qué es que Iaacov repitió su pedido, diciéndole a D'os que lo salve "de su hermano, de Esav"?

El autor del libro "Bet Haleví" nos explica que en este exilio donde el pueblo de Israel está bajo el poder de Esav, es decir desde la destrucción del segundo Templo de Jerusalem, Esav se comporta con nosotros de dos maneras. Al comienzo como Esav: malvado y cruel, queriéndonos destruir.

Pero hay veces que Esav se comporta como un hermano, que dice que quiere vivir con nosotros en paz, hermandad y fraternidad, aunque su verdadera intención es alejarnos de la Torá.

Y es por eso que Iaacov rezó primero para que D'os lo salve de su hermano y luego para que lo salve de Esav. Pues es más peligroso para el pueblo de Israel que Esav se comporte como su hermano, que se comporte como su enemigo, ya que la naturaleza de la persona es acercarse a las personas que lo tratan bien.

Por Rabí Moshé Itzjak Botbol

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"Y él dijo: Vayamos e iré contigo. Pero él le dijo: Mi señor sabe que los niños son pequeños…" (Génesis 33:12-13).

De regreso a la tierra de Israel, Iaacov se encontró con su hermano Esav, quien le propuso no continuar su camino hacia allí diciendo: “Mejor quédate conmigo y estudia Torá aquí, en el Monte de Seir”. E Iaacov respondió: “No puedo ir contigo porque mis niños son muy delicados todavía”.

¿A qué se refería Iaacov? Sus hijos ya no eran niños, ni tampoco delicados. Dice el Midrash que Iaacov se refería a que si iba a quedarse con Esav no iba a poder tener niños como Moshé y Aharón o como Mordejai y Ester.

Aunque Esav hubiese abierto una ieshivá en sus tierras, especialmente para que Iaacov y su familia estudien y vivan allí, Iaacov no hubiera aceptado ya que necesitaba un lugar puro y limpio de las influencias negativas de Esav. Y es a esta delicadeza y fragilidad a la que se refirió Iaacov en su respuesta.