"Mas Yaacov partió hacia Sucot donde edificó para sí una casa, y para su ganado hizo cabañas. Por tanto, llamó el nombre del lugar Sucot". (Génesis 33;17)
La Torá nos enseña en este versículo cuáles son las prioridades que debemos tener en nuestra vida. Este mundo fue creado para que lo disfrutemos, pero con la condición de que recordemos que el regocijo y el placer que el mundo nos ofrece, no son más que un medio necesario para lograr el fin de servir a D´s. Mientras uno tome el bien material con esta prioridad, está en lo correcto y no importa qué tanto esté tomando de la riqueza material. Pero si pierde la proporción y pone sus logros materiales, en primer lugar, como si fuese el principal propósito en la vida, se encontrará en un camino malo aunque haya tenido poco.
Lo dicho anteriormente podemos definirlo de la siguiente manera: Todo depende de la importancia que le demos al materialismo: si le damos poca importancia se nos permite tener mucho y si le damos mucha importancia se nos prohibe tener poco.
El Jafetz Jaim (uno de los más importantes sabios de nuestro pueblo antes de la segunda guerra mundial) vivió en una casa muy modesta donde casi no tenía muebles, solamente poseía lo indispensable para vivir. En cierta ocasión, llegó un turista de Estados Unidos a visitar el pueblo Radin, donde vivía el Jafetz Jaim, y fue inmediatamente a la casa del rabino con muchas ganas de conocerlo.
Cuando entró a la casa se quedó muy sorprendido: ¿A caso aquí vive el líder del pueblo judío conocido mundialmente? Entró a entrevistarse con el rabino y le preguntó dónde se encontraban sus muebles, y el rabino le contestó, como buen judío, con otra pregunta: ¿Y tus muebles a dónde se encuentran? Los míos están en mi casa en Nueva York, contestó el americano y ¿por qué no tienes aquí tus muebles?, continuó el rabino. El visitante le contestó: Porque aquí me quedaré poco tiempo, vine como visitante, y no tiene caso tener aquí mis muebles, pues los tengo en mi casa permanente.
El Jafetz Jaim sonrió y le dijo al visitante: escucha bien lo que me estás diciendo: Tú dices que estás en el pueblo de visita y por lo tanto no necesitas muebles y a mí me preguntas ¿dónde se encuentran mis muebles si yo no estoy aquí de visita? ¿Qué diferencia hay entre una visita de un par de días a una de decena de años? Es lo mismo - respondió el Jafetz Jaim - por lo tanto no tiene caso tener muebles aquí, sino que los debemos tener allá.
Este es el espíritu del versículo citado al principio de este artículo, Yaacov se fue a un lugar que se llama Sucot que significa provisorio, y allí es donde construyó su casa, para enseñarnos que se permite construir una casa siempre y cuando recordemos que no es más que una Sucá provisioria, pero si uno le da importancia a su vivienda como si fuese algo eterno, entonces ni si quiera una Sucá se le permite construir.