Rav Yehuda Levi
Januca

Observando las Luces

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Observando las Luces

¿Cuántas veces estabas conduciendo yendo hacia tu trabajo y al llegar te diste cuenta que no recuerdas el viaje?

?Hipnosis de carretera? nos ocurre a todos, y no sólo en el coche. Pareciera ser que nuestra mente tiene una mente propia. Nuestros pensamientos y meditaciones frecuentemente nos llevan a otro lugar distinto del que realmente nos encontramos. Parece que estamos trabajando, cocinando, regando el césped o escuchando a un amigo, pero nuestras mentes están en otro lado. Probablemente hemos viajado al pasado - reviviendo un evento que ocurrió, o estamos viendo hacia el futuro.

El resultado es que, literalmente, no observamos ni experimentamos lo que está ocurriendo exactamente frente a nosotros.

 

Apreciando el Arbusto

\"Moshé estaba pastando el ganado de su suegro? Él vio asombrado un arbusto que estaba en llamas pero no se consumía... Y se dijo a si mismo: Voy a hacerme a un lado y observar esta increíble visión. ¿Por qué el arbusto no se consume?\" (Éxodo).

Nuestros Sabios dicen: ?De aquí aprendemos que no hay lugar desprovisto de la presencia de D\'os?. La espiritualidad se puede discernir en todas las cosas y todos los lugares. Para tocar el infinito, increíble y trascendente, no tenemos que escalar hasta la cima de una montaña o navegar hasta el extremo del océano.

Inclusive un simple arbusto, algo que pasamos desapercibido diariamente, puede ser un recipiente de la Presencia Divina.

\"Y se dijo a si mismo: Voy a hacerme a un lado y observar esta increíble visión. ¿Por qué el arbusto no se consume?\".

Moshé tomó una decisión consciente: ?hacerse a un lado? para poder observar el arbusto en llamas. La pregunta es: ¿dónde estaba la mente de Moshé antes de que se hizo a un lado y observó? ¿Estaba pensando en su ganado? ¿En su suegro? ¿Sobre la vida que dejó en Egipto?

Donde sea que estuviera la mente de Moshé, él necesito hacer un esfuerzo consciente, encaminado a entender el significado de la imagen que en ese momento estaba frente a él.

?Y D\'os vio que se había hecho a un lado?: sólo cuando Moshé se hizo a un lado alejándose de pensamientos ajenos es que D\'os lo llamó desde el arbusto.

En realidad no hay nada mundano en la vida. Eso que aparenta ser ordinario, sólo aparenta serlo porque no hemos visto lo que realmente hay en él. No hemos tomado la decisión consciente de desviar nuestra atención de la infinidad de pensamientos que nos alejan del presente, para poder percibir lo extraordinario que tenemos frente a nosotros.

 

Pensamientos Sobre la Menorá

?Las ocho noches de Januká estas luces son sagradas. No tenemos permitido usarlas, sino sólo observarlas? (Plegaria de Januká).

La única cosa que tienes permitido hacer con las luces de la Janukiá es observarlas. Aparentemente, esto no parece ser muy problemático, pero la idea es muy profunda.

Nos relacionamos con la Menorá al verla y observarla. Vemos las llamas y están mucho más alejadas de lo que aparecen. No son simplemente velas. Son guías. Nos llaman a alejarnos de todo lo demás y ver lo que realmente está allí: santidad, trascendencia, espiritualidad y hasta la misma Divinidad pueden estar presentes inclusive en una pequeña llama.

Las luces de Januká no pueden ser utilizadas para nada. No tienen más uso para nosotros de lo que tendría un espinoso arbusto. Y no nos puede ayudar hacer nada sino sólo observarlas...

 

La Bendición de Bendiciones

En la vida judía, recitamos muchas bendiciones: en la comida - por las frutas o por el pan, etc. - por los ricos aromas, después de escuchar un trueno, e inclusive después de ir al baño.

El propósito de las bendiciones es llamar nuestra atención a momentos que usualmente nos acostumbramos reflexionar sobre ellos. Recitar una bendición verbalmente hace un efecto permanente en nuestra conciencia.

En hebreo la palabra bendecir se dice ?berajá?. Est palabra está íntimamente relacionada con otra palabra que suena parecido: ?berejá? - que significa un manantial natural de agua.

Las bendiciones nos ayudan a ver que nuestra vida es un manantial continuo de agua fresca.

Mucho de lo que parece ser común y monótono, contiene chispas de vida, luz y santidad. Durante ocho días debemos observar las simples luces de la janukiá. ¿Y qué es lo que vemos? ¿Llamas pequeñas que hemos visto miles de veces? ¿Otra vela coloreada? ¿Una insignificante fuente de luz? ¿O hay algo más?

Podemos ver el tiempo en el que los judíos combatieron contra los griegos. Podemos ver la fuerza espiritual de nuestro pueblo, un pequeño frasco de aceite consumiéndose durante ocho días, un milagro, una maravilla, una luz... ¿Acaso podemos ver todo esto y más en las luces de la janukiá?

En Januká lo que hacemos es ver. Y si vemos, observaremos. Y si observamos nos elevaremos y nos inspiraremos, y descubriremos que hay mucho más en la vida de lo que hubiéramos pensado que había.