Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

No. 287-miketz-3-contigo pan y cebolla

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CONTIGO PAN Y CEBOLLA 

Y Iosef estudió al faraón… Hashem contestará para la paz del faraón

(Bereshit 41,16) 

Este parece ser un momento clave en la vida de Iosef: Iosef se presenta frente al faraón, quien le relata sus sueños y le dice: escuché lo que dicen de vos, que si escuchás podés explicar lo que soñé. Iosef, en lugar de atribuirse el poder de interpretar sueños, le dice al faraón: no soy yo el que interpreta, Hashem lo explicará para la paz del faraón. Y lo que acá resulta increíble, es que después de que Iosef da la interpretación del sueño, aunque sabemos que el faraón es idólatra, de pronto se vuelve “creyente”, cree en Hashem y proclama: después de ver como Hashem te dio la respuesta, entiendo que no hay hombre más inteligente y sabio que vos, y agrega: tenemos aquí con nosotros un hombre en el que reposa el espíritu Divino.

Y hay algo más asombroso, cuando Moshe Rabenu se presenta ante el faraón y le dice que hay un Bore Olam que quiere que deje salir a Su Pueblo de egipto, el faraón dice: ¿quién es Hashem, por qué tengo que escucharlo? Ahora, otra vez, no quiere creer y recibe las “macot”, golpe tras golpe, de pronto, en medio de las macot, parece que empieza a volver a creer, pero fue algo pasajero, enseguida se retracta, se fortalece y retorna a su tonta postura. Hasta el último momento, cuando finalmente deja salir al pueblo de Israel, se arrepiente y dice: ¿qué hicimos, por qué enviamos al pueblo de Israel?, ¿por qué los liberamos de la esclavitud?

Preguntamos: ¿cuál es la diferencia entre el faraón de Iosef y el faraón de Moshe? Los dos eran idólatras, ¿por qué el faraón de Iosef se vuelve de pronto creyente y el de Moshe no quiere creer ni siquiera lo que tiene frente a sus ojos?

Hay un relato muy conocido, que ocurrió en la ciudad de Varsha, allí había un hombre muy poderoso, rico, y además temeroso de Hashem. Transportaba mercaderías en sus barcos que recorrían todo el mundo. Un día se supo que todos sus barcos se hundieron en el mar y que quedó pobre, sin un centavo, pero nadie se atrevía a contárselo, todos tenían miedo que al enterarse le ocurra algo, temían por su salud.

El rab de Varsha dijo que él mismo se ocuparía de hacérselo saber. El rab lo mandó a llamar, y cuando lo tuvo enfrente le empezó a hablar sobre temas espirituales, sobre el temor al Bore Olam y sobre lo poco importantes que resultan ser las posesiones materiales. El tema se centró en que si alguien posee un bien y lo pierde, no tiene por qué preocuparse, y a esta altura, el ex - millonario ya entendía algo de lo que el rab le quería decir…

Después de un largo tiempo de hablar sobre la vanidad de este mundo, el rab le preguntó: de acuerdo a lo que estamos hablando, ¿qué ocurriría si te enteraras que uno de tus barcos se hundió repleto de mercaderías?, ¿sentirías algún sufrimiento?

-Seguro que no!, afirmó el hombre, estamos diciendo que todo este mundo es vanidad!

-Con esto no puedo afirmar, continuó el rab, que tu fe y tu temor al Bore Olam están en una categoría alta, ya que la pérdida de un barco es insignificante al lado de tu riqueza, en cambio si nos enteramos que se hundieron dos o tres barcos, ¿qué dirías ahora?

El hombre pensó su respuesta y afirmó: tampoco sufriría por esto.

Y el rab volvió a decir: esto todavía no es una demostración de que tu Irat Shamaim es verdadera, ¿qué dirías al enterarte que se hundieron todos tus barcos?

-Contestar ahora así porque sí, no es nada sencillo ni tampoco una respuesta inteligente. Necesito un momento para pensarlo…

-Estás contestando muy bien, dijo el rab, y lo llevó a otro cuarto para que piense, allí, el hombre sacó de la biblioteca el “Jovat Halebabot” y del capítulo de la confianza estudió que la persona que confía en Hashem es varias veces más rico que el que tiene una máquina capaz de convertir el barro en oro!

Allí explica que la persona siempre pretende tener una garantía que le asegure que nunca perderá sus bienes, una garantía firmada por el mismo Hakadosh Baruj Hu, que le asegure que todo está a su entera disposición. Esta persona no tiene nada de fe, ya que necesita una seguridad “externa”, quiere tener depositado en su caja fuerte un pagaré que le garantice la restitución de cualquier pérdida…

Después de haber estudiado bien el capítulo, el hombre salió del cuarto. El rab esperaba afuera y el hombre dijo: de acuerdo a lo que acabo de estudiar, aunque reciba la noticia de que todos mis barcos se hundieron en el mar, no tendría de qué preocuparme, ya que comprendí que Hakadosh Baruj Hu, puede dar y puede sacar a Su Voluntad, El es el Dueño de todo y debemos confiar en El.

El rab le dijo: si llegaste a entender así, ahora puedo decirte que de fuentes verídicas escuchamos que todos tus barcos se hundieron en el medio del mar!

Cuando el rab terminó de hablar el hombre se desmayó y los médicos, que estaban en el cuarto contiguo, con mucho esfuerzo pudieron salvarlo de la muerte. Cuando el hombre recobró el conocimiento el rab le preguntó: ¿qué te pasó?, un segundo antes de desmayarte, afirmaste con toda alegría que nada de lo que ocurriera con tus posesiones podría afectarte, ¿por qué te desmayaste?

-Cuando llegué a la conclusión de que todo el mundo es vanidad, suponía que mis barcos estarían flotando en el medio del mar, por eso, entiendo perfectamente que todo el mundo (a excepción de mis barcos) es vanidad. Pero cuando me dijiste que mis barcos también se hundieron, no pude evitar desmayarme!

Esta es la diferencia entre el faraón de Iosef y el de Moshe. Cuando Iosef le dice que hay un Bore Olam en el Cielo y El lo va a enriquecer, que todo el dinero del mundo entrará en egipto, entonces el faraón dice: un D-s así vale la pena, yo lo quiero. Pero el faraón de Moshe, cuando Moshe Rabenu le dice que hay un Bore Olam que quiere que el faraón libere a sus esclavos, a un pueblo entero que está al servicio del faraón, esto no le conviene al faraón, es una gran pérdida de dinero por eso pregunta casi desmayado, ¿quién es Hashem?

La misma diferencia encontramos entre un iehudi y un no iehudi. El iehudi quiere a su Bore Olam en las buenas y en las malas, a diferencia de los demás pueblos que quieren a sus dioses solamente cuando reciben algo de ellos.

Dice el Midrash que Hakadosh Baruj Hu está “montado” sobre las personas justas, y así está escrito, que Hashem está sobre ellos. En cambio, si hablamos de los malvados, ellos son los que se suben sobre sus dioses, como dice el versículo: y el faraón estaba parado sobre el río (uno de los tantos dioses de egipto). La intención del Midrash es mostrarnos como los justos no le piden nada a Hashem, ellos lo “llevan” en andas, son capaces de soportar todo y siempre demostrando su amor al Bore Olam, son como el “carruaje” que lo lleva, como si Hakadosh Baruj Hu estaría montado sobre ellos.

En cambio, los malvados, son ellos los que se suben arriba, como está escrito en el caso del faraón, porque el río era adorado por ellos mientras pudieran sacar algo de él, pero cuando ya no había lo que sacarle, se alejaban de él. Esta es la diferencia entre Israel y los pueblos, esta es la diferencia entre mi hijo y mi cuñado (entre Reuben y esav, según palabras de Lea Imenu).

Darje Musar.

 

Leiluy Nishmat  Alberto Abraham ben Amalia  ?"?