Rav Osher Vais
Perlas

MINJAT ASHER -Miketz

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No avergonzarás a tu prójimo

El Or Hajaim pregunta; ¿por qué Yosef no pudo comunicarse con su padre durante todo el tiempo que ocupó el cargo de mayordomo de la casa de Potifar o virrey de Egipto?

Seguramente Yosef podía imaginar la horrible miseria de su padre, que languidecía bajo la falsa impresión de que su hijo predilecto fue asesinado. Durante todo ese período de veintidós años, Yaakov fue privado de su Ruaj hakodesh (inspiración divina), recuperándolo sólo después de que descubrió que Yosef aún vivía, como dice el versículo:  "Y revivió el alma de Yaakov su padre"1. Como el Rambam explica2 que la profecía sólo puede descansar sobre una persona en un estado de alegría3, por lo tanto la miseria de Yaakov por la muerte de su hijo le impedía sentir la cercanía de Hashem.

¿Por qué Yosef no envió un mensaje a Canaán para avisar que estaba vivo y bien, y así aliviar el dolor de su padre?

El Or Hajaim explica, que si Yosef habría informado a Yaakov que aún vivía, se habría visto obligado a explicar lo que le había sucedido. Los crímenes de sus hermanos en su contra, y sus mentiras de que "un animal salvaje se lo comió"4, serían revelados a Yaakov, haciendo que su humillación sea indescriptible.

Yosef se encontraba en la posición poco envidiable de tener que elegir entre el sufrimiento de su padre y la humillación de sus hermanos. A la luz de la advertencia de nuestros Sabios que es mejor ser arrojado a un horno de fuego que avergonzar a otra persona en público5, Yosef optó por guardar silencio y dejar que el dolor de su padre continuará, hasta que llegó el momento en el que se vio obligado a revelarse.

Todos somos muy conscientes de la importancia de respetar los sentimientos de los otros, sin embargo, a veces tomamos en cuenta otras consideraciones, e imaginamos que para nuestros propios intereses, o tal vez incluso para el bien público, estamos justificados en avergonzar a otra persona. Sin embargo, a partir del ejemplo de Yosef aprendemos la verdadera importancia de velar por el honor de nuestros compañeros, de tal manera que Yaakov se vio obligado a soportar veintidós años de miseria sólo para salvar a sus hijos de la vergüenza.

Otro ejemplo de esto se puede encontrar en la Guemará6, que nos cuenta, que cuando Rebi [Yehuda Ha-Nassi] yacía en su lecho de muerte, nombró a R' Janina para dirigir la Yeshiva después de su fallecimiento. Sin embargo, cuando Rebi murió y llegó el momento de R' Janina para asumir el manto del liderazgo, se negó, ya que temía que esto podría ofender a su compañero, Rabí Afes , que era dos años y medio mayor. R' Janina se hizo a un lado, permitiendo que R' Afes dirigiera la Yeshiva hasta su muerte, después de la cual R' Janina finalmente aceptó el cargo. Rebi sabía que R' Afes era mayor, y sin duda también fue sensible a los sentimientos de R' Afes. No obstante, consideró que R' Janina era más adecuado para el puesto. Además, Rebi ya había expuesto sus poderes de Ruaj Hakodesh, y por lo tanto se podría suponer que había nombrado a R' Janina conforme a la voluntad de Hashem. Por otra parte, la singular grandeza de R’ Janina era su lealtad inquebrantable a Rebi, de modo que ni una sola vez dicto una sentencia halájica a menos que la había oído directamente de Rebi7. R' Janina también enseñó8: "¿Quién está destinado a la compensación del Mundo Venidero? Él hombre cuyos maestros están contentos con él".

A la luz de todo esto, podemos entender que R' Janina tenía todo el incentivo del mundo para cumplir la última voluntad de Rebi, sin embargo sentía simplemente que no podía hacerlo a costa del honor de su amigo. Para que no pensemos que R' Janina cometió un error en esta decisión, el Talmud Yerushalmi9 relata que cuando sus discípulos le preguntaron por la virtud por la cual mereció vivir hasta una edad tan avanzada, respondió que se le concedió una larga vida como recompensa por hacerse a un lado para honrar a R' Afes.

Nuestros Sabios nos exhortan10: "Que el honor de tus compañeros sea como el respeto de tus maestros, y la reverencia de tus maestros como el temor de los Cielos".

En Tanna D'Vei Eliahu aprendemos11: HaKadosh Barúj Hu dijo a los Hijos de Israel:

 "Mis hijos, ¿hay algo que no pude darles? Y ¿qué es lo que pido a cambio? Sólo les pido que os améis los unos a los otros, respetaos unos a otros, y témanse (de ofenderse) entre sí, y que nunca sea hallado en ti un pecado, robo o actos de mala reputación, sólo con el fin de que nunca puedan llegar a la desgracia, ya que está escrito12: “ Te diré hombre que es lo bueno, y qué demanda Hashem de ti: solamente hacer justicia, amar la misericordia, y ser humilde ante tu D-os".

SHIUR SEMANAL A CARGO DEL RAV OSHER VAIS SHLITA

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Fuentes

1 Bereshit 45:27, Targúm Yonatan

2 Shemonéh Perakim, cap. 7

3 Shabat 30b

4 Bereshit 45:26

5 Berajót 43b

6 Ketubot 103

7 Talmud Yerushalmi: Nidah 2:7

8 Shabat 153a

9 Talmud Yerushalmi: Taanit 20b

10 Pirke Avot 4:15

11 Tanna D’Vei Eliahu Rabba 26:

12 Mijah 6:8