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Descubrimiento

Descubrimiento Parashat Vayigash-17

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UN MOMENTO PARA REFLEXIONAR

El peor enemigo es el que aparenta no causar daño.

UN MOMENTO PARA PROFUNDIZAR

Sin lugar a dudas, uno de los sentimientos que todos los seres humanos compartimos, es el miedo, la ansiedad, la incertidumbre.

Hoy en día, los bancos y los comerciantes, temen al famosos: bug 2000 , la sociedad israelí teme tener que abandonar el Golán, teme que la paz fracase. En el plano particular tememos perder nuestro trabajo, nuestra salud, nuestros seres queridos

También Yaacob, temía descender a Egipto para reencontrarse con su bien amado Yosef

El miedo, la ansiedad y la depresión son los factores subyacentes que impulsan gran parte de la conducta humana hoy, y aun así están entre las fuerzas menor comprendidas en las vidas de las personas. En su forma mas aguda, nos paralizan. Como podemos vérnoslas con estas fuerzas? Por que les tememos y que es lo que tememos?

No son preguntas fáciles de contestar, pues el miedo es silencioso y a la vez devastador, conduciendo a la ansiedad y mas alla a la depresión. Cuando estamos consumidos por el miedo, nuestro juicio se distorsiona, nos congelamos en la duda, incapaces de tomar la mas simple decisión.

Existe un miedo natural y saludable hacia lo desconocido, que suele protegernos del peligro. Pero coexiste otro temor, mas común y mas formidable, es le que no nos permite identificarlo, oculto entre las sombras, prospera con nuestra ignorancia. Este tipo de pavor,  generalmente, nace de la duda y la confusión. Debo aceptar este empleo o no? Podre s solucionar este problema o no?, Que pensara mi familia y amigos si hago este cambio en mi vida? Esta confusión es anatema para un ser humano, que lo sume en la tensión emocional y la parálisis reflexiva.

Cuando resolvemos dudas, sentimos como si nos hubieran sacado de encima un gran peso del corazón. Aun si estamos convencidos de que no fue la mejor decisión, al menos podemos ver con claridad lo que hay delante. Aquel que no tiene un objetivo claro en la vida sigue confundido. La confusión genera mas confusión y ansiedad.

El miedo tiene muchos padres. Muchos pueden ser los causantes de nuestro actual miedo, quizás simplemente nunca se nos enseno un objetivo y una dirección en la vida y el miedo puede echar raíces cuando creemos que la vida es una existencia que se desarrolla al azar.

La mayor parte de la ansiedad humana surge del miedo a perder el mundo que nos rodea, el mundo al que nos hemos acostumbrado. Analicemos cuan limitada es esta actitud. Por su naturaleza el materialismo es fugitivo.

La comida que comimos ayer, hoy ya se fue. El dinero que ganamos hoy, será gastado mañana. El status y el poder que tanto trabajamos para conseguir,  puede desaparecer en un momento. Cuando nuestra vida se construye sobre cimientos tan pasajeros, Como podríamos sentirnos seguros? Hacer del mundo material la única prioridad es la causa ultima del miedo y la ansiedad.

Cuando permitimos que nuestra vida sea definida por el dinero, por el trabajo, por la sociedad, entonces nos invade un intenso temor.

No podemos, ni debemos, negociar nuestras normas y valores por miedo a como nos percibirán o como repercutirán en nuestro empleo Este es uno de los desafíos mas difíciles en la vida, pues todos queremos ser amados y aceptados, mas nos olvidamos que la única persona en el mundo por la que debemos ser aceptados es: nosotros mismos . Quizás este es el gran valor de los preceptos bíblicos, ayudarnos a comprender la perspectiva de la vida misma, nuestro objetivo y la manera de trascender; de esta manera introducimos la serenidad en nuestras vidas y también un sentido de orden.

Solo entonces adquirimos la claridad con la cual demoler al miedo. Cuando nos concientizamos de la existencia de Dios y comprendemos la manera en que El conduce este su mundo, entonces reconoceremos el verdadero propósito de nuestra vida. En tanto sigamos poniendo el mas alto valor solo en el mundo material, seguir

 

UN MOMENTO PARA REIR

A un avión se le averió un motor en pleno vuelo, así que el piloto ordeno a la tripulación hacer que los pasajeros se abrocharan los cinturones y se prepararan para un aterrizaje forzoso. Dejo pasar unos minutos y pregunto a una azafata si ya estaban todos listos. Esta respondió: -Si, todos menos un abogado que sigue repartiendo sus tarjetas.