Rab. Shraga Simmons
Panorama

Parashá Vayeji-17

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"La Bendición de Efraim y Menashé"

Génesis 47:28 - 50:26

Iaacov se da cuenta que está a punto de morir, entonces para hacer un "testamento ético" él invita a sus doce hijos para que reciban una bendición.

Pero primero, Iaacov llama a sus dos nietos - los hijos de Iosef: Efraim y Menashé - para darles una bendición. ¿Por qué es que Iaacov le da prioridad en la bendición a sus nietos?

Los comentaristas explican (y todo abuelo sabe) que se tiene más alegría por tener nietos que por tener hijos. ¿Por qué esto es así?

La mayoría de las creaturas en el mundo tienen una relación de padre-hijo, ya sea la madre del león protegiendo a sus cachorritos o la madre pájaro alimentando a sus pichones. Pero sólo el ser humano tiene el concepto de nietos, de perpetuar más allá de una generación. Es por eso que ser un abuelo es una experiencia que nos conecta con nuestra unicidad como seres humanos.

Sin embargo, hay un significado más profundo en la bendición de Iaacov.

Una de las costumbres más hermosas de la vida judía es que los padres bendicen a sus hijos al comienzo de la comida de shabat el viernes por la noche. Las niñas reciben la bendición: "Que D'os te haga como las matriarcas, Sará, Rivká, Rajel y Leá". Mientras que para los niños se dice: "Que D'os te haga como Efraim y Menashé".

¿Qué ocurrió con los patriarcas, Abraham, Itzjak e Iaacov? ¿Por qué Efraim y Menashé fueron escogidos en lugar de ellos para esta importante tradición?

Nuestros Sabios ofrecen dos explicaciones:

Una idea es que Efraim y Menashé fueron el primer grupo de hermanos que no pelearon. Los hijos de Abraham - Itzjak e Ishmael - no pudieron llevarse bien, y sus desacuerdos formaron las bases del conflicto árabe-israelí de hoy en día. Los dos hijos de Itzjak - Iaacov y Esav - eran tan contenciosos que Esav quiso matar a Iaacov repetidamente y ordenó a sus descendientes que también lo hagan. E incluso los propios hijos de Iaacov cayeron cuando vendieron a su hermano Iosef como esclavo.

Esto explica la razón por la cual, cuando Iaacov bendijo a Efraim y Menashé intencionalmente cambió sus manos de lugar, bendiciendo primero al menor y luego al mayor. Iaacov deseaba enfatizar el punto de que entre estos dos hermanos no había rivalidad (Génesis 48:13-14).

Es con este pensamiento que los padres bendicen a sus hijos hoy en día. Pues no hay bendición más grande que la paz entre hermanos.

Y es el mismo deseo que D'os tiene respecto de todo el pueblo judío.

Otra explicación de por qué los niños judíos reciben la bendición de Efraim y Menashé es dada por el Rab Shimshón Rafael Hirsch (siglo 19, Alemania):

La primera generación de judíos - Abraham, Itzjak e Iaacov - educaron a sus hijos principalmente en la tierra de Israel. La Tierra Sagrada es el ambiente judío más receptivo, sobre el cual el Talmud reporta que "incluso el aire te hace sabio". Entonces de alguna manera, eso fue fácil.

Pero por la hambruna, Iaacov y su familia se fueron a Egipto. La generación siguiente crecería rodeada por el paganismo y la inmoralidad. La prueba era si el judaísmo sobreviviría en medio de todas esas distracciones y desafíos de la vida en la diáspora.

No es un trabajo fácil.

Dos abuelos, uno religioso y otro agnóstico, estaban conversando:

"Yo no entiendo" - dijo el agnóstico, recostado sobre su silla mesedora - "Mis nietos no me respetan. Ellos nunca vienen a verme. Y cuando sí lo hacen, es sólo para pedirme dinero prestado o que les haga un favor. Pero sus nietos son diferentes. Ellos vienen frecuentemente a verlo, se sientan a sus pies mientras usted comparte historias y pensamientos con ellos, y están anciosos de escuchar cada palabra. ¿Cuál es la diferencia entre usted y yo?".

"Yo le diré la diferencia" - dijo el hombre religioso, pasando sus dedos por sus tzitzit - "Yo les enseño a mis nietos que yo estoy dos generaciones más cerca del momento de la entrega de la Torá en el monte Sinai. Usted le enseña a sus nietos que está dos generaciones más cerca del mono del cual usted evolucionó".

Si tu valor como ser humano es definido por tu habilidad de vestirte a la moda o navegar por el espacio, entonces tú estás causando tu propio fracaso ante los ojos de tus hijos. Porque a largo plazo, es inevitable que nunca podrás competir en estas áreas con la generación más joven.

No es siempre fácil para los padres medir el éxito.

Transmitir valores a los hijos de uno es comparativamente fácil. Si tú pones reglas suficientemente razonables, los hijos en general las seguirán.

Sin embargo, una vez que los niños crecieron y comenzaron a educar a sus propios hijos, entoces tú comenzarás a ver cuán profundos esos valores han penetrado.

Mucho más que los hijos, son los nietos quienes revelan la fundación y la futura dirección de la línea familiar.

Hoy, en los círculos judíos hay una frase popular: "El tema no es si tú tienes hijos judíos, sino si tendrás nietos judíos".

A través de los años, los padres judíos han rezado para que sus hijos puedan aguantar las tentaciones del exilio, y puedan mantener su fuerte y orgullosa identidad judía.

Que todos seamos bendecidos con orgullosos hijos y nietos judíos.

 

Shabat Shalom,