Iom Kipur
Entre los piyutim (poesías) que decimos en Rosh Hashaná y Yom Kipur con mucha emoción se encuentra: ?Lekel orej din?....
Este piyut se encuentra formado de versos que siguen el orden del abecedario hebreo y que hablan acerca del juicio de D?s.
Entre las características del juicio mencionaremos el hecho de que D?s descubre lo escondido, que D?s actúa con justicia, que hace bondad en el juicio, que D?s conoce los pensamientos, que domina su enojo en el juicio, que perdona nuestros pecados, que D?s compra sus esclavos en el juicio, etc...
Quisiera en este pequeño espacio subrayar la mención sobre la compra de D?s de esclavos en el juicio. ¿Sobre qué esclavos estamos hablando y por qué los compra?
La explicación puede ser la siguiente: el Satán (el fiscal) se dedica, durante todo el año, a juntar nuestros pecados para poder hacer uso de ellos en el día del juicio. Cuando se acercan los Yamim Noraim (los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur) y los yehudim comienzan a hacer Teshuvá (retornar a D?s) se van borrando sus pecados. Teshuvá que se hace con amor, tiene la capacidad, no tan sólo de borrar los pecados sino también de convertirlos en méritos.
Cuando el Satán, a la hora del juicio, quiere sacar sus acusaciones, encuentra que su almacén está vacío. Aparentemente no tiene más acusaciones contra el pueblo de Israel por lo que tendría que dejarnos en paz. Sin embargo, el Satán no puede quedarse callado y busca sobre lo cual sujetarse para acusarnos de algo.
Por lo tanto, nos acusa ante D?s de ladrones, ya que tenía un almacén lleno de pecados y se los robaron. D?s le pregunta al Satán: ¿Cuál debe ser el castigo? El Satán le contesta: Venderlos como esclavos, como cualquier ladrón que no quiere pagar. D?s le contesta: ?Tienes razón, hay que venderlos?, pero ¿quién los compra? ¿Quién quiere a los yehudim? D?s pregunta y contesta: ?Yo los compro como mis esclavos?.
La moraleja es que hacer Teshuvá genera que D?s nos compre como sus siervos.
Ojalá hagamos Teshuvá en estos días con los tres pasos que esto implica: la confesión y el reconocimiento del pecado, el arrepentimiento del mismo y la decisión de jamás volver a repetirlo para que D?s nos tome como sus siervos.