Es absolutamente asombroso, dos descendientes de nuestro patriarca Avraham, dos aspectos totalmente opuestos. Nosotros, descendientes de Yitzjak, en cada una de las tefilot pedimos por la paz, y ellos, los descendientes de Ishmael…
En una de las legendarias entrevistas que le hicieron a Golda Meir, la ex primer ministro de Israel, dijo: "La paz llegará el día que los árabes amen mas a sus hijos de lo que nos odian a nosotros".
Los actos terroristas de todo tipo en Israel no cesan. A pesar de la cruel guerra que Israel fue obligada a comenzar después de la masacre del 7 de Octubre, en las ultimas semanas se han multiplicado los intentos de ataques enormemente, desgraciadamente, no hay día en que no escuchamos sobre puñaladas y disparos en sitios públicos. No se trata de ataques de mafiosos, ladrones o asaltantes, se trata de terroristas árabes que atacan por odio, asesinan y dañan sin temor a morir en el intento.
David HaMelej lo escribió en el libro de Tehilim (118): “…todas las naciones me rodean, ¡en el nombre de HaShem las abatí! ellas me circundan, también me rodean, ¡en el nombre de HaShem las abatí! me rodean como abejas*, pero se extinguieron como fuego de espinas, ¡en el nombre de HaShem las abatí!, me hicieron tambalear para hacerme caer, pero el Eterno me ayudó, el Nombre del Eterno invocaré" (* las abejas después de picar mueren).
El mundo entero está viendo como los musulmanes se están literalmente apoderando de Europa, se están infiltrando en distintos países del mundo. Donde entran y se asientan quieren imponer sus costumbres y marcar la pauta, pero…
¡Que gran diferencia!, nosotros, el pueblo judío, por años tratamos de sobrevivir en distintos lugares del mundo, nadie nos dejaba entrar, y donde finalmente nos asentamos sufríamos una y otra expulsión. Y así, nuevamente buscar otro lugar que nos permita entrar, y nos permita vivir en paz.
En España y Portugal la iglesia y la inquisición nos persiguió y asesinó.
En Europa las cruzadas arrasaron con comunidades enteras, en Alemania y en Polonia. Por donde pasaban en su camino a Tierra Santa sembraron el odio y el asesinato, por el solo hecho de ser judíos. Y en el mejor de los casos nos “aislaron” en guetos. También en Rusia los pogroms de los cosacos de Jmelnitski ysh”v, masacraron a decenas de miles, y terminaron con comunidades judias a su pasar.
Sin embargo, nunca en la historia, en los distintos lugares que nos albergamos, impusimos nuestro judaísmo y nuestras costumbres, siempre tratamos de pasar inadvertidos sabiendo que el antisemita nos espera en la esquina.
Grandes comunidades en España fueron el orgullo de este país, sin embargo nos persiguieron y expulsaron. Así también sucedió en Europa durante los años del terrible holocausto que aniquiló un tercio de nuestro pueblo.
Después de mas de 2000 años de exilio, volvimos a esta Tierra, y en el año 1948, nuevamente recibimos el “derecho” en un consenso internacional para formar un estado judío en la Tierra de Israel. Pero, a pesar de que el mundo y las Naciones Unidas votaron a favor de la partición, desde ese preciso momento, el conjunto de naciones árabes comenzaron las guerras, continuaron con el odio y el deseo de echarnos al mar, y vemos que esto 76 años después, no se ha acabado.
¡Que gran coincidencia! Todos estos eventos que hemos visto a lo largo de la historia, vienen a reforzar nuestra creencia y a mostrarnos lo que la Torá nos viene diciendo por miles de años.
Bilam, el profeta de los pueblos, es contratado para maldecir a Israel. Después de que los reyes de Moab y Midián se dieron cuenta de que con guerras no podrán vencer a Am Israel. Y esto porque La fuerza de Israel está por sobre la guerra física, está en la fuerza de la tefilá, en el rezo, como lo dijo nuestro patriarca Ytzjak: "…la voz, es la voz de Yaacov, pero las manos, son las manos de Eisav". Y es por esta razón que los reyes de estos pueblos buscaron a un profeta para que maldiga a Israel, con fuerzas netamente espirituales, es decir, con herramientas similares a las que tiene el pueblo de Israel.
Pero como sabemos, el profeta Bilam no logró maldecirnos, HaShem no le permitió. Después de realizar varios sacrificios y ofrendas para Di's con el objetivo de que sus palabras se conviertan en maldiciones, de su boca sólo salieron bendiciones y alabanzas a Am Israel. Una y otra vez salieron de su boca palabras de elogio a este gran pueblo.
Sin embargo hay una frase en la Torá que resalta por su definición: “…desde su origen veo, lo veo fuerte como una roca y desde las colinas lo estoy contemplando, he aquí que es un pueblo que habita sólo” “…y entre las demás naciones no será tomado en cuenta… “
Tenemos que entender que, “resaltamos”, resaltamos entre todas las naciones, y todos los ojos del mundo están puestos en Israel. Y esto, no es porque intentamos hacernos notar, al contrario, somos un “am segulá”, un pueblo único, un pueblo que resalta por su belleza, tradición y sus cualidades morales y éticas. Con la entrega de la Torá a Am Israel, el mundo también aceptó los 10 mandamientos. ¡Si, somos el centro del mundo y debemos estar orgullosos de esto! Porque si no hubiera sido por los Diez Mandamientos que entregó HaShem en el monte Sinai al pueblo judío, y que hoy son parte integral de los códigos legales de todos los países del mundo, los pueblos estarían comiéndose los unos a los otros, como lo vemos claramente en los países árabes, con la destrucción de patrimonios históricos, guerras civiles, atentados entre bandos terroristas, asesinatos y decapitaciones sangrientas y para que mencionar los terribles actos terroristas.
En los últimos años Israel ha sido atacado con una ola de terrorismo que ha destrozado cientos de familias y asesinado a miles de personas inocentes: madres con sus hijos, mujeres embarazadas, bebes, niños y jóvenes… y para que seguir... La brutalidad con la que se han cometido estos actos es indescriptible. Sabemos que cualquier animal es más misericordioso que esas bestias inhumanas que se revientan en la calle, en autobuses o edificios públicos a vista de todos, con el único propósito de matar judíos, por el solo hecho de que son judíos.
Nuestros patriarcas Abraham, Ytzjak y Yaacov fueron la roca fundamental de nuestro pueblo. Los valores que heredamos de ellos: El Jesed - misericordia; La Guevurá - el heroísmo; el Emet - la verdad, son las fuerzas motoras del pueblo de Israel. Esta es la herencia que perdura a través del tiempo sin ser corroída por lo que los otros pueblos piensan y hacen en contra nuestro.
Las señales que llevan al reconocimiento de un judío son que son Rajmanim— misericordiosos, Baishanim—vergonzosos y Gomlei gmilut jasadim—hacedores de actos de benevolencia. Aquel que no tiene estas características existen dudas si realmente son parte de nuestro pueblo. No somos un pueblo cruel, no tenemos la venganza como lema, no atacamos por atacar, sino para defendernos solamente.
Como conclusión, la verdad es una sola: “…desde su origen veo, lo veo fuerte como una roca y desde las colinas lo estoy contemplando, he aquí que es un pueblo que habita sólo y entre las demás naciones no será tomado en cuenta…
Vivimos solos, no podemos confiar en otros pueblos, vivimos rodeados de enemigos, siempre, a pesar de todo el mal que nos han hecho, nos estarán criticando y culpando.
Hoy es indispensable darnos cuenta de la realidad. El pueblo judío vio pasar a todas las culturas, como lo hemos visto a lo largo de la historia y nosotros, después de tantos años de exilio, volvimos a nuestra tierra ancestral como esta escrito en la Torá, a la tierra que nos fue prometida por Di's, para habitarla y prepararla para los tiempos en los cuales todo será bueno, y la unicidad de Su Nombre será reconocida por todos los habitantes de la tierra.
Shmá israel HaShem Elokeinu HaShem Ejad—Escucha Israel HaShem nuerstro Di-s es UNO.
Bendito sea Su Nombre de honra y reinado para siempre.