Rav Yosef Bitton
Tora y Halajá

Temas Parashat Pinjas y Comentarios

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Resumen de la Parasha Pinjas

Primera Aliyá: La Parasha de la semana pasada concluyó con la historia de las mujeres de Moab y Midyan que se acercaron a los jovenes judíos para seducirlos e inducirlos a practicar la idolatría a través de ritos inmorales. Pinejás ejecutó a uno de los líderes judío por su cuenta y sin que mediara un juicio y una sentencia legal. Nuestra Parashá con Dios otorgando a Pinejás un indulto de paz. Y recompensándolo por su accionar, Dios le otorga a él y a sus descendientes el sacerdocio. Luego Dios ordena que los judíos salgan a luchar contra los Midianitas, ya que su provocación se considera un acto de guerra.  Dios le ordena a Moshé y a Elazar el Sacerdote que realicen un cómputo de todos los hombres que están en edad de salir a la guerra, es decir, mayores de 20 años. .

Segunda Aliyá: El número gran total de todos los hombres de las 12 tribus era de 601.730, sin contar la tribu de Leví.

Tercera Aliyá: Aparte de servir como censo para el enrolamiento en el ejército judío que peleará contra los Midianitas, este censo sirve también para organizar la división de las tierras que serán heredadas en Israel. Según el mandato de Dios, la tierra de Israel debía dividirse entre todos los que se contaron en este censo. Y la ubicación geográfica de cada tribu, las «provincias», se determinaría por sorteo. También se toma el censo de los hombres de la tribu de Levi, que no iban a la guerra, ni iban a tener una provincia propia. La tribu de Leví ahora se cuenta. Los Levitas eran 23,000 contando desde un mes de vida. Esta Aliyá concluye con la historia de las hijas de Zelofjad se acercaron a Moshé y le dijeron que su padre había muerto, dejando solo hijas mujeres. Y solicitaron recibir la porción de su padre en la tierra de Israel. Moisés transmite esta inquietud directamente a Dios.

Cuarta Aliya: En atención al pedido de las hijas de Zelofjad, Moshé formula ahora por comando Divino las leyes de la herencia que incluye el derecho de las hijas a heredar las tierras cuando no hay descendientes varones. Luego de este episodio, Dios le dice a Moisés que suba a la cima del Monte Abarim desde donde verá la Tierra Prometida antes de morir, pero no ingresará a ella. Moisés le pide a Dios que asigne a una persona digna para que lo suceda en el liderazgo. El elegido por Dios para reemplazar a Moshé es Yehoshua Bin Nun por su reputación y sus habilidades de liderazgo. Moshé anuncia públicamente que él será su sucesor.

Quinta Aliyá: La narración de la sucesión se interrumpe de esta semana y la Torá pasa a detallar todos los sacrificios que se ofrecerán en el Tabernáculo y en el Gran Templo cuando este sea designado. Primero se describe el sacrificó diario, «Tamid» que debía ser ofrecido todos los días del año, dos veces por día, incluyendo Shabbat, festividades y hasta Yom Kippur . También se especifican los sacrificios adicionales de Shabbat y Rosh Jodesh , el comienzo del mes judío.

Sexta Aliyá: Se describen los sacrificios que se ofrecen en las festividades: Pésaj, Shabuot, Rosh Hashaná y Yom Kippur.

Séptima Aliya: Se describe aquí los sacrificios ofrecidos en las festividades de Sukkot y Shemini Atzeret.

 

COMENTARIOS

TODO POR MIS HIJOS
Moshé Rabenu sabe que su vida pronto va a terminar. También sabe que su pueblo, Am Israel, necesitará un líder que lo reemplace. ¿Quiénes eran los candidatos para tomar el puesto de Moshé? Lo más natural en esa época y en esas circunstancias hubiera sido que los hijos de Moshé lo reemplazaran. Al fin y al cabo «todo nuestro sacrifico es para nuestros hijos”. Y Moshé podría haber pensado que él se merece ver a sus hijos seguir sus pasos y tomar el liderazgo del pueblo. Aparte del punto de vista formal, y tal como lo vieron y vivieron por siglos en Egipto, Moshé, que era desde todo punta de vista práctico «el Monarca» de los judíos, merecía establecer su propia dinastía.
 
MERITO vs. FAMILIA

Pero sorprendentemente, los hijos de Moshé no son mencionados en la Torá como candidatos a la sucesión de Moshé. Y los Sabios del Midrash afirman que Moshé en un principio sí pensó en sus hijos como sus sucesores naturales. ¿Cómo lo sabemos? Los sabios dedujeron esta idea de la yuxtaposición del texto que habla de Tselofjad, y el texto que habla de quién reemplazará a Moshé. Tselofjad no tenían hijos varones. Las hijas expresaron a Moshé que ellas merecían heredar las tierras de su padre. Al final, la Torá les da la razón y las hijas de Tselofjad obtuvieron su herencia. Los Sabios indican que en ese momento Moshé pensó: “Si las hijas de Tselofjad heredan la tierra de su padre, mis hijos, deberían heredar mi posición de liderazgo”. En este punto, los Sabios, con una inusual ausencia de eufemismos, reconstruyen la respuesta teórica que Dios le manifestó a Moshé: “¡Tus hijos no hicieron nada (???? ???) para merecer heredarte! No asistieron a la casa de estudios y no se esforzaron para aprender Torá.” En otras palabras, la Torá, el estudio, la capacitación intelectual y espiritual, no se recibe por herencia como un pedazo de tierra. Si no existió el esfuerzo personal por parte de los hijos, heredar automáticamente un puesto de liderazgo, sería simplemente «nepotismo».
 
TRÁMITE DE SUCESIÓN

Pero aquí no termina el tema. HaShem, al final, le transmite a Moshé que quien lo sucederá será Yehoshua, el asistente de Moshé. Los Sabios del Midrash dicen que HaShem le transmitió su decisión a Moshé de esta manera: “Yehoshua, si bien no es ni tu hijo ni tu sobrino, [es tu discípulo] y se esforzó en todo lo que pudo. Durante los años que te asistió, Yehoshua se levantaba muy temprano por la mañana y se presentaba en la casa de estudios de Torá (??? ???). Allí, y antes de que llegara cualquier otra persona, Yehoshua limpiaba el piso, disponía las alfombras y arreglaba los bancos… estuvo dispuesto a realizar cualquier trabajo que fuera necesario, sin importarle que ese trabajo fuera o no fuera acorde a su prestigio. etc.…. Además, Yehoshúa se quedaba en la casa de estudio hasta altas horas de la noche, y solo se marchaba cuando ya todos se habían marchado.” La comparación entre Yehoshúa y los hijos de Moshé no deja lugar a ambigüedades. HaShem le enseña a Moshé –y por su intermedio a todos nosotros– que los judíos pertenecemos a una sociedad «meritocrática»: los méritos propios tienen más valor que los méritos heredados. Lo que se valora es el esfuerzo personal. Las posiciones de liderazgo son asignadas en base al merecimiento, en virtud del talento, la educación, la competencia y la aptitud específica del individuo para ese determinado puesto.  
 
TIERRA Y LIDERAZGO

A diferencia de un pedazo de tierra o una gran fortuna, la Torá — el liderazgo en el ámbito de Torá– NO se hereda automáticamente de padres a hijos. El hecho de que mi padre sea o haya sido un gran sabio o un gran líder, no me convierte a mí, su hijo, en un gran sabio. Y viceversa. Es posible que un gran sabio haya tenido un padre que no era un gran sabio. En última instancia, la posición depende del esfuerzo propio. Así le explicó el gran sabio judío Aqabiyá ben Mahalalel a su hijo. Cuando Aqabiyá estaba por morir, su hijo le pidió que «lo recomendara» a sus colegas, que eran los más prominentes rabinos y líderes del pueblo judío. «Con tu recomendación, papá, muchas puertas se van a abrir, y yo voy a poder pertenecer a ese grupo de elite que me va a acercar a cargos muy importantes». Pero su padre se negó «a recomendarlo a los Sabios». Su hijo le preguntó: ¿Acaso encontraste algo malo en mí? Y su padre le respondió una frase que quedó para la historia:; Hijo mío, no es mi recomendación la que te va a otorgar prestigio y un puesto de liderazgo, sino tus acciones.  "Será tu conducta, no mi recomendación, la que te va a acercar a ellos o alejar de ellos".  

 

Shabat Shalom

RABYOSEF BITTON