Rav Yosef Bitton
Tora y Ciencia

Resumen de la Parasha Ekev

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RESUMEN DE LA PARASHA 

En la Primera Aliyá, la Parashá comienza con una promesa: si los judíos siguen los mandamientos de Dios, serán bendecidos de diversas maneras, incluyendo la eliminación de sus enemigos cananeos. Moshé alienta a los judíos a no temer a estos enemigos, ya que Dios los entregará milagrosamente en sus manos. Además, Moshé les instruye que deben destruir todos los ídolos paganos que encuentren en Canaán. Moshé también relata su experiencia durante los cuarenta años en el desierto, y menciona las múltiples pruebas y milagros que los acompañaron. También describe las maravillosas características de la Tierra de Israel y les indica que después de comer y saciarse, deben bendecir a Dios.

En la Segunda Aliyá, Moshé advierte a los israelitas que no permitan que la nueva prosperidad que tendrán al entrar en la Tierra Prometida los haga olvidar al Quien que les ha proporcionado esa riqueza. Ese error podría llevarlos a la destrucción y a la ruina.

En la Tercera Aliyá, Moshé les informa que heredarán la Tierra de Israel no por sus propios méritos y justicia, sino debido a la promesa que Dios hizo a los Patriarcas. También les recuerda las numerosas ocasiones en las que se enojaron a Dios durante su estancia en el desierto, haciendo especial énfasis en el pecado del Becerro de Oro, cuando Dios habría aniquilado a los israelitas si no fuera por la exitosa intercesión de Moshé en su nombre. Asimismo, hace una breve referencia a otras ocasiones en las que los israelitas se rebelaron contra Dios.

En la Cuarta Aliyá, Moshé relata cómo después del desastre del Becerro de Oro, Dios le ordenó tallar dos nuevas tablas en las cuales grabó los Diez Mandamientos, para reemplazar las que Moshé había roto. También menciona que Dios designó a los levitas como servidores debido a su comportamiento ejemplar durante el incidente del Becerro de Oro.

En la Quinta Aliyá, Moshé instruye a los israelitas a amar y temer a Dios, y a servirle. Destaca la grandeza de Dios y les hace recordar que son Su nación elegida por Él. También les recuerda los numerosos milagros que Dios realizó desde su salida de Egipto.

En la Sexta Aliyá, Moshé les informa a los israelitas que la tierra de Israel depende constantemente de Dios para recibir las lluvias necesarias, y que la tierra está bajo Su constante vigilancia. Luego, leen el segundo párrafo del Shemá, que los exhorta a observar los mandamientos de Dios, ya que esto traerá abundantes lluvias y cosechas. Sin embargo, la falta de cumplimiento llevará al exilio. También se les ordena respecto a la Tefilá (oración), los tefilín, el mezuzá y la enseñanza de la Torá a los hijos.

En la Séptima Aliyá, Moshé les informa a los israelitas que si siguen los caminos de Dios y se mantienen fieles a Él, conquistarán la tierra de Israel fácilmente, y ningún enemigo se levantará contra ellos.

 

MAS SOBRE LA PARASHA
La circuncisión del corazón

LOS 2 TIPOS DE CIRCUNCISIÓN

Cuando hablamos de «circuncisión», nos referimos generalmente al Berit Milá, la primera Mitzva que un niño judío experimenta en su vida, y que consiste en remover el prepucio, la capa cutánea, que cubre el órgano sexual masculino. Pero nuestra Parashá , Equeb, describe un tipo diferente de circuncisión: la circuncisión del corazón. La Torá dice (Deuteronomio 10:16.): «Y circuncidareis el prepucio de vuestro corazón …». ¿Qué es el prepucio del corazón y cómo se realiza esta circuncisión cardíaca? En Hebreo, como en español, el corazón es el órgano asociado con las emociones, el amor y la sensibilidad («Te quiero con todo mi corazón», «Tiene un corazón de oro..», etc). En este sentido, nuestros corazones son capaces de crear una capa cutánea virtual, invisible al ojo, pero absolutamente real. El prepucio del corazón se va formando, por ejemplo, cuando normalizamos lo inmoral, cuando dejamos de sentirnos incómodos frente a las cosas malas que suceden a nuestro alrededor.

ADAPT OR DIE

Nuestros corazones pueden volverse insensibles a la injusticia o al dolor. ¿Cómo? Es un proceso… Seguramente la primera vez que presenciamos un acto de injusticia o engaño contra los más débiles o inocentes, nos sentimos mal y molestos. Pero, ¿qué pasaría con nuestro corazón si viviéramos en un ambiente donde «todos» practican la injusticia, el engaño y la corrupción? En esas circunstancias, lamentablemente, uno termina adaptándose («adaptarse o morir» dicen en ingles), y la forma de adaptarse es desarrollando un prepucio virtual sobre el corazón, que supuestamente «lo protege», lo aísla de la sensibilidad. En un extraordinario mandamiento la Torá nos previene acerca de esta cobertura cardiaca y nos dice: No dejes que tu corazón se cubra por un prepucio a su alrededor. No te adaptes a la injusticia. No te sientas cómodo alrededor de la corrupción. No dejes de sentir que algo está mal cuando todo el mundo actúa mal. Y si esto pasa, tienes que «circuncidar tu corazón».

ANESTESIA EMOCIONAL

Hay algo más. La Tora dice que HaShem se interesa por los huérfanos, por las viudas y que Él defiende a los pobres, a los desposeídos, a los individuos que sufren. HaShem nos pide que no nos permitamos perder nuestra sensibilidad hacia los demás, dejando que nuestros corazones estén cubiertos por esa gruesa capa cutánea. Yo tenía un amigo, z"l, que solía viajar por negocios a Calcuta, India, una de las ciudades más pobres del mundo. Me contó que el primer día que llegó, no lo podía soportar. Al ver a tantos mendigos en la calle, especialmente niños ciegos, deformes, discapacitados, rogando por una moneda, su corazón quedó al borde del colapso… Pero lentamente se fue acostumbrando a ver gente sufriendo a su alrededor. Un día ya no se sintió incómodo y se dio cuenta de que para él los indigentes se habían convertido en una parte normal del paisaje de Calcuta. En ese momento, al notar que su corazón se había cubierto de una piel dura e insensible, llamó a todos los pobres de la cuadra y los invitó a almorzar. Esta gran hombre fue capaz de identificar su propia «cobertura-cardiaco» e inmediatamente la extirpó de su corazón.

La circuncisión del corazón exige una autoevaluación constante de nuestros sentimientos, sobre todo, de la ausencia de sentimientos. Si detectamos una capa cutánea alrededor de nuestro corazón tenemos que actuar inmediatamente. La práctica de la justicia y los actos de Jesed (caridad, bondad, generosidad) son el «Berit Milá, el mejor antídoto para remover la insensibilidad de nuestros corazones.