Los “gritos” quebrantados del shofar de Elul
¿Por qué tocamos el shofar? Una razón es que el shofar se parece a una trompeta que se toca en la coronación de un rey. Otra es que su sonido asusta y rompe el corazón, incitándonos a la teshuvá, al arrepentimiento. Sin embargo estas razones parecen ser opuestas: Entonces, ¿el shofar es una proclamación alegre que anuncia al rey o es un grito quebrado del corazón?
La respuesta es que hay dos tipos de toques de shofar: los de Elul y los de Rosh Hashaná. El shofar de Elul es el grito de llanto, mientras que el shofar de Rosh Hashaná es el anuncio alegre del rey.
En Elul, explica el Baal HaTanya,[1] Hashem asume el papel de “Rey en el campo”. En Rosh Hashaná, Hashem es como un Rey en el palacio celebrando Su coronación. En Rosh Hashaná, el Rey es exaltado y Su grandeza se manifiesta, pero Él está distante y no es tan accesible. En Elul, Hashem está aquí, en Su papel compasivo y de apoyo. Es mas fácil admitir nuestras fallas y enfocarnos en corregirlas.
Y realmente necesitamos el espacio para el quebrantamiento a fin de poder hacer una teshuvá apropiada.
Un hombre rico fue a ver a Rav’ Yeedel Dzikover, zt”l, y le dijo: “Tengo todo lo que necesito. Soy rico y he casado honorablemente a mis hijos. Ahora, necesito un tikún hanefesh”—un arreglo para mi alma.
El Rebe le dijo: HOST GEZINDIG BIS YETZ, ZINDIG VEITER, “Hasta ahora has pecado, sigue pecando”.
El Rebe comprendió que este hombre aún no estaba listo para dejar de pecar. La teshuvá no es una pluma en la cima del éxito. No es el toque final de un estilo de vida lujoso, la pieza que falta para la prosperidad completa.
Para hacer teshuvá, tenemos que estar dispuestos a rompernos; necesitamos la fuerza para enfrentar nuestra vulnerabilidad, ser lo suficientemente valientes para ver nuestro lado menos perfecto.
[1] Likutei Torá, Parashá Re’eih.