Rav Avigdor Miller
Para Reflexionar Juntos

La virtud de la lealtad

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Rav Avigdor Miller sobre la Gran virtud de la Lealtad
 

Pregunta:

La Guemará dice, que una persona no debe cambiar su ajsanya el lugar donde se hospeda. ahora, ¿Por qué no debería hacerlo?

Respuesta:

Hay una declaración en la Guemará (Arajín 16b) que dice que una persona no debe cambiar el lugar donde se hospeda. Te daré un ejemplo. El Jafetz Jaim zijronó livraja siempre venía a Bialystok para imprimir sus seforim—sus libros, y solía quedarse en un lugar determinado, en una casa determinada. Les pagaba el dinero del arriendo y nunca cambió ese lugar. Durante años y años, siempre fue al mismo lugar.

Ahora bien, tú entiendes que si fuiste a cierto lugar y le pagaste dinero para quedarte en su albergue, y la próxima vez que vas te quedaste en otro lugar, él se sentirá un poco ofendido. Y preguntará ¿Por qué me dejó? ¿Por qué cambió de albergue? Entonces, si no lo haces, eres leal si siempre regresas a ese lugar.

Y Hakodosh Boruch Hu dice que eso se llama emuná. Emuná significa también lealtad. 

Lealtad, firmeza de carácter, es una midá gedolá ad me'od —una inmensa virtud. Una vez que tienes un lugar donde estás acostumbrado a quedarte, no vayas a ningún otro lado. Irse es una falta de firmeza, una falta de carácter. 

Lo mismo ocurre si tienes una tienda en la que compras siempre, a menos que haya una gran oferta en otro lugar; de lo contrario, sigue comprando siempre en la misma tienda, en la que empezaste a comprar. Hazle ver que le eres leal.

Ahora bien, puede que digas: “¿Qué pasa? Hay tantas tiendas. Hoy aquí, mañana en otro lugar”. Pero tienes que saber que entrenarte en la lealtad es también entrenarte en la emuná. Emuná no significa creer, no. Todo el mundo cree. Emuná significa ser leal. – Avraham le era leal a Hashem, y Hashem consideró eso como justicia. Así que, como ves, es  justicia serLe leal a Hashem.

Am Israel es leal. Y cuando Mashíaj venga, habrá un anuncio:–Abrid las puertas y que venga el pueblo justo que cumple con lealtad, y la nación que mantuvo su lealtad a Hashem, el deberá entrar (Yeshayahu 26:2).

Y la Guemará (Shabat 119b) agrega un peirush—una explicación sobre eso: dice ls Guemará– En lugar de leer “quienes guardan emunim” —que son fieles, léase “que dicen amenim ”; a la gente que dice “Amén”. Eso también es lealtad. Cuando el Jazan dice, por ejemplo, baruj Ata Hashem mevarej hashanim, la congregación contesta diciendo “amén”. Están siendo leales. Es una señal de lealtad. Sí, somos leales a HaShem.

Porque la lealtad es una midá—virtud muy grande, incluso, ser leal con un “Amén” es valioso.

Por eso Yaakov Avinu, cuando salió de la casa de Lavan, no solo soñó con malajim con ángeles como en la primera vez que llegó donde Lavan, sino que ahora vio malajim reales. Porque Yaacov durante tantos años fue entrenado en la virtud de lealtad, y le fue leal a su empleador Lavan, por eso es que se volvió mucho más grande y ganó esa gran virtud.

Un hombre que es leal a su trabajo, digamos un melamed— un educador, siempre es cuidadoso con su trabajo. No sale a hablar con sus colegas en la habitación de al lado mientras los chicos están rompiendo los bancos. No, el melamed siempre está en la habitación mirando. Está haciendo su trabajo. Es un melamed leal .

La lealtad es una gran virtud. Y Hakodosh Boruj Hu dijo: –Mis ojos están puestos en los leales del mundo (Tehilim 101:6). Hashem mira a los leales. Porque, por supuesto, si somos leales a Hashem, esa es la mejor lealtad.

Y una de las mejores formas de lealtad es recordar siempre que Hashem te está dando todas estas cosas buenas; y siempre reconocer que provienen de Él. El mundo fue creado de la nada. Sólo Hashem hizo todo. No viene de ningún otro lugar. Y como todo viene de Él, siempre le seremos leales y por ende, siempre le estamos agradeciendo.