Los cuatro hijos de la Hagadá
En la Hagadá figuran cuatro hijos:
El Sabio, el Malvado, el Simple o ingenuo y El que no sabe preguntar.
Veremos que cada uno de ellos pregunta acerca de los motivos de la festividad de Pesaj, pero cada uno lo hace de una manera distinta.
Comencemos por el sabio. Lo que él dice es lo que cita la Torá en Debarim 6:20: Cuando el día de mañana, te pregunte tu hijo, ¿Qué significado tienen los preceptos, las leyes y mandamientos que el Eterno, nuestro Dios, les ordenó a ustedes?
¿De dónde deducen nuestros sabios, que este individuo es un ?sabio??
1. Primero, él pregunta, está interesado en aprender y saber.
2. Segundo, hace una clasificación entre los distintos tipos de preceptos, leyes, mandamientos. Sabe que no todo es lo mismo, y los diferencia.
3. Tercero, considera al Señor, como nuestro Dios. Él cree en Dios y Lo acepta como su Dios.
De la respuesta que la Torá nos dice en Debarim 6:21-25, vemos que se trata de la respuesta a un hombre sabio:
"Le dirás a tu hijo, siervos fuimos del Faraón en Egipto y el Eterno nos liberó de Egipto con mano poderosa y envió milagros y obró ante nuestros ojos grandes castigos a los egipcios, al faraón y a toda su gente. Y a nosotros nos sacó de allí para traernos hasta aquí, con el fin de darnos esta tierra que juró dar a nuestros padres. Y el Eterno nos encomendó que cumpliéramos todas estas leyes, temiendo al Eterno nuestro Dios, todos los días, para nuestro bien y para mantenernos con vida como hasta hoy en día. Y estaremos haciendo lo que es correcto, si observamos todos estos mandamientos ante el Eterno, nuestro Dios, tal como Él nos ordenó"
En esta respuesta observamos que comienza con una introducción, acerca de todo lo que Dios obró por nosotros para darnos la tierra de Israel. En el ultimo versículo, contesta la pregunta en forma directa y nos dice varios objetivos a esta pregunta sabia:
Objetivo numero uno: Aprender a temer a Dios.
Objetivo numero dos: Para nuestro bien: es decir, los preceptos no son algo producto de un capricho sin sentido, sino que es algo bueno para nosotros, es provechoso para nuestra vida, en este mundo y en el mundo venidero.
Objetivo numero tres: Estaremos haciendo lo que es correcto. Es decir, más allá del beneficio o pérdida que pueda proporcionarnos, hacemos los preceptos porque esa es la actitud más correcta para hacer, estamos procediendo de la manera más justa y honesta posible, desinteresadamente.
Por ser que él preguntó en forma inteligente, y queriendo saber el sentido de las cosas, entonces le contestamos diciéndole el objetivo de todos los preceptos.
En la Hagadá de Pesaj, nos dice que le responden: que no se puede comer nada después del Afikoman. Aparentemente es una respuesta un poco escueta, pero en realidad, lo que nos dice la Hagadá, es que le explicamos todo, aun con los últimos detalles, el no comer nada después del Afikoman, es lo último que se hace, así que la respuesta es: contestarle todo, hasta que no se puede comer nada después del Afikoman, es decir, explicarle todo, desde el comienzo hasta el final.
Además se le responde en el mismo estilo que él preguntó, refiriéndose al Eterno como nuestro Dios.
En Resumen: Pregunta, diferencia y clasifica. Cree y reconoce al Eterno como nuestro Dios. Pregunta el sentido de las cosas, quiere entender y saber. Por eso se le responde con el mismo estilo. (¿para qué hacen esto?)
Luego, en la Haga da, le toca el turno al malvado.
La Torá se refiere a este tipo de individuo en Shemot 12:26 "Y cuando os digan vuestros hijos: Que significado tienen para ustedes estos ritos que ustedes hacen.
Análisis: ¿Por qué los sabios dedujeron que aquí se trata de un malvado?
En primer lugar, podemos notar, que él no pregunta, sino afirma. Él no quiere saber o aprender. Está más interesado en dar su opinión y no en escuchar una respuesta.
Segundo punto: Aquí no especifica ni clasifica las órdenes de Dios, para él son meros ritos sin sentido que hacen los judíos. Lo ve como una obligación, cosas que hay que hacer, una carga. No entiende el profundo sentido que hay detrás de los preceptos. Él ve que esto no le da nada y con sus ?anteojos? egocentristas no ve que esto le provea algún beneficio por el cual valga la pena hacer estos ritos anticuados?
Tercer punto: El recalca: "para ustedes" no dice "para nosotros". Se excluye, él no quiere pertenecer a esta ?secta? que a su ojos hacen ritos sin sentido. (si bien el hijo sabio también dijo: "nuestro Dios, les ordenó a ustedes" vemos que antepuso: "nuestro Dios" es decir, se incluye)
Cuarto punto: El malvado, ni siquiera menciona a Dios. Para él son meros ritos que hacen o inventan los hombres.
De lo que la Torá nos dice en Debarim 12:27, vemos que se trata de la respuesta a un hombre malvado:
"La ofrenda de Pesaj es para el Eterno, que pasó de largo por sobre la casa de los Hebreos cuando hirió a los primogénitos en Egipto, y a nuestras casas salvó"
En otras palabras, Dios nos salteó y nos salvo porque hicimos la ofrenda de Pesaj tal como nos ordenó. Es decir, que Dios nos salvó por el mérito de haber hecho la ofrenda de Pesaj, con ese acto, nos habíamos diferenciado de los egipcios que adoraban ídolos. Por lo tanto no es, como dice este malvado, que no acepta esta concepción de que Dios existe, que todo esto proviene de Dios, y que tiene un sentido y que precisamente gracias a esta concepción de que existe un único Dios, que solo a Él es digno servir, que nos consagró con sus sabios preceptos, es que merecimos ser salvados. Pero este malvado al renegar de todo esto, está obrando como los egipcios, por lo tanto, si él hubiera estado allí, no hubiera sido liberado, sino que Dios lo hubiera dejado en Egipto hundiéndose con su mentalidad y su concepción egoísta y egocéntrica de la realidad.
La respuesta de la Hagadá a este individuo, es categórica, ni siquiera le responde ni le da ningún lugar. Solamente le dice que Dios nos salvó a nosotros, (que somos los que continuamos actuando como los hebreos de Egipto) y que si él hubiera estado allá, Dios a él, no lo hubiera salvado.
En resumen: Afirma, no pregunta, se excluye, lo llama ?que es este rito? (en forma despectiva), no lo ve como un mandamiento de Dios, reniega de Dios. Se le responde con el mismo estilo: tú te apartas, solo encuentras sentido a aquellas cosas que te proveen un beneficio personal. Por lo tanto, tú no hubieras estado entre los que se salvaron, y tú no te hubieras beneficiado.
Luego, la Hagadá, nos habla del hijo simple o ingenuo.
La Torá trata de este tipo de hijo en Shemot 13:14 y nos dice:
"Cuando te preguntare el día de mañana tu hijo, ¿Qué es esto? Le contestarás: Con mano fuerte nos liberó el Eterno de la casa de servidumbre en Egipto. Y cuando se obstinó el faraón y no nos dejó salir, el Eterno mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde los primogénitos de los hombres hasta el de los animales, es por eso que consagro a Dios todo primogénito?"
En este tipo de pregunta vemos que no hay demasiada profundidad, esto es lo que lo diferencia de la pregunta del sabio. Pregunta en forma general y simple: ¿Qué es esto? Por otro lado, no vemos que reniega de Dios o que se excluye a sí mismo como había ocurrido con el malvado.
Debido a esto la respuesta también es sencilla: Con mano fuerte nos sacó Dios de Egipto y castigó al faraón y a Egipto.
Por ser que se trata de una personalidad sencilla, la respuesta no puede ser demasiado profunda, pero sí debemos incluir cosas que despertarán su atención. Le relatamos que Dios hizo milagros y que castigó a los malos. Y en agradecimiento de ello nosotros hoy en día hacemos una ofrenda a Dios.
En resumen:
Son dos mensajes simples:
1. Justicia. Dios castiga al malvado y recompensa a los buenos.
2. Ser agradecidos. Le agradecemos a Dios por habernos salvado.
Por último la Hagadá se refiere al hijo que no sabe preguntar.
La Torá nos habla de este cuarto hijo en Shemot 13:8:
"Y le dirás a tu hijo en ese día: A causa de esto, Dios me sacó de Egipto"
Por cuanto que él no pregunta, debemos directamente explicarle.
¿Por qué no pregunta? Puede ser que sea a causa de su tierna edad, es por eso que debemos relatarle para que sepa y se interiorice. Tal vez ni siquiera sabe la historia de que los judíos fueron esclavizados.
No obstante, tratamos de que sea un relato especifico y representárselo así captará mejor su atención. Es por eso que le señalamos la matzá y el maror.
Aquí se trata más de fomentarle lo que hay que hacer, sin explicarle demasiados detalles y motivos, pues a causa de su temprana edad no lo va a comprender, pero sí queremos dejar grabado en su memoria la ceremonia de Pesaj, y así, cuando crezca, la recordará y ahora preguntará con mayor conocimiento y capacidad intelectual.
En resumen: Le relatamos, a pesar de que el no pregunta. Se trata de alguien que no posee un grado intelectual elevado. Le explicamos técnicamente para que quede gravado en su memoria y algún día más adelante lo investigue con mayor profundidad.