Parashat Vezot Haberajá Devarim (Deuteronomio) 33:1 - 34:12 Esta parashá siempre se lee en la fiesta de Simjat Torá. Temas de la Parashá Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (33:1-7): La bendición de Moshé

Parashat Vezot Haberajá
Devarim (Deuteronomio) 33:1 - 34:12

Esta parashá siempre se lee en la fiesta de Simjat Torá.

Temas de la Parashá

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (33:1-7): La bendición de Moshé Rabenu a las tribus de Reuvén y de Iehudá.

Segunda aliá (33:8 - 12): La bendición de Moshé a las tribus de Leví y de Biniamín.

Tercera aliá (33:13 - 17): La bendición de Moshé a la tribu de Iosef.

Cuarta aliá (33:18 - 21): La bendición de Moshé a las tribus de Zebulún, de Isajar y de Gad.

Quinta aliá (33:22 - 26): La bendición de Moshé a las tribus de Dan, de Naftalí y de Asher.

Sexta aliá (33:27 - 29): La bendición de Moshé a todo el pueblo de Israel.

Séptima aliá (34:1 - 12): La muerte de Moshé Rabenu.

 

Comentario de la Parashá

Nuestra parashá es la última de toda la Torá y podemos ver en ella, de alguna manera, una síntesis del pasado y del futuro del pueblo de Israel, así como explica Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) en su comentario a la Torá. También encontramos en ella algunas ideas centrales del pensamiento judío. Veamos alguno de los versículos de nuestra parashá:

\"La Torá nos fue ordenada por Moshé; es herencia para la congregación de Iaacov\" (33:4).

Nuestros Sabios del Talmud encontraron en este pasuk (versículo) una insinuación acerca del número de las mitzvot (preceptos) de la Torá, que como es sabido, suman un total de 613. En el alfabeto hebreo cada letra tiene un valor numérico. Veamos ahora cuál es el valor numérico de la palabra Torá:

La palabra Torá se escribe en hebreo con las letras: \"tav\", \"vav\", \"resh\" y \"he\", y si sumamos los valores de cada letra (\"tav\"=400, \"vav\"=6, \"resh\"=200 y \"he\"=5) recibiremos el número 611.

Nuestros Sabios nos enseñaron que sólo los dos primeros mandamientos del Decálogo fueron escuchados por el pueblo de Israel directamente de D\'os, sin la mediación de Moshé; pero el resto de la Torá, D\'os se la entregó a Moshé y éste al pueblo (Macot 23b).

Y a esto se refirió nuestro versículo al decir: \"La Torá nos fue ordenada por Moshé?\", es decir: \"El valor numérico de la palabra Torá (611) nos fue ordenado por Moshé?\" y el resto (los 2 preceptos restantes) los escuchamos de D\'os.

Por otro lado, la palabra morashá (herencia) aparece de esta forma sólo dos veces en toda la Torá, una vez aquí y otra vez en el libro de Shemot (Éxodo), cuando dice allí la Torá: \"Y los traeré a ustedes a la tierra que he jurado darla a Abraham, a Itzjak y a Iaacov, y se las daré por morashá (herencia), Yo soy Hashem\" (6:8).

En nuestro versículo la palabra morashá se refiere a la herencia de la Torá y en el libro de Shemot se refiere a la herencia de la tierra de Israel. Nos explica el Maharam de Rotemburg (Morenu Harab Rabí Meir, 1215 - 1293) que esto nos viene a enseñar que la Torá - como herencia - no es como la mayoría de las herencias. En la mayoría de los casos de herencia, donde el heredero recibe dinero o bienes muebles, no es requerida acción alguna por parte de él para recibirla y tampoco es necesario que se preocupe en mantenerla después de haberla recibido. Pero si la herencia es un campo, entonces él debe preocuparse por trabajarlo y esforzarse en él, día y noche, y si él no hará esto el campo se llenará de espinos y se convertirá en una tierra estéril.

Es por eso - dice el Maharam - que la palabra morashá (herencia) aparece en toda la Torá sólo en estos dos lugares, para enseñarnos que así como el que tiene un campo debe ocuparse de él en todos los sentidos y trabajarlo día y noche, similarmente cada judío debe ocuparse del estudio de la Torá constantemente.

Además, dice Rabí Iaacov Baal Haturim (1268 - 1348) que a esto se refiriere la Mishná cuando dice: \"Rabí Iosé dice: ?y prepárate a ti mismo para estudiar la Torá, pues ella no es una herencia para ti?\" (Avot 2:17). Es verdad que recibimos la Torá como herencia, pero si no la trabajamos no podremos disfrutar de ella. Una persona que no se dedique a la Torá será un ignorante en la materia, aunque que tenga un padre que fue un gran rabino, pues la sabiduría no se puede heredar.