Shmuel Kaffe
Entendiendo el Judaísmo

Quien puede pensar en lo que traerá el mañana

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¿Quién puede pensar en lo que traerá el mañana?

Acabamos de terminar el Shabat, hicimos habdalá*, con la bendición sobre la copa de vino, las llamas de la vela trenzada y las especies, luego nos tomamos un cafecito, y ahora cada uno a sus ocupaciones…

Después de arreglar la casa, limpiar los platos, miramos un poco las noticias que en parte nos presentan lo que estamos viviendo diariamente en Israel y en el mundo, y por la otra parte, si podemos expresarnos así, nos muestran las tragedias de Israel, que todavía está en estado de guerra y con ciudadanos aún secuestrados, quien sabe cuando va a terminar esta guerra …

Entonces, después de este “gran brake” nos preguntamos ¿por qué no hacer de la semana un largo Shabat?, ¿acaso eso no sería lo ideal, porque quizá podríamos vivir dentro de una capsula aislados del mundo?

Volviendo al Shabat, ¿qué nos quedó de este día de “descanso”?

Veamos. Volvimos del Beit haKneset de una tefilá elevadora, un Lejá dolí cantado por todos como un coro que al unísono interpreta una canción de bienvenida que algunos incluso la bailan un poco en el lugar; los kadishim  y el Barju son contestados a continuación por la congregación, y después entramos en unos minutos de silencio de “yo con El”, cada uno con nuestro Creador, cada uno en un silencio absoluto, solo moviendo los labios, murmurando las alabanzas, y los agradecimientos a HaShem que nos dio esta “capsula” que nos aísla del mundo y nos permite cargarnos positivamente rehabilitando esas “baterías espirituales”, ¡Créanme, este día es una isla protegida  dentro del océano tormentoso que es el mundo en el que nos tocó vivir!

Y esto es en la noche, antes de la primera de las tres seudot –comidas de Shabat.

Llegamos a casa de la Sinagoga, recibimos a los ángeles con un lindo canto de saludo, Shalom aleijem Malajey Asharet –bienvenidos los Ángeles del Servicio Divino que nos vienen a acompañar en este Shabat, ellos, si ven la mesa servida y preparada con el mantel blanco para honrar el Shabat, nos bendicen comentando que ¡nos desean que el próximo Shabat también sea así!

Luego hacemos el Kidush sobre una copa de vino, santificando así este gran día, bendecimos a los hijos con la bendición sacerdotal y después comemos la deliciosa comida festiva acompañada con las Zmirot--cantos especiales para esta cena, y el dibrey Torá, las palabras de Torá que realzan y ponen la fuerza espiritual a la ocasión.

Para nosotros, los que tenemos el merito de cuidar el Shabat, el mundo deja de dar vueltas, todas las preocupaciones quedan de lado y la alegría de poder llenarse de espiritualidad y estudiar Torá en este día, de poder sentarse a compartir una deliciosa y amena comida con toda la familia, ¡pasan a ser lo mas importante del mundo!

Por supuesto el dibrey Tora es el componente central de la “velada”. Esta semana la Parashá que leímos fue Trumá, en la cual estudiamos sobre los elementos que se debían donar para hacer el Tabernáculo y sus componentes. Estos 15 elementos debían provenir de las dadivas, las ofrendas voluntarias del Pueblo de Israel. Oro, plata y cobre. Tejelet, Argaman  lana de oveja teñida en tres distintos colores, azul, púrpura, y rojo claro y brillante, cueros, madera y aceite de olivas. Luego la Torá nos ordena a hacer un Tabernáculo para que la presencia Divina more dentro de nosotros.

Quiero centrarme en la construcción de la Menorá, el candelabro de siete brazos y un mensaje muy fuerte que este mandamiento nos enseña.

Relatan nuestros sabios, que esta orden le fue difícil a Moshé Rabeinu, entender, como de un lingote de oro se debe hacer, sin soldar pedazos ni moldear el oro, solo estirándolo y golpeando con un martillo. ¡La Menorá debe ser hecha de una sola pieza! Entonces HaShem Le mostró en una imagen de fuego como debe quedar terminada. La Tora dice: Ve asita menorat zahav tahor, “ Y vas a hacer una Menorá de oro puro de una pieza (Teiase) se hará la Menorá… (Shemot--Exodo 25-31) Y preguntamos ¿por qué dice se hará si anteriormente Moshe Rabeinu fue encomendado a hacer? Y la respuesta esta en el lado del esfuerzo que debemos hacer.

La Mishná en Pirke Avot  (2-21) nos enseña: “No está en ti terminar el trabajo, y no tienes libertad para desistir de ella…”, lo que se te pide es hacer tu el esfuerzo para tratar de hacerla.

Así también sobre el mandamiento del cuidado de Shabat está escrito “sheshet yamim teasé melajá ubayom ha Shbii yihiye lajem kodesh” –Seis días será hecho el trabajo y en el día será para ustedes santo… (Shemot--Exodo 35-2). Nuevamente la Torá recalca la idea de que no depende de ti si lo terminas, tu tienes que hacer la HISHTADLUT, tienes que tratar de hacer el trabajo, el resto depende de HaShem.

Si vas a tener éxito o si vas a tener sustento de esta labor, o si vas a poder concluirla de una forma satisfactoria, nada depende de ti, estamos en Manos de HaShem, El es el que decide todos los eventos que pasan en el universo. Que hermoso es cuando los participantes  en la comida de Shabat, participan en el divrei Tora, comprartiendo nuevas ideas!

Y si nos volvemos a preguntar ¿Quién puede pensar en lo que traerá el mañana?

Me parece que la respuesta sería ¿para qué distraernos, acaso podemos hacer algo para cambiarlo?. El placer de hoy no se puede empañar con pensamientos vanos. Hoy compartimos la velada en familia, hoy podemos crecer espiritualmente dedicando nuestro tiempo al estudio de la Torá, hoy nos podemos aislar, relajar y descansar; y hoy podemos unirnos con esa cadena inmensa de judíos que cumplieron y cuidaron el Shabat. Mas aún, hoy podemos entender el significado del dicho “mas de lo que el judío cuidó el Shabat, el Shabat resguardo al judío”. Nuestra existencia después de miles de años de historia, sin asimilarnos y sin perder nuestro objetivo en el mundo de ser “una luz para las naciones”, solamente se la debemos al cuidado y el cumplimiento de las mitzvot del Shabat. 

Esto es el Shabat, el placer y la eternidad.

 

 

*El Kidush y La havdalá