UN MOMENTO PARA REFLEXIONAR…
Se puede medir la verdadera dimensión de una persona observando cuales son las cosas que lo irritan. (Talmud)
UN MOMENTO PARA PROFUNDIZAR…
Perasha: "Ekev" Deuteronomio 7:12 / 11:25 En esta sección de la Tora se encuentra la segunda parte del Shema Israel. Entre otras cosas en ella se nos prescribe acerca de la Mezuza, el pergamino con las estrofas del Shema que debemos colocar en las entradas de nuestros hogares y habitaciones. Cierta vez un miembro del senado del imperio romano, le envió un valioso regalo a Rabi; para retribuirle el amable gesto, Rabi le envió una Mezuza. Indignado el senador le demando: - Te he enviado una preciada joya y tu a cambio me envías un pergamino? A lo que Rabi le responde: - Mi muy distinguido señor, usted me envió un obsequio al que debo esmerarme mucho para cuidarlo, en cambio yo le he obsequiado un regalo el cual lo salvaguardara a usted…
Contrario a lo que la mayoría de las personas suponen, la Meluza, no es un talismán o un amuleto que nos protege del mal.
Napoleón, confeso a su ayudante que aquellas cosas que pretendía no olvidar y asimilar a su memoria, las escribía en un papel y las pegaba frente al espejo de su habitación, de esa manera lograba tenerlo presente y no desatenderlo.
Esta anécdota nos puede ayudar a comprender un poco mas acerca del sentido de este precepto. La Mezuza, ubicada estratégicamente en las entradas de nuestros hogares, se convertirá en un "recuerda-memoria". Indudablemente una de las cosas que hacemos con mayor frecuencia es entrar y salir de nuestras casas, y en esos momentos, nos topamos con la Mezuza, quien, como fiel guardián, nos estará evocando su mudo mensaje; cual es, que existe un Dios, que en El se halla la realización de nuestro ser y
que ante El estamos en todo momento, imponiéndose un proceder tan honesto y correcto dentro de nuestro hogar como fuera de el.
Cada mañana, al salir de nuestro residencia lo haremos con la esperanza y fe puestas en Dios, implorándole que nos retorne sanos y salvos a nuestros hogares y que esa incursión al mundo exterior no deteriore ni dañe nuestra honradez, rectitud y honestidad. Al regresar, una vez mas renovamos nuestra fe en Dios a quien debemos amar, recordándonos que entre nuestros deberes se halla el amor al prójimo, y que los miembros de nuestro hogar no son los culpables de haber tenido un día complejo y difícil.
No pretendo decir que con lo dicho se agotan los profundos motivos y objetivos de este precepto pero estoy persuadido de que a estos tipos de valores se refirieron nuestros sabios al decir que la Mezuza nos protege, es decir nos guarda de no perder la condición humana en nuestro hogar ni fuera de el.
UN MOMENTO PARA REIR…
En un país de gobierno totalitario, un ciudadano que cometió la grave imprudencia de declarar a viva voz en la calle que el ministro del interior del gobierno era un imbécil, fue arrestado y condenado a veinte años de prisión: cinco por difamación y quince por haber divulgado un secreto de Estado.
Shabat Shalom!