UN MOMENTO PARA REFLEXIONAR…
¿Porque nos cuesta tanto ponernos de acuerdo?, ¿Porque no vemos la verdad en forma clara?
“Ojos tienen pero no ven”, escribe el rey David en los Salmos. Ocurre asi con muchos humanos. No siemper la verdad florece a simple vista, no siempre flota sobre la superficie de aguas cristalinas. “Hay que saber –perdonese la redundancia- para saber” Hay que entrenarse. Hay que estudiar. Hay que profundizar. La mayoria se queda en la superficie sin ahondar en la profundidad de la frase y no logra vislumbrar la tan anciada “verdad”.
UN MOMENTO PARA PROFUNDIZAR…
Parashat (Seccion) “Koraj”
Envidia que carcome…
“Mas Koraj... con Datan y Aviram... y On, hijo de Pelet... congregraron gente, y presentaronse delante de Moshe y Aharon, con 250 hombres de los hijos de Israel, principes de la congregacion, personas escogidas de la asamblea, varones de renombre; y juntandose contra Moshe y Aharon, les dijeron: Basta ya con vosotros, pues toda la congregacion, todos ellos son santos y el Senor esta en medio de ellos ¿Por que, pues, os elevais –solo vosotros- sobre la asamblea del Senor ?!”
Este es el tema dominante de la perasha Kashe ke-sheol kina" - "tan dura como la muerte es la envidia", sentencia el Shir Ha Shirim -Cantar de los Cantares- (Cap. 8:6), y continua diciendo: "...sus brasas arden como brasas de fuego, como una llama fuerte!" Asi como el fuego no se detiene en su implacable marcha de muerte y destruccion de todo cuanto hallare en su camino, asi la envidia -"Kina”, si ella anida en el corazon del ser humano, no tardara en quebrar las cavidades del corazon para extender su fuego a todo cuanto se interponga en su trayecto. Ese corazon, asiento de la sabiduria y el discernimiento en la perspectiva biblica, no sabra de tales virtudes cuando se encuentra consumido por la envidia, pues mas alla de "quemar a terceros", se estara "incendiando a si mismo". Seguramente afectara a terceros con su llama y los quemara, pero quien se consumira definitivamente en su propio fuego, sera el mismo... “la envidia es fuego que carcome desde los huesos", dice el libro Proverbios (Cap. 14:30). Rabi Eliezer ha-Kapar sentenciaba: "La envidia, la codicia y la ambicion terminan por sacar al hombre de este mundo" ("Hakina, veha-taava veha-cavod, motsiim et ha-adam min ha-olam”) segun Pirke Avot 4:21.
¿Cuanto es el esfuerzo que debemos imponer a nuestro “corazon” para que no envidie, ni codicie ni ambicione? ¿Como hacer para no sentirnos fuera de este, nuestro mundo, un mundo donde los cuestionamientos -como "brasas de fuego, como una llama fuerte"-, estan a la orden del dia, y solo nos retractamos una vez que "motsiim otanu min ha-olam", una vez que nos han sacado de este mundo, de la vida misma?
La historia de Koraj, Datan y Aviran, concluye con el aniquilamiento de estas personas, que alzaron muy alto sus narices, que llenaron sus corazones de envidia y recelo. Mas su final no fue algo natural, “Abrio la tierra su boca y se los trago”, paradojicamente, los que pretendieron elevarse e izarse tan alto, ascendiendo por la escala de la envidia y celos, terminaron muy bajo, hundidos… Los que se llevaron por el fuego de la envidia, terminaron aniquilados, quemados por un fuego divino…
UN MOMENTO PARA REIR…
Una idishe mame, le regalo a su hijo dos corbatas por su cumpleanos. Varios dias despues, lo llama anunciandole que lo ira a visitar. El hijo, para que su madre no suponga que el no aprecio el regalo de ella, decide vestir una de las nuevas corbatas que le regalo. Al llegar la madre lo observa fijo y le dice: -¿Que pasa la otra no te gusto?…