Arturo Kanner
Purim y el mes de Adar

El otro lado de la Máscara

El otro lado de la Máscara Reflexiones después de Purim Algunos le llaman “carrete”, otros le llaman “parranda”, hay quienes le dicen “rumba”. En diferentes puntos de Latinoamérica tenemos distintas expresiones para llamar a las salidas de
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El otro lado de la Máscara
Reflexiones después de Purim

Algunos le llaman “carrete”, otros le llaman “parranda”, hay quienes le dicen “rumba”. En diferentes puntos de Latinoamérica tenemos distintas expresiones para llamar a las salidas de los sábados en la noche en las cuales tomamos y la "pasamos bien".

Pero siempre me pregunté ¿qué salimos a festejar? ¿Para qué bebemos? ¿Por qué nos ponemos en un estado de ebriedad sabiendo que al irse el efecto del alcohol todo volverá a ser igual y la vitalidad y energía que nos dio el alcohol desaparecerá?

Repentinamente, un día me encuentro con el Judaísmo y junto con él una sorpresa muy grande. Un día al año se hace un “carrete” nacional, toda la gente incluyendo los grandes sabios dedican un día para comer y beber hasta tal grado de no reconocer “entre el bien y el mal”. Y la pregunta obvia que surge es ¿acaso no decimos constantemente que lo importante es lo espiritual, es nuestra alma? ¿Cómo entonces hay un día dedicado a los placeres del cuerpo - como beber y comer?

Estamos en este mundo en una lucha constante en la cual debemos definir quiénes realmente somos. Aquellos que son conscientes y sensitivos se darán cuenta que viven en una constante lucha entre dos realidades internas: su cuerpo y su alma, o para algunos, su parte moral (super yo) y su parte animal (ego).
La vida es como una aventura en la cual tenemos que definir quiénes queremos ser eternamente, si un cuerpo o un alma. Y a medida que tomamos nuestras decisiones, las cuales se expresan en nuestras acciones, vamos batallando arduamente en nuestro interior para llegar a la meta deseada. Cada una de estas partes fue diseñada para luchar una en contra de la otra poniendo así en práctica nuestro libre albedrío. El alma busca elevarse a niveles más altos mientras que el cuerpo busca la comodidad y el placer material.

En Purim, al embriagarnos damos lugar a que el cuerpo se exprese abiertamente y es en este momento que se ve cuánto el alma ha conquistado al cuerpo, cuánto el cuerpo ha interiorizado la realidad del alma y de la espiritualidad. Si una persona es completamente material estará buscando por doquier "diversión", más alcohol. También, probablemente, hablará de una manera vulgar y reflejará un estado inmoral. Pero por otro lado, y como lo he visto en los sabios, cuando el cuerpo ha sido "invadido" con espiritualidad lo único que sale de esta situación son bendiciones, amor, cariño, sabiduría. Y aún más, las grandes ideas de algunos sabios han sido pensadas en Purim, cuando la esencia interna de ellos se expresa sin limitaciones.

Pero aún hay algo más increíble… No hay cosa psicológica más nociva para una persona que la indiferencia. Es mejor que los padres sean muy castigadores a que muestren indiferencia, puesto que la indiferencia envía un mensaje no verbal que dice: “no me interesa estar contigo”. Y eso es lo peor que un ser humano puede sentir - falta de amor.
Purim es la fiesta en la que el pueblo judío se dio cuenta de que incluso con todos nuestros errores como pueblo, y el no estar en Israel con la claridad que nos daba el Beit Hamikdash, D-os sigue involucrado en nuestra historia de una manera formidable. Aquel que ve como se desarrollaron los acontecimientos de Purim - con que precisión y dirección se dieron y cómo todo fue un diseño perfecto y un milagro maravilloso, inmediatamente tiene una sensación que le dice: “me quieren”, “se preocupan por mí", “no estoy solo".

Purim es una fiesta con un “poder espiritual impresionante”. Los sentimientos que uno puede sentir en esta fiesta son muy profundos, pero también es un día para verificar en dónde estamos parados.

Que todos tengamos el mérito de vivir una experiencia como esta, un “carrete” verdadero, lleno de alegría, de felicidad, de unión, de significado. Una verdadera fiesta con "embriaguez" de poesía, alabanzas, sabiduría, regalos y benevolencia entre el hombre y su prójimo. Una experiencia en la cual fluye el sentimiento agradable de ser privilegiados por ser amados y cuidados por el Creador del Universo, así como dicen nuestros sabios: “El mundo fue creado como un acto de amor” para darnos la oportunidad de acercarnos a la perfección y amor de nuestro Creador…

¿Otra copita...?



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