Rav Yehuda Levi
Haftara Semanal

Haftara Parashat Bereshit

Haftarat para laParashá Bereshit Ieshaiá 42:5-21 (sefaradim) Ieshaiá 42:5 - 43:10 (ashkenazim) Una de las peores cosas que le pueden pasar al hombre es que pierda su visión o su audición, ya que estos dos importantes sentidos son, tal vez, los principales
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Haftarat para laParashá Bereshit

Ieshaiá 42:5-21 (sefaradim)

Ieshaiá 42:5 - 43:10 (ashkenazim)

Una de las peores cosas que le pueden pasar al hombre es que pierda su visión o su audición, ya que estos dos importantes sentidos son, tal vez, los principales medios de comunicación e interrelación que él tiene con el medio que lo rodea.

Sin embargo, quien perdió su visión puede rehabilitarse para poder seguir desarrollando su vida de la manera más normal posible. Hoy, con el avance de la ciencia y la pedagogía, hemos visto cómo personas ciegas de nacimiento o no, pudieron acceder a importantes puestos de trabajo o pudieron desarrollar útiles tareas para la sociedad, y lo mismo ocurre con el que pierde la audición. Ya han sido inventados distintos dispositivos, más pequeños que una moneda, que los ayudan a reincorporarse a la vida diaria.

Sin embargo hay otras clases de ceguera y sordera, pues existen quienes se autoensordecen y autoenceguecen. A veces, este fenómeno se ve en la gente mayor que sólo contesta a las preguntas que quieren y sólo se interesan por determinados temas, aunque querramos dirigir su atención hacia otros campos.

También existen otras clases de autoceguera y autosordera. La espiritual. No debemos pensar que estas nuevas formas de la enfermedad solamente se han desarrollado en el siglo XX a causa del smog y del stress. Aunque desgraciadamente en nuestro siglo la epidemia cobró numerosísimas víctimas, en realidad, hace mucho que son conocidas estas modalidades del síndrome. Veamos lo que reclama el profeta Ieshaiahu al pueblo de Israel, en nombre de D'os:

"Conduciré a los ciegos por un camino que no conocieron,

por sendas que no supieron los encaminaré;

convertiré el camino oscuro para ellos en luz

y los senderos torcidos en rectos,

estas cosas haré y no los dejaré (al pueblo de Israel).

Se echarán hacia atrás y se avergonzarán

los que confían en los ídolos,

los que le dicen a las imágenes de fundición:

'Tú eres nuestro dios'.

Los sordos: ÁEscuchen!, y los ciegos: ÁObserven!

Veis muchas visiones mas no observáis,

abro vuestros oídos mas no oís"

(42:16-20).

Con estas conmovedoras palabras el profeta Ieshaiahu Ben Amotz (siglo VI a.e.c.) hace referencia a aquellas partes de nuestro pueblo que se hacían pasar por sordos y ciegos, y nos enseña que D'os les mostrará el camino a seguir.

Sin embargo, esto no será fácil para la gente, pues así como es doloroso y molesto encender una luz cuando nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad, es muy difícil para quien está acostumbrado a vivir en las penumbras, reconocer la verdad: "Se echarán hacia atrás y se avergonzarán los que confían en los ídolos, los que le dicen a las imágenes de fundición: 'Tú eres nuestro dios'".

El profeta también se refiere a quienes harán hasta lo imposible por contradecir pruebas claras de que D'os existe, y que mediante Su Torá el Creador le trasnsmitió al hombre Su Voluntad: "Veis muchas visiones mas no observáis, abro vuestros oídos mas no oís".

Pero no nos confundamos. El Profeta no sólo le habló a la gente de su generación. Esta profecía es actual en cada generación y es por eso que aún hoy, en los umbrales del siglo XXI continuan resonando sus palabras en el eco de nuestra conciencia.

Hubieron muchas otras cosas que los Profetas profetizaron para la gente, que no aparecen en ningún libro de profecías. ¿Por qué entonces es precisamenrte lo que sí está escrito lo que ha sido elegido? ¿No tenían más lugar para escribir? No, seguro tenían más espacio. Lo que ocurre, es que en los libros de los profetas, sólo fueron introducidas las profecías que tienen un mensaje para todas las generaciones futuras. Incluso para la nuestra. Y ya lo dice el sabio proverbio popular: "No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oir".



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