Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

La Hoja Nueva -Koraj

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HASTA CON LA INTENCION PODEMOS CONSEGUIR MERITOS

??...no les alcanza? y también piden el sacerdocio?

(Bamidvar 16,9)

Koraj era muy inconformista. Fue merecedor de estar en la generación que vio con sus propios ojos los milagros de Egipto, también la partición del Mar de Suf y el Gran Acontecimiento mundial: la Entrega de la Tora en el monte Sinai. Todo eso parece no haberle alcanzado. Todas las mañanas recogía el Man: el pan que bajaba del Cielo, tomaba agua de los pozos de Miriam, durante los días estaba rodeado por las nubes y por las noches la columna de fuego le daba luz?, y no le alcanzaba?

Tuvo el gran mérito de estar en la tribu que no cayó en el pecado del becerro, y que fue elegida para el Servicio Sagrado del Mishkan. Entre ellos, y dentro de la tribu de Levi, tuvo todavía más, fue de los hijos de Kehat, y elegido para transportar el Aron del Pacto de Hashem, elegido entre los hijos de Kehat, y tampoco eso le alcanzó.

Fue también merecedor del Ruaj Hakodesh, y tampoco se conformó. Todo esto parecía no tener ningún valor si no era Cohen. Y no sólo Cohen, sino Cohen Gadol. Quiso alcanzar el cielo, pero se lo tragó la tierra? como el camello que quería tener cuernos y terminaron cortándole las orejas?

Y Moshe Rabenu lo reprochó, diciéndole y mostrándole que Hashem le había dado mucho, lo había separado y le había asignado una misión importante, por eso le pregunta, ¿necesitas además pedir ser Cohen??

¿Quién le dice esto a Koraj? El ?hombre de D-s?, que subió al Cielo e hizo descender la Tora, que fue el rey de Israel y construyó el Mishkan, y que también fue Cohen Gadol?.

¿Qué podemos decir? Que para Moshe Rabenu es fácil decir esto, y que también los cantos de los leviim serán importantes. ¿A qué se compara esto? A un rico que consuela a un pobre diciéndole: no te pongas mal, tienes pan para comer?

Pero aunque parezca no es así. El Sfat Emet ztz?l nos asegura, que cuanto más grande es una persona, tiene una sabiduría mayor para darle el valor correcto a cada precepto, y piensa en correr para cumplir un precepto simple de la misma forma que correrá para un precepto importante. En cambio una persona que no entiende, busca hacer cosas que solamente le aporten algo, y termina sin hacer nada?

Y vemos a Moshe Rabenu, lleno de Tora y preceptos, que fue merecedor de todo y también transmisor de todo lo recibido al pueblo de Israel, y sobre él fue dicho que amaba los preceptos y nunca quedó satisfecho (queriendo decir que siempre quiso cumplir más y más preceptos). Y nunca renunció ni siquiera a cumplir medio precepto que llegó a su mano. Y nosotros, no tenemos cómo describir el valor de un precepto, tampoco el más simple de todos.

Hace algunos años se escuchó este relato: en un pequeño pueblo funcionaba una casa de hospedaje que contaba con una cocina muy bien supervisada en cuanto al Kashrut. En una oportunidad, el Mashguiaj, el supervisor, intentó reunir Minian para los rezos de Minja, y no logró reunir sino nueve personas. Salió fuera de la casa y encontró a un anciano en la calle, que no se cubría la cabeza. Le preguntó, si podía asociarse con ellos en el Minian, para ser diez, y el anciano no se negó, pero le dijo que él no sabía rezar.

No importa, lo tranquilizó el Mashguiaj, alcanza con que te sientes con nosotros durante diez minutos?, para que podamos recitar Kadish y Kedusha?

El anciano aceptó, pero de pronto llegó otro iehudi para rezar y pudieron completar el Minian. Le agradecieron su predisposición y lo dejaron en libertad.

Al poco tiempo, el anciano falleció. Y unos días después se le apareció en sueños al Mashguiaj y le dijo: ¿me recuerdas?, hace poco tiempo me pediste ayuda para completar el Minian en Tefilat Minja. Yo acepté, y finalmente no hizo falta mi presencia?

Claro que lo recuerdo, contestó.

Y el fallecido siguió diciendo: debes saber, algo que no tienes idea, cuánto es el premio que yo he recibido en el mundo venidero sólo por decir que cumpliría con el simple precepto de acompañarlos durante diez minutos, para que puedan recitar Kadish y Kedusha?, y que tampoco tuve que hacerlo. Supuestamente iba a completar el Minian, sentarme a un costado, y sin rezar!!!

Y el fallecido le pidió al Mashguiaj que intente convencer a sus hijos para que digan Kadish sobre él?

Y ahora, vamos a pensar: si tanto es el premio que recibe una persona que completa el Minian, ¿cuánto será el premio para el que es parte activa en el Minian, que está rezando? Y cuando hay un Minian rezando, ¿cuál será el premio de los diez primeros, los que ?formaron? el Minian?

Y esto que decimos va solamente para una oración en toda la vida, solamente una. ¿Y qué premio le espera a la persona que reza con Minian, los tres rezos del día?

Y no un solo día, sino siete días a la semana, cincuenta semanas al año, durante decenas de años?

¿Es posible calcular o imaginar lo grande del premio que nos espera? Dichosos, entonces, por la buena parte que recibiremos, lo que nos será asignado y por nuestra herencia?

Y con respecto a esto, otro relato: El Gaon Hakadosh conocido con el nombre de su libro ?Maor Vashemesh? ztz?l estaba entre los alumnos del ?Noam Elimelej? ztz?l. Sus plegarias se asemejaban a balas de fuego, y para no molestar a nadie con sus oraciones, rezaba en un cuarto contiguo, pegado al Gran Beit Hakneset de la ciudad de Kraka. Un día tuvo una aparición en medio de sus rezos: un alma vino y le pidió que haga algo especial para ella.

El no estaba acostumbrado a cosas de este tipo, y le dijo: yo no sé qué hacer con un alma, ni como rezar ni ninguna otra cosa, lo mejor será que vayas con un rab más sabio y justo que yo!

El alma le contestó: fui enviada aquí, y justamente contigo, ya que me dijeron que debía ir a ver al estudiante que rezaba en el cuarto que estaba al lado del Gran Beit Hakneset de Kraka?

Estaba un poco confundido y dijo: mira, estudiaré dieciocho capítulos de Mishnaiot por ti, y espero que esto pueda ayudarte, como es sabido que la palabra Mishna, tiene las mismas letras que la palabra alma (Neshama, en hebreo).

El alma dijo: yo no sé nada de esto, tú harás eso, y si no alcanza, volveré?

El alma se fue, y no regresó?

Y este estudiante se emocionó en gran medida.

Cuando fue a ver a su rab, le contó lo que sucedió, al rab y a sus compañeros, que eran grandes estudiosos. Le preguntaron con asombro: si tu día de estudio es tan extenso, ¿cómo hiciste para agregar dieciocho capítulos de Mishnaiot?

Y él, se asombró del asombro de los demás: ¿cuál es la pregunta? Si un alma viene hacia mí y me pide que la ayude, ¿no voy a ayudarla?

Seguro que sí, le dijeron, ¿pero no sabes de la fuerza que tiene sólo una Mishna para ayudar en la elevación de las almas?

Y si es tan grande y elevado el poder de la Tora, su Luz y su Santidad, hasta el punto que con una Mishna que un hombre estudia puede ayudar a su compañero, ¿cuánto podrá ayudar esa misma Mishna a la persona que la está estudiando?

Y si la Mishna, que es la Tora ?hablada?, es tan fuerte, cuánta será la fuerza de la Tora ?escrita?, la Palabra de Hashem!!!

Todo esto hace mucho ruido, tiene que estremecernos un poco, ¡quién no va a inclinar su oído cuando escuche que están leyendo la Tora!

Traducido del libro Maian Hashavua.

Leiluy Nishmat

León Ben Ezra



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