Las expectativas moldean nuestras experiencias de manera trivial y significativa. Recuerdo escuchando a un psicólogo en la radio hace muchos años (su programa ya no esta en la radio por razones que a continuación serán claras). Un hombre llamó para hablar sobre su fin de semana romántico frustrado, aquel que involucraba a sí mismo, su esposa y su hijo de tres años de edad.
Se fueron de vacaciones a una isla pero su hijo seguía interfiriendo con la experiencia. La gota que derramó el vaso fue el comportamiento del niño en el "brunch" elegante. Simplemente no se quedó quieto y tuvieron que irse después de 20 minutos.
El psicólogo, en una combinación de "psicotonteras" y plena estupidez, le dijo a la persona que era una lucha de poder entre él y su hijo. Necesitaba ir a la casa y reafirmar su autoridad.
¡Pobre chico de tres años!
Obviamente, si quieres irte en un fin de semana romántico, ¡NO lleves a tu hijo de tres años! Y si por alguna razón llevas a tu hijo, no esperes que sea romántico.
LAS VACACIONES FAMILIARES
Las vacaciones familiares ; filosofía que sólo puede ser aplicada a dificultar la existencia de unos padres, NO es una experiencia relajante (¿Es noticia para alguien?). Peor aún, es muy estresante. Yo lo sé … ¡acabo de regresar de una!.
Unas vacaciones familiares involucran empacar y desempacar y empacar otra vez… separar lo sucio de lo limpio, mojado de lo seco, lo de él de lo de ella. Requiere coordinar la ropa, la comida, asientos en el coche y camas en la noche … y el niño gritando "pero si yo dormí en el catre ayer en la noche". Involucra encontrar entretenimiento para satisfacer todas las edades, lidiar con los niños cansados, enojados, desorientados (y esposos/as) y mantener tu paciencia y buen humor a lo largo de las vacaciones.
De hecho, es imposible. Pero lo que realmente hace o deshace la experiencia son tus expectativas. Si crees que estarás relajado en la alberca tomando martini s con tu pareja, estarás frustrado. Si crees que vas a levantarte tarde y tomar desayuno en la cama, estarás decepcionado. Si crees que tus hijos estarán agradecidos y contentos todo el tiempo por todo lo que estás haciendo por ellos, entonces es momento de hacer un chequeo de la realidad.
Pero si decides que las vacaciones familiares son para ellos, que estás facilitando su experiencia , creando memorias fabulosas, que estás fortaleciendo su conexión contigo, y que están profundizando sus lazos el uno con el otro -- inclusive mientras están gritando, "Él tomó mi refresco"… "Está ocupando mucho espacio en el coche" -- entonces estarás satisfecho.
Cuando nuestros hijos se subieron al coche para ir de vuelta a casa, dijeron "Fue el mejor viaje de mi vida". Y me mordí la lengua (ellos se olvidan de las peleas mucho antes que nosotros) y sonrieron. Cuando me enfoco en esa parte, es maravilloso.
y si digo, "¿y que sobre mi?" estoy atorado. Para mi, las vacaciones son definitivamente para mi familia, pero no de la manera que se anuncia en los folletos.
EXPECTATIVAS EN EL MATRIMONIO
La arena más significativa en la cuál nuestras expectativas paran nuestra experiencia es nuestro matrimonio. Expectativas irreales o inapropiadas destruyen muchas relaciones. No es sólo en las acciones, es en las actitudes donde los matrimonios tienen éxito o sucumben.
El Wall Street Journal recientemente ayudó a poner algunos de los mitos sociales ("Moving on: Divorce makes a comeback- Poor Economy, Tense Times Prompt More Couples to Call it Quits", Jan 14, 2003; Por Jeffrey Zaslow).
Mito #1: Si viven juntos antes, sabrás a lo que te estás metiendo y tendrás un matrimonio más fuerte.
Como el periódico lo puso, "Mamá tenía razón". "Los investigadores dicen que parejas que han vivido juntas, tienen un 50% mas de probabilidad de divorciarse". ¿Por qué? Expectativas. Entran a una relación sin un compromiso a largo plazo, sin la expectativa de para siempre eso es lo que obtienen.
Si esperas un 100 en tu examen, puede que obtengas un 80, pero solo vas por el 75.......
Cuando vamos de compras no esperamos que la ropa dure para siempre. Pasarán de moda, nuestros cuerpos cambiarán, nuestros gustos se alterarán y nosotros nos habremos deshecho de esas compras, llevaremos al límite nuestras tarjetas de crédito y compraremos algo nuevo. Si no haces un compromiso a una relación desde el principio, si solo estas "probando" , te desharás de el cuando las circunstancias o el gusto cambien.
Expectativas apropiadas reconocen que obviamente las cosas cambiarán. Ojalá que los dos crezcan. Tus metas y tus aspiraciones van a madurar; tu carácter se profundizará. Los niños alteraran tu matrimonio dramáticamente. Las situaciones financieras van a fluctuar. Los cuerpos se harán mas viejos y lentos. ¿Estás preparado para esto o estás viviendo en una pantalla de cine?
Mito #2. Debes de salirte inmediatamente de un matrimonio infeliz.
¿Esperas que tu matrimonio dure? Como contestes ésta pregunta podrá ser la llave para tu futuro. Si fantasías con el divorcio, si lo dejas en tus pensamientos y en tu vocabulario, si lo haces parte de tu diálogo, lo harás una realidad. ¿Realmente lo quieres? Chequea ésta estadística: " Casi el 80% de las parejas que estaban muy infelices en sus matrimonios y decidieron no divorciarse, se describen a sí mismos como felices cinco años después" (Ibid).
Es una idea que desintoxica.
Mito #3: Un buen matrimonio no involucra peleas.
Cuando dos seres humanos saludables, independientes y pensantes se juntan, habrá inevitablemente desacuerdos. Dorothy Parker o alguien similar una vez dijo, "Si dos personas siempre están desacuerdo, uno de ellos es innecesario". Estar con alguien que tiene un punto de vista fresco, estimula el pensamiento y la conversación. Estar con alguien que ve al mundo diferente que tu, promueve introspección y crecimiento. Estar con alguien que siempre está en desacuerdo contigo, puede que al principio sea muy bueno para tu ego, pero no es bueno a largo plazo. En el Talmud, Rabi Yojanan estaba en luto por la muerte de su compañero de estudio Reish Lakish. En un esfuerzo de alentarlo, sus estudiantes le encontraron un nuevo compañero de estudio que estaba en acuerdo con todo lo que decía. R. Yojanan no estaba contento. "Cómo extraño a Reish Lakish", lamentó . "Siempre me podía objetar". Incluso hay más que sugerir, "Mientras que seas un combatiente abierto de mente, el discutir puede ser bueno para las relaciones"...(Ibid). El secreto es como peleas, no si peleas.
Es importante tener una visión realista de ésta persona que te casaste. Un viejo amigo una vez me dijo algo muy simple pero muy bueno sobre su marido, "Se que no es perfecto, pero es mi esposo".
Nadie es perfecto. Esa expectativa de encontrar perfección, es la primera en irse. Pero es más que eso. Cuando nos casamos obtenemos una combinación particular de cualidades. Tal vez tu pareja es demasiado callada y necesitas alguien mas extrovertido. Tienes que apreciar que es parte del paquete que escogiste. Cambia una pieza y todo el rompecabezas no cuadra. Ningún ser humano puede cumplir las fantasías de otro, o expresar por nosotros las cosas que no tenemos el coraje de hacer. No le pongas esa carga a tu pareja.
Espera trabajar duro, crecer y profundizarse cada uno de ustedes. Ese es el tipo de expectativa que será pagada.
El Judaísmo promueve una perspectiva realista del matrimonio. Por un lado, así como el rabino Yoel Schwatz lo dice, "Todos aquellos que fueron alzados en sueños falsos, estarán dolidos por lo dura que es la realidad. Necesitas expectativas realistas. Tienes que saber quien es tu pareja y tienes que estar preparado para hacer el esfuerzo".
Por otro lado, junto con esa visión debe de haber un sentido claro de la belleza del alma a la cual te juntaste. Hay una canción popular de bodas sacada del Talmud: "¿Cómo bailar en frente de la novia? (cantando) … la novia es bella y amable".
Pero, ¿que tal si tiene un defecto? Para aquel que la ama, lo bueno sobrepasa el resto. En un buen matrimonio hay muchos 'defectos' y malos ratos, pero el placer los sobrepasa a todos.
Nota del Editor: El Rav Simja Cohen, experto en Shalom Bayit, armonía del hogar agrega: "El matrimonio tiene que estar de acuerdo de que entre ellos hay o pueden haber desacuerdos"
Emuna Braverman tiene una licenciatura en Leyes de la Universidad de Toronto y una maestría en Psicología de la Universidad Pepperdine. Vive con su esposo y nueve hijos en Los Angeles donde trabajan ambos en Aish HaTora. Cuando no está escribiendo para el internet o cuidando a su familia, Emuna enseña clases en Judaísmo, organiza grupos de cocina kosher gourmet y recibe muchos invitados en Shabat.