Rav Arie Natan
Visiones

Parashat Behar

"Y reposará la tierra un reposo para Hashem" (Vaikrá 25,2) Dentro de la parashá "Behar" encontramos la relación óptima y correcta con la tierra de Israel, con la vida material y espiritual sobre sus terrenos y las condiciones económica
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"Y reposará la tierra un reposo para Hashem" (Vaikrá 25,2)

Dentro de la parashá "Behar" encontramos la relación óptima y correcta con la tierra de Israel, con la vida material y espiritual sobre sus terrenos y las condiciones económicas que deben primar en ella. Por este motivo se consideran de suma importancia los temas referentes también a las leyes de compra y venta, relaciones comerciales, trato del empleador al empleado y a los miembros varios de la sociedad. De este modo se cierra el círculo de conceptos que se incluyen en el libro Vaikrá.

Todos los temas de esta sección de la Torá son factores desde los cuales se desprenden muchos detalles, por este motivo el estudio profundo de cada uno de ellos es fundamental para entenderlos en toda su significación; sin embargo en este artículo trataremos de abrir el concepto de "año sabático" (shemitá), ya que es un concepto básico del cual dependen muchos de los otros temas de esta parashá.

El reposo sabático que se anunciaba en el séptimo año era total. Toda actividad comercial estaba suspendida, no se trataba de una especie de "paro" o "huelga" laboral de advertencia que duraba un día o dos, este reposo se extendía por trescientos cincuenta y cuatro días (año lunar), durante el cual no se realizaba ningún tipo de negociación entre empleadores y empleados. En términos actuales, nadie presentaba demanda alguna, no por aumento de sueldo mínimo, ni por pago de vacaciones o enfermedades, tampoco se incrementaban los sueldos por ascensos ficticios como la más "pura" tradición económica liberal o proteccionista juntas. Este reposo, como la Torá lo menciona es un reposo "para Hashem"; desde el encabezado del tema escuchamos el carácter espiritual del precepto:

"Cuando vengas a la tierra... reposará la tierra un reposo para Hashem. Seis años sembrarás tu campo, y seis años recolectarás tus vides... pero el año séptimo será un reposo total... tu campo no sembrarás, y tus vides no recolectarás... será un reposo de la tierra para ustedes para que coman de ella, tú, tu esclavo, tu esclava, tu jornalero, tus extranjeros que viven contigo, para tus animales y para la fiera que está en tu tierra será toda su producción de alimento".

Si podemos imaginarnos por un momento la vida en el Israel del Tanaj podremos aproximarnos más a los significados mencionados, así durante seis años vivía esta tierra una vida económica rutinaria, una carrera sin fin detrás del sustento y el mantenimiento, el dinero y la posición. Esta tierra desarrollaba su tesoro natural – la agricultura. Sus habitantes sembraban campos, sacaban ganancias de su producción; es claro que estaban presente las reglas de la oferta y la demanda, diferentes tipos de intermediarios, fluctuación de precios, etc. Esta forma de vida creó, en su dinámica interna, la necesidad anímica de los ciudadanos a alcanzar dinero, propiedades, terrenos, era un sistema simplemente normal, con una escala de valores económicos aceptable dentro de un capitalismo gradual, si lo vemos con los ojos del hombre de varios siglos después; una cultura de que por dinámica propia podía caer fácilmente en el materialismo.

Dentro del tumulto de esta vida, viene de pronto un cambio. Cuando se despliega el año séptimo se detiene esta "máquina" súbitamente, la tierra de Israel en cada uno de sus sectores reposa, no era solamente un retiro momentáneo de las actividades laborales agrícolas, sino una detención total de un año entero.

Este precepto espiritual se sobrepone a la realidad natural, los dueños de campos se abstienen durante este año de trabajar la tierra, no obtienen ganancias de sus propiedades. No arar, no sembrar, un año completo se mantienen frente a sus propiedades, como si no fueran de ellos. El curso de trabajar la tierra para una utilidad personal – se ha interrumpido, ellos encuentran ahora una situación nueva. La nueva realidad que se ha impuesto sobre ellos les enseña, que ellos mismos eran, en verdad, esclavos de una cultura consumista, que ellos formaron a partir de una carrera sin fin tras las adquisiciones materiales. La desconexión temporal de este consumismo, pule el prisma y devuelve el equilibrio humano; la tierra en su reposo manifiesta "independencia" en este año, y nos enseña que también ella tierra un valor en si, que no depende precisamente del hecho de ser propiedad de alguien, o ser fuente de producción. El ser humano, por otro lado comienza a comprender que él no es el señor de todo, que tiene permitido hacer con ella todo lo que desee, este es el mensaje principal que recibe el señor del año sabático en la tierra del año sabático.

No obstante este nivel ya bastante elevado de espiritualidad avanza aun más, así encontramos que la Torá nos declara:

"Será un reposo de la tierra para ustedes para que coman de ella, tú, tu esclavo, tu esclava, tu jornalero, tus extranjeros que viven contigo"

Este mandato escueto y conciso da un golpe total a cualquier cultura capitalista, incluso dentro de los marcos graduales de productividad y eficiencia. Los campos, dicen este mandato, "tus campos" serán este año carentes de dueño, ya no serán básicamente tuyos. El dueño de campos debe controlar su natural inclinación a proteger la propiedad privada y deberá abrir su campo a que los pobres y menesterosos vengan a recolectar los frutos que este año son de toda la comunidad. Los campos y su producción no tienen dueños, así pasan las inclinaciones materialistas, que se habían transformado en una cultura y finalidad de la vida en sociedad, a una crisis muy dura, los seres humanos comienzan a comprender que no hay un valor intrínseco en los bienes materiales. Durante un año sentirá en la práctica esta nueva realidad, y así podrá comenzar un ciclo de seis nuevos años en los cuales si internalizó el mensaje de la shemitá no será otra vez un esclavo completo de su dinero.

Los conceptos que incluye el precepto de no trabajar la tierra durante el año sabático, tienen como finalidad volver nuevamente a ubicar al ser humano dentro de un ámbito de espiritualidad, que internalice el mensaje profundo de este mandamiento – no dejarse llevar por lo material, en la vida social especialmente, nos dejamos arrastrar por estereotipos materiales y construimos nuestra vida bajo normas que nos alejan cada vez más de realidades mayores. La shemitá resulta por lo tanto un momento riquísimo para poder retraernos a conceptos de índole distinta, la sola mención que durante este año los campos se consideran sin dueño es una revolución en el campo de los conceptos humanos que rigen su consumismo; observar el propio campo abierto al público es un valor es si que lleva a la persona a entender que no debe poner sus esperanzas en lo económico, este tiene una vida independiente a la de él, él no necesariamente lo controla – esta autoconvicción es unos de los primeros pasos para construir una personalidad humilde, la llave de todo servicio al Creador.

Durante un año completo, las frutas de la tierra son entregadas solamente para lo necesario: sin el comercio que se introduce a sí mismo entre la producción y el consumidor. Por un año completo recuerda este reposo a la persona con un lenguaje punzante, que el Creador no hace que la tierra produzca sus frutos solamente para finalidades de enriquecimiento personal; por el contrario el Creador "hace salir el pan de la tierra", Él es finalmente la causa de nuestro sustento y frente a los seis años de trabajo este año con todo su sistema nos retrae a la sensación primaria que Hashem es quien lo rige todo, por este motivo la Torá reitera: "reposo para Hashem", el principio del reposo de la tierra es por voluntad divina.

 

 



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