Rav Arie Natan
Visiones

Parashat Bereshit

El primer pasuk de Bereshit declara: "en el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Bereshit 1,1); mientras que más adelante leemos: "en el día que hizo Dios la tierra y los cielos" (Bereshit 2,4). Si el concepto de primero, según la lóg
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El primer pasuk de Bereshit declara: "en el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Bereshit 1,1); mientras que más adelante leemos: "en el día que hizo Dios la tierra y los cielos" (Bereshit 2,4).

Si el concepto de primero, según la lógica, es aquello que antecede a otros en el tiempo, o que ocurrió antes que otros hayan ocurrido, nos encontramos ante una manifiesta contradicción; pues en el primer pasuk se declara que Dios creó los cielos y la tierra, mencionando primero a los cielos, de lo cual se colige que fueron creados primero y después la tierra, en cambio en el segundo pasuk presentado se hace mención primero de la tierra y después del cielo.

Esta contradicción, movió a disputa entre Bet Shamay y Beth Hilel, como se encuentra en el Talmud y algunos textos del Midrash. Bet Shamay declara que los cielos fueron creados primero y después la tierra; mientras que Bet Hilel opina lo contrario, primero la tierra y después los cielos. Cada uno de estos sabios fundó su opinión en uno de los dos textos de nuestra contradicción, alegando Bet Shamay a su favor el primero y Bet Hilel el segundo, y por lo tanto a cada uno de ellos debe explicar el otro versículo, que se opone a su opinión.

1. Bet Shamay dice que los cielos fueron creados primero, corroborando su opinión con el primer versículo de Bereshit, y siendo este el lugar propio de la creación, sostiene que habla la Torá según el orden del tiempo en que fueron creados. Razón que demuestra además que en la mayoría de los textos del Tanaj se menciona primero a los cielos. El hecho que el otro versículo antepone y antecede la tierra al cielo, se atribuye a otra causa, o que la Torá por esta variedad igualó los cielos y la tierra y la tierra a los cielos, demostrando que la divinidad de Hashem y su supervisión asiste también al mundo inferior, o para dar a conocer que el mundo del cumplimiento de las mitzvot, la tierra, antecede en tiempo al de la recompensa, el cielo, que se denomina "Olam Haguemul". Esta fue la opinión de los que respondieron a Alejandro Magno, el cual (como se trae en la guemará de Tamid, cap. IV) preguntó a los sabios de Israel qué fue creado primero el cielo o la tierra, y ellos le respondieron que los cielos.

2. Bet Hilel entienden lo contrario y sostienen que la tierra fue creada primero, según se colige del segundo versículo, como también se comprueba del libro de Tehilim: "En un principio, la tierra cimentaste, y obra de tus manos son los cielos" (202,26). Si en el otro versículo anteceden los cielos es por ser primeros no en tiempo, sino en dignidad, que es una de las formas que según la lógica un concepto puede ser primero que otro. Según la filosofía clásica los cielos están compuestos de una sustancia pura, de una "quinta esencia", que no sufre los cambios que ocurren en la tierra, parecen tener mayor importancia.

3. Rabí Yojanán (Bereshit Raba cap. I) valiéndose de la distinción, en nombre de los sabios, absuelve nuestra pregunta de diferente modo, dice que en lo referente a la creación, lo cielos antecedieron, pero en la germinación y perfeccionamiento la tierra antecedió. Abarbanel explica en sus glosas sobre la Torá que en cuanto a la creación que ocurrió de la nada, los cielos fueron creados primero en el tiempo, pero en cuanto al procrear y germinar, la tierra antecedió; y así se comprueba porque en el tercer día, hizo brotar la tierra sus simientes y reverdeció de vegetación y sólo en el cuarto comenzaron las luminarias a alumbrar y se llenó el cielo de estrellas, así, si el cielo llegó a ser primero, se acabó de perfeccionar al último, después de la tierra. De este modo estableció Rabí Tanjuma esta opinión con los mismos dos textos de nuestra contradicción diciendo, que en el primer versículo se dice "bará" (creó) y en el segundo "asot" (hacer) cuyo significado, en muchos lugares, indica perfeccionar, como por ejemplo: "el toro que hizo" (Bereshit 18,8), es decir que preparó. En cuanto a la creación de la nada, los cielos fueron creados primero en el tiempo, pero con respecto al perfeccionamiento la tierra fue "hecha" primero.

5. Rabí Shimón Bar Yojay se sorprendió mucho que dos tan grandes sabios como Shamay e Hilel hayan tenido una disputa en este tema, ya que el sostiene que los cielos y la tierra fueron creados juntamente, lo cual corrobora con el texto del profeta que dice: "También mi mano cimentó la tierra, y mi derecha apuñó los cielos, les he llamado para que se levanten juntos" (Yeshaya 48,13), de lo cual se infiere que tuvieron un principio en conjunto. Esta misma opinión la encontramos en el Pirké DeRabí Eliézer, donde se relata que estando Shamay e Hilel discutiendo del tema se apareció la presencia divina para revelarles que ninguno estaba en lo cierto, por cuanto el cielo y la tierra fueron en una misma hora y en un mimo punto creados.

Esta opinión fue compartida por muchos de los sabios a través de las generaciones, como Rambam, Rashí, Even Ezrá, etc. En la Guía (obra de Rambam) se declara que el mundo es como un individuo, o gran ser viviente como lo llamaron los filósofos, y que es imposible que existan cielos sin tierra, o tierra sin cielos, ya que la tierra es el centro de la circunferencia de los cielos, y lo cielos son la circunferencia y círculo del centro que es la tierra, siendo forzoso que donde haya uno hay el otro. En la Guía se citan varios dichos de nuestros antiguos sabios, como lo expresado por Rabí Shimón, o como la siguiente parábola: una persona siembra semillas de una sola vez, aunque las va brotando la tierra en diferentes tiempos, dando a entender que el Creador no es como un agente humano que tiene necesidad para finalizar su obra del paso del tiempo. Así sería inconveniente decir que el Creador ha creado el mundo en el transcurso de seis días, sino que se debe entender el sagrado texto que el cielo y la tierra fueron creados en un instante y luego comenzaron a actualizarse en seis diferentes grados. Los seis grados son los siguientes: 1- la luz, 2- la generación de las lluvias, 3- los minerales, 4- las plantas, 5- los animales y 6-. el hombre; representando de este modo el significado que el mundo fue creado en seis días.

7. También podemos decir, desde un punto de vista más profundo, que en esto vemos representado que el círculo de todas las cosas empieza en Dios y acaba en Él: pues siendo el Creador principio y fin del círculo existencial, su expansión consiste en descender desde lo más supremo hasta lo más ínfimo, porque de Dios procede la naturaleza de los ángeles y de esta por niveles se desciende hasta la dimensión astral, desde el cielo impirio a la luna y de él a nuestra más baja dimensión donde se haya la materia primera y en esta termina el medio círculo por ser la más remota de la perfección del Creador; después de esta misma comienza el otro medio círculo subiendo a los elementos, de estos a los minerales, de estos a las plantas, de estas a los animales irracionales y de estos al hombre, ascendiendo de un inteligible menor a uno mayor se detiene el proceso en el acto intelectual del supremo inteligible divino que es la unidad. Así se despliega el ciclo gradual de todos lo entes, lo cual se declara en la Torá por el hecho de comenzar primero con los cielos, o criaturas metafísicas, de mayor a menor (Bereshit 1,1), mientras que en otro lugar se expresa la otra mitad que asciende de menor a mayor (Bereshit 2,4) a partir de la tierra o materia prima. Entre los dos pesukim se perfecciona el ciclo de la existencia que comienza en el Creador y termina en Él.



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