Parashat Emor
"La Influencia de la Conducta del Ser Humano"
Esta época del año, entre la fiesta de Pesaj y la de Shavuot, es conocida como la época de Sefirat Haomer, por la mitzvá de contar los días desde el segundo día de Pesaj hasta la víspera de Shavuot. Esta mitzvá se menciona en la Parashá de esta semana: "Y contaréis para vosotros desde el día siguiente al primer día festivo, desde el día en que hubiereis traído el omer de la tenufá; siete semanas completas serán. Hasta el día siguiente a la séptima semana, contaréis cincuenta días; entonces presentaréis una nueva ofrenda vegetal de trigo al Eterno" (Levítico 23;15-16).
Para entender la esencia de esta Mitzvá y de estos días, tenemos que estudiar y conocer la esencia del personaje principal de estos días: Rabi Shimón Bar Yojai. Este gran sabio fue uno de los cinco nuevos alumnos que formó Rabí Akivá, después del fallecimiento de sus veinticuatro mil alumnos. Debido a la persecución Romana, Rabi Shimón Bar Yojai tuvo que esconderse durante doce años con su hijo Rabi Elazar en una cueva donde escribió el Sefer Hazohar (la enseñanza de la Cabala). Cuando salió de la cueva y vio a una persona que estaba cultivando la tierra, lo miró y lo fulminó con su simple mirada. Esto ocurrió ya que Rabi Shimón llegó a niveles espirituales tan elevados, que no pudo comprender cómo era posible que alguien se ocupara de las cosas materiales. Para él, el ser humano debía dedicarse solamente a lo espiritual, ya que todo lo que necesita para su sustento, lo recibirá automáticamente. Es decir, que si el ser humano está todo el tiempo sirviendo a Di-s, la tierra dará su fruto sin necesidad de ser cultivada.
Los demás sabios dijeron que este sistema podía funcionar solamente en casos como el de Rabi Shimón y su hijo, debido a los niveles tan altos a los que ellos llegaron, como lo sucedido durante los años que se encontraron en la cueva, donde creció un árbol frutal y emergió un manantial de agua, y de eso se alimentaron durante esa larga época. No obstante, la gente normal necesita dedicarse también a lo material para poder sobrevivir.
Podríamos contar mucho más sobre la historia de Rabi Shimón, sin embargo, lo que ya narramos es suficiente para entender el mensaje principal que heredamos de este sabio: el poder tan grande que tiene el ser humano de influir en el mundo a través de sus acciones.
La esencia de estos 49 días de Sefirat Haomer es la misma: demostrarle al ser humano cuánto puede él influir en el mundo mediante su conducta, tanto positiva como negativamente. Por un lado, en estos días nuestros antepasados lograron purificarse de tal manera, que su nivel permitió la entrega de la Torá, la cual cambió la historia del mundo, ya que por primera vez, se le enseñó a la humanidad los valores Divinos, los cuales son eternos e invariables. Pero por otro lado, en estos mismos días, murieron los 24,000 alumnos de Rabi Akiva, debido a que no se trataron con suficiente respeto entre ellos.
Una de las razones por las cuales no se dice la berajá de Sheeheianu sobre la Mitzvá de Sefirat Haomer, es porque esta berajá se menciona únicamente en estado de alegría y como estos días hasta Lag Baomer, son de luto y de tristeza, ésta no puede ser recitada. Sin embargo, el día de Lag Baomer (en el cual se conmemora el aniversario de fallecimiento de Rabi Shimón Bar Yojai), es un día de alegría. ¿Por qué? Porque en estos días de reflexión sobre el gran poder que tiene nuestra conducta, nos damos cuenta de nuestro gran fracaso. Si comparamos entre el mundo tan maravilloso que podíamos tener si hubiésemos llegado a los niveles espirituales adecuados y el mundo en el cual realmente vivimos, es imposible abstenerse de la tristeza y del luto. Pero el día de Lag Baomer, donde recordamos a Rabi Shimón Bar Yojai, nos permitimos la alegría, ya que nos damos cuenta de que sí se puede lograr un mundo maravilloso y lo que tenemos que hacer es no estar de luto por nuestra situación actual, sino esforzarnos y seguir el ejemplo que él nos ha dejado.
El día que todos entendamos el poder que tiene nuestra conducta y sigamos el camino que nos señaló Rabi Shimón Bar Yojai, el cual consiste en dedicarnos a la constante elevación espiritual, lograremos ver las maravillas del mundo tal y como las vio él mismo durante los años que permaneció en la cueva.
Fue el Rabino del Centro Comunitario Beth Itzjak
y del Consejo Comunitario Ashkenazi (Mexico City)