Esta semana la Parashá nos relata que cuando los Yehudim vivían en el desierto estaban divididos en tres májanot - campamentos, 3 zonas. Uno era el majane de la Shejina el otro el majane de los Levitas y el tercero era el majane de los Israelitas.
El majane de la Shejina estaba en el centro y estaba rodeado por el majane de los Levitas que a su vez estaba rodeado por el majane de los Israelitas.
En el majane de la Shejina estaba el Tabernáculo y la carpa donde se reunía Mosh Rabeinu con la Shejina, a este majane sólo podían entrar los Cohanim, que eran los hijos y los descendientes de Aharón.
En el majane de los Levitas sólo podían entrar los Levitas, y su labor era trasladar el Tabernáculo, armarlo y desarmarlo, y trasladar el Arca donde se encontraban las tablas. En el tercer majane habitaban el resto de los Yehudim.
También se nos describe en esta parashá otras tres restricciones en los májanot. La primera es que una persona que tenía lepra tenía que salir del majane Israelita, la segunda, una persona que tenía una enfermedad que se llama zav, que es como poluciones, no podía estar en el majane de los Levitas y la tercera, una persona que se impurificaba tocando un muerto no podía estar en el majane de la Shejina.
Se preguntan los comentaristas, ¿por qué esta clasificación y por qué el que tocó a un muerto, que es la impureza más fuete, se puede quedar en el majane de los Levitas y no es expulsado lejos del majane Israelita?
Explica el libro Siftey Cohen, que la causa de la lepra es por haber hablado mal de otro, Lashón Harrá, y esto provoca la división entre los yehudim por lo cual realmente la razón de la lepra es algo muy reprochable.
Nos explica también que la causa de la enfermedad del zav, es debida a que continuamente tiene pensamientos prohibidos, el pensar en cosas malas no tiene castigo, pero es alejado de HaShem, por lo cual es expulsado del majane de los Levitas donde están los que hacen el trabajo de logística para el lugar donde se aloja la Shejina.
De aquí también podemos entender que la persona que tiene malos pensamientos esta dañando el arma más poderosa que tiene para comunicarse con HaShem, ya que con nuestro pensamiento podemos llegar hasta el Trono Celestial.
Los que tocaron a un muerto, no cometieron ningún pecado, por el contrario lo que hicieron fue una mitzva ya que nadie anda tocando los muertos por gusto, sino porque encontró un muerto que necesita ser sepultado, y esta es una gran mitzva.
De esto podemos entender por qué sólo se le aleja del majane de la Shejina, ya que finalmente esta impuro y nadie que esta impuro puede acercarse a HaShem.
Esta división del pueblo de Israel fue hecha después del pecado del becerro de oro. Antes del pecado no había tal división todo era un solo majane, y la prueba es que esta escrito en la Torah, AM EJAD, UN PUEBLO, y también esta escrito, MAJLEKET COHANIM, DIVISION DE COHANIM, es decir que éramos todos cohanim. Pero después del pecado fuimos divididos. De aquí vemos el daño que produce el pecado.
Realmente la unidad del pueblo judío es la única arma que tenemos para recibir la bondad de HaShem, que está en cada instante cayendo sobre el mundo, si estamos unidos, somos un gran recipiente que recibe esta bondad, y de ahí es repartida al mundo.
Si estamos desunidos somos una vasija quebrado que derrama todo lo que se nos está enviando desde el cielo.
Para ver milagros debemos unirnos, y esto lo debemos hacer en todos los niveles, primero debemos buscar la unidad dentro de nosotros mismos, después con nuestra familia, con nuestra comunidad, y así hasta que finalmente lleguemos a la unidad completa de nuestro pueblo.
Shabat Shalom
Rabbi Haim Yehuda Israel