Rav Moshe Walles
En Perspectiva

Parashat Reé

La Mitzvá de ayudar a los novios pobres, tiene la capacidad de separar la enfermedad de la muerte. “En pos del Eterno, vuestro D’s, habéis de andar y a El habéis de temer y Sus mandamientos habéis de guardar y Su voz habéis de escuchar y a El hab&eac
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La Mitzvá de ayudar a los novios pobres, tiene la capacidad de separar la enfermedad de la muerte.

En pos del Eterno, vuestro D’s, habéis de andar y a El habéis de temer y Sus mandamientos habéis de guardar y Su voz habéis de escuchar y a El habéis de servir y a El os habéis de adherir”. (Deuteronomio 13;5)

En estas palabras se esconde la Mitzvá de imitar los atributos de D’s y apegarse en sus caminos, lo que significa ser bondadoso y llevar a cabo actos de beneficio para nuestros semejantes como por ejemplo: el apoyo económico de Gmilut Jasadím y Hajnasát Kalá (apoyo a las novias y a gente necesitada), el apoyo moral de Bikur Jolim (visitar a los enfermos) o Nijum Avelim (otorgar el pésame y las condolencias a los dolientes) y el apoyo físico a quien lo necesita, entre otros.

La Mishná nos enseña que estas Mitzvot dejan frutos en este mundo y el capital se conserva para el mundo venidero: “Estas son las cosas de cuyos frutos disfruta el hombre en este mundo y que subsisten como bienes eternos en el otro mundo y ellas son: el respeto a los padres, la beneficencia, el concurrir al Beth Hamidrash, de mañana y de tarde, la hospitalidad, visitar a los enfermos, la ayuda a la novia, el acompañamiento de los difuntos, la meditación de las oraciones y la reconciliación entre las personas. El estudio de la Torá está por encima de todas las demás.” (Parte del rezo de Shajarit)

Con respecto a esta Mitzvá compartiremos una historia verídica, la cual ocurrió con un “Gabai Tzdaka” (la persona que se dedica a recaudar fondos para personas necesitadas) llamado Rab. Yejezquel.

En cierta ocasión, se le presentó a Rab. Yejezquel una Mitzvá de Hajnasát Kalá (novios que no tenían recursos para realizar su matrimonio). El novio era huérfano y la novia provenía de una familia pobre, su padre se encontraba enfermo y prácticamente no tenían dinero ni siquiera para lo más necesario.

Cuenta Rab. Yejezquel: fui con varias personas que conozco como generosos y logré juntar cierta cantidad, pero me encontraba lejos del propósito al cual tenía que llegar. Me puse a pensar y me acordé de un conocido, el cual fue un hombre rico, cuya mano siempre estuvo abierta para  cualquier Mitzvá. Estaba seguro de que me daría, con buen ojo, para esta Mitzvá.

Inmediatamente después del rezo de la mañana, fui a su casa y cuando me encontraba detrás de la puerta, escuché un llanto. Estaba dudando en tocar el timbre o retirarme, ya que tal vez no era el momento adecuado, pero me acordé de la Mitzvá tan importante que hacía, el tiempo tan corto que quedaba para la boda y decidí a tocar el timbre.

El jefe de familia, que me abrió la puerta, estaba pálido, con los ojos rojos y cansados. Vine por un asunto importante, pero me parece que no es el momento, le dije. El me señaló que me sentara y le platicara del asunto que me traía.

Le comenté sobre los novios pobres, sus necesidades y la cantidad grande de dinero que faltaba para poder casarlos honradamente.

Se disculpó y me dijo: “No puedo en este momento resolver ese asunto, perdóname y ven en otra ocasión. No puedo pensar claramente ya que mi único hijo está enfermo y se encuentra en una grave situación. Estamos esperando cada minuto que entre el médico, pero aunque llegue ¿qué podrá hacer? Mi hijo casi ya no respira y le falta poco para morir”.

No supe que decir al pobre señor, pensé en irme y no molestar, pero ¿qué iba a suceder con los pobres novios?

De repente, me iluminé y me acordé de una clase que había escuchado, en alguna ocasión, sobre la Mishná que habla sobre las Mitzvot que dejan frutos en este mundo y el capital para el mundo venidero. Le pedí que me escuchara y le dije: “En esta famosa Mishná, la cual pronunciamos diariamente durante el rezo de la mañana, mencionamos entre otras Mitzvot el Bikur Jolim (visitar a los enfermos), Hajnasát Kalá (ayuda a los novios) y Alvayat Hamet (acompañar a los muertos).

¿Por qué pusieron nuestros sabios la Mitzvá de ayudar a los novios justo entre visitar a los enfermos y acompañar a los muertos? ¿No sería más natural acompañar a los muertos después de visitar a los enfermos?

La respuesta es que nuestros sabios nos quieren enseñar que la Mitzvá de ayudar a los novios pobres, tiene la capacidad de separar la enfermedad de la muerte. Dicho mérito tiene fuerza para curar a los enfermos para que no se llegue al acompañamiento de los muertos.

El padre, desesperado, se animó y decidió inmediatamente. Entró a un cuarto y me trajo la cantidad completa que faltaba para casar a la pareja y con lágrimas en mis ojos lo bendije para que D’s le enviara una pronta Refuá Shlemá a su hijo y me fui.     

No pasaron más que un par de horas, cuando esta misma persona apareció en mi casa y lleno de emoción y de alegría me dijo: “Del cielo fuiste enviado hoy para salvar la vida de mi hijo. Inmediatamente después de haber salido de mi casa, llegó el médico y se sorprendió del cambio drástico que había ocurrido en mi hijo. El médico no encontró palabras para expresar su sorpresa”.

La salud del niño mejoró, día a día, hasta que se alivió por completo. La Mitzvá de Hajnasát Kalá lo redimió de una muerte segura a una vida feliz.



Sobre el Autor

Fue el Rabino del Centro Comunitario Beth Itzjak
y del Consejo Comunitario Ashkenazi (Mexico City)



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