Rav Moshe Walles
En Perspectiva

PARASHAT VAYEJI

LO BUENO Y LO AGRADABLE NO SIEMPRE ES COMPATIBLE. En esta Parashá, la última del libro de Génesis, leemos sobre los últimos días de Yaacov, donde reunió a todos sus hijos y los bendijo a cada uno de ellos. Dichas bendiciones también son ense&ntil
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LO BUENO Y LO AGRADABLE NO SIEMPRE ES COMPATIBLE.

En esta Parashá, la última del libro de Génesis, leemos sobre los últimos días de Yaacov, donde reunió a todos sus hijos y los bendijo a cada uno de ellos. Dichas bendiciones también son enseñanza para las generaciones futuras, inclusive para nosotros mismos, puesto que en la bendición de cada hijo, Yaacov describe sus propias cualidades para que aprendamos y sigamos las buenas y nos alejemos de las malas.

En este espacio no podemos analizar las cualidades de cada uno de los doce hijos de Yaacov, por lo tanto, nos enfocaremos en uno de ellos "Isajar", al cual le dijo Yaacov lo siguiente: "Isajar, como un asno huesudo soportará el yugo de la Ley y se recostará en los límites de las aldeas; y al ver que era bueno el lugar de descanso y que la tierra era agradable, bajó su hombro para cargar el yugo de la Ley, sirviéndole a su enemigo con tributo." (Génesis 49;14-15).

¿Cuál sería el significado del asno? Nuestros sabios explican que éste es el animal que se dedica a cargar lo más pesado. Isajar es quien lleva la carga de la Torá, dicho equipaje de Torá y Mitzvot las carga constantemente, sin llegar a cansarse, por tal motivo Yaacov lo compara con un asno.

¿Cuál es el descanso que es bueno y qué significa que la tierra es agradable? Por un lado, el descanso significa el mundo venidero donde habrá un descanso y un deleite espiritual y por el otro, la  tierra significa todos los placeres físicos y materiales. Estos dos tipos de placeres no son compatibles al cien por ciento, ya que para lograr el regocijo del mundo venidero, es necesario ceder un poco de los placeres terrenales, quien se dedica a los placeres materiales es porque de antemano cede el deleite celestial.

Ahora bien, Yaacov dice que los placeres de la tierra son agradables y los del cielo son buenos, ya que lo bueno y lo agradable tampoco es compatible; como por ejemplo, una medicina es buena pero no agradable, ó por otro lado, la droga, que puede ser agradable, más no buena.

Por lo tanto, el ser humano tiene que decidir entre lo bueno y lo agradable. Isajar nos dio el ejemplo: "Bajó su hombro para cargar el yugo de la Ley, sirviéndole a su enemigo con tributo" (Génesis 49;15). El Jafetz Jaim explica que uno debe pensar siempre como comerciante, puesto que la vida misma es el negocio más grande que tenemos. El principio fundamental del comercio es que si uno no invierte y no corre un riesgo, tampoco obtendrá ganancias. Es mucho más agradable la flojera, el descanso y el asolearse, que invertir en mercancía y correr para venderla; sin embargo, cualquier comerciante está dispuesto a ceder lo agradable para conseguir lo bueno.

Esto nos enseña Isajar: la carrera hacia los bienes materiales y la dedicación a los placeres físicos, es agradable al igual que el descanso y la flojera en pleno día, pero el esfuerzo en el estudio de la Torá y la carga del cumplimiento de sus Mitzvot es buena, así como la inversión y el trabajo en un buen negocio que permite el descanso y el regocijo el día de mañana.                         



Sobre el Autor

Fue el Rabino del Centro Comunitario Beth Itzjak
y del Consejo Comunitario Ashkenazi (Mexico City)



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