Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

PERASHAT TETZAVE-18

SHALOM BAIT “Y estas son las vestimentas que harán…” (Shemot 28,4) Ocurrió una vez que un novio fue a hablar con un rabino, de los sabios más grandes en Tora, con una queja en su boca: la novia le reveló su voluntad de que no se vista con un “
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SHALOM BAIT
“Y estas son las vestimentas que harán…” (Shemot 28,4)

Ocurrió una vez que un novio fue a hablar con un rabino, de los sabios más grandes en Tora, con una queja en su boca: la novia le reveló su voluntad de que no se vista con un “traje largo”, a pesar de que hasta el día de hoy él acostumbraba a vestirse con ese tipo de traje.

El novio tenía un carácter muy fuerte, se podía decir que también era muy protestón, y argumentaba que el pedido de la novia lo molestaba en demasía, al punto que él estaba evaluando la posibilidad de anular el compromiso entre ambos.

-No es posible que ella intervenga en este tipo de asuntos, le dijo el novio al rabino.
¿Y cuál fue la respuesta de ese rabino?
Después de tranquilizar un poco al novio, salió con él hacia una de las colinas de la zona, y le señaló un camino que estaba trazado con muchas curvas, y llegaba hasta la cima del monte más alto.

Entonces el rabino le preguntó:
¿Por qué es necesario trazar el camino con tantas vueltas y curvaturas? ¿Acaso no sería mucho más cómodo trazar un camino recto que comience en la pradera y alcance la cima de la montaña?
Y de inmediato contestó:
A la fuerza nos encontramos con la posibilidad de aprender, que para alcanzar la cima de la montaña es preferible el camino con curvas antes que el camino recto, porque el camino con curvas es el único que puede darnos la seguridad de que podremos llegar al punto más alto de la montaña.

Ese rabino, grande, le aconsejó al novio que no debería salir a una guerra abierta contra los pedidos de la novia: con el paso del tiempo ella apreciará tus cualidades, y entonces aprenderá y entenderá que es necesario e importante que tú vistas el traje largo, y por medio de ese aprendizaje lo aceptará. Tendrás que mantener la calma, ser muy paciente y escuchar y pensar en sus pedidos y en sus palabras, y puedo asegurare que después de un tiempo no muy largo ella pensará igual que tú, y aceptará todas tus propuestas con todo su corazón y con tranquilidad en su alma.

¿Y este caso con qué puede compararse?
Con un hombre que quedó atrapado en un remolino el medio del mar. Se encontraba dentro de una terrible tempestad, y giraba y giraba alrededor de las olas del mar.

Cualquier persona con el mínimo entendimiento sabe que es imposible, y hasta podemos decir que está prohibido, enfrentar a este tipo de remolinos, ya que quien lo intente corre el peligro de que el mar lo lleve mucho más adentro.

La única forma de salvarse del remolino y de estas grandes olas, es acompañar el movimiento del remolino, sin enfrentarlo, hasta llegar al fondo del mar, y desde allí poner el rumbo hacia arriba.

Si el hombre intenta acortar el camino enfrentándose al remolino, el resultado será sólo uno: terminará ahogado, hundido.

Cuando un vehículo está estacionado, detenido, si el conductor quiere moverlo y que quede direccionado en sentido contrario, todo tiempo que el vehículo esté en el mismo sitio, se le hará muy difícil sino algo impensable. Hasta le resultará muy difícil solamente girar el volante y sus ruedas. Y si es tan difícil mover las ruedas, mucho más difícil, o hasta imposible, será girar el vehículo invirtiendo su sentido de orientación.

El consejo correcto que le daremos a este señor, será avanzar un poco hacia adelante, y mientras el vehículo esté moviéndose, aunque sea lentamente, el conductor podrá mover el volante, y por consiguiente las ruedas, hacia el lado que más lo desee.

Lo mismo diremos en nuestro caso.
El hombre está interesado en que su esposa lo valore, y que se dirija a él con el honor que él supone que merece de acuerdo a su categoría. Para lograrlo, el único camino es que él mismo la honre y que le brinde todos los halagos posibles, que se interese en todos los trabajos que la esposa realiza en la casa o fuera de ella, y desde luego, no debe olvidar alabarla en todas las cosas que hace.

Entonces, también ella escuchará las palabras del marido, y la relación entre ambos será la adecuada, y ella aceptará y cumplirá con todos los deseos del esposo.
No existe otro camino para alcanzar el éxito en lo que llamamos la “casa judía”.

Traducido del libro Barji Nafshi.

 

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

 



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