Reflexiones Dijo Rabi Arie Leib de Gur: Quien verdaderamente quiere causarle satisfacción a Su Creador, no hay para él diferencia si la mitzvá es hecha por él o a través de otra persona! Y cuando uno realmente ama a alguien, lo principal es que todo lo bueno

Reflexiones

Dijo Rabi Arie Leib de Gur: Quien verdaderamente quiere causarle satisfacción a Su Creador, no hay para él diferencia si la mitzvá es hecha por él o a través de otra persona!

Y cuando uno realmente ama a alguien, lo principal es que todo lo bueno le llegue a la persona que uno ama, y si uno no puede ser no importa, siendo lo principal que dicho bien le llegue!

Y si bien a priori una persona podría preferir ser uno quien lo haga, de momento que es el amor al prójimo lo que predomina por sobre el amor propio, lo principal será que le llegue el bien y cuanto antes, y no empecinarse en ser uno quien realice dicho bien!

Y también cuando uno quiere hacer una mitzvá para alegrar a Su Creador, si uno no la puede hacer por uno mismo, designará con alegría a un enviado para que la haga, con tal de brindarle así satisfacción a Hashem Su Creador; estando doblemente feliz por además darle también al otro la posibilidad de ser parte de la mitzvá!

Cuando la persona bendecida no se encuentra apta para recibir la bendición, Hashem se la guarda para cuando llegue el momento idóneo!

Esto significa que ninguna bendición cae en el vacío, y ella solamente espera el momento idóneo en que la persona sea digna de recibirla, para finalmente posarse sobre ella!

Es por ello, que si vamos con un justo para que nos bendiga y su bendición vemos que aún no se cumple, no debemos de dudar del poder del justo en ayudar a hacer fluir la bendición del Creador, sino dudar de nosotros, que seguramente no nos hemos depurado suficientemente, para ser personas dignas de recibirla!

Es por ello, que si queremos recibir la bendición de Hashem, la cual -en realidad- todo el tiempo fluye hacia nosotros, nuestro trabajo es simplemente depurarnos y mejorarnos, permanentemente, hasta lograr hacer que ello finalmente suceda!

Quien cumple con un precepto sólo para cumplir con la voluntad del Creador, eso es más importante que todas las demás intenciones (que pueda llegar a poner!).

Y si bien hay intenciones al visualizar el Nombre de Hashem cuando se dice una bendición y hay diferentes cosas en las cuales uno puede pensar mientras cumple con un precepto, lo principal de todo es poner la intención simple en hacer lo que Hashem nuestro Creador nos ordenó, sin intenciones secundarias y sin aspiraciones secundarias!

Y si bien al realizar una misma acción se pueden tener varias intenciones en paralelo, pudiéndose pedir también varias cosas en paralelo, lo principal es la intención pura de cumplir con la voluntad del Creador, lo cual trae bendición y habre los canales para todas la demás cosas, incluso cuando no las pedimos ...

Y esto se debe a que cuando hacemos las cosas con pureza de intención para cumplir con la voluntad del Creador, el canal se abre mucho más ampliamente, posibilitando que fluya, todo aquello que tiene -para nuestro provecho- que fluir ...

 

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Dijo el Jafetz Jaim: También robarle el honor al prójimo es considerado un robo!

Es decir, que el concepto de robar es mucho más amplio de lo que la mayoría de la gente suele pensar!

Se puede robar intelectualmente y ello es considerado un robo. Se puede robar/secuestrar a una persona y ello es considerado obviamente un robo! Se puede robar emocionalmente, no legitimizando lo que siente la otra persona, y ello también es una especie de robo!

Y también, uno puede sin querer, no darle a la otra persona el honor que se merece, ya sea ignorándola, poniéndole un apodo desdeñable o llamándola sólo por su nombre, cuando dicha persona posee un cargo o un título con el cual usualmente la gente se dirige a ella!

Es por ello, que salvo que la otra persona pida explícitamente que no se la llame por su cargo o título, es fundamental que le hablemos anteponiendo el título o cargo que posee a su nombre, para así no entrar en la categoría de aquellos que le roban el honor a sus semejantes