Rav Moshe Wolfson
Elul, Rosh Hashana y Yom Kipur

Tamuz, Av y Elul- recogen todo lo caído

Reuniones de las Diasporas En los viajes de las Tribus de Israel por  el desierto, la Torá describe al último campamento, el de la Tribu de Dan, “como el recolector de todos los campamentos”. Dan era una tribu muy numerosa, por lo que, aunque no eran los ú
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Reuniones de las Diasporas

En los viajes de las Tribus de Israel por  el desierto, la Torá describe al último campamento, el de la Tribu de Dan, “como el recolector de todos los campamentos”.

Dan era una tribu muy numerosa, por lo que, aunque no eran los últimos, muchos de sus miembros se quedaban atrás y encontraban los artículos que la gente había dejado caer durante la travesía y los devolvían. Se quedaban atrás, hasta saliendo de la Nube de Gloria. No fueron expulsados jas ve Shalom, se atrasaron, y pudieron cumplir así su función de “recolectores”.

Hay un significado especial en el asunto que la Shevet Dan participaba en la mitzvá de Hashavas Aveidah, devolviendo artículos perdidos. Hashem ordena las cosas de una forma que cada persona encuentre las mitzvot precisas que necesita para lograr su tikún -su arreglo final.

Dan era un shevet espiritualmente mas baja. Pero al devolver los objetos perdidos por el pueblo en su travesía, despertaron un consenso en el cielo: Por cuanto Dan devuelve lo perdido, que se los devuelvan a Hakadosh Baruj Hu y logren enaltecerse nuevamente.

También hay un maasef –uno que junta- en el tiempo. Los tres últimos meses del año -Tamuz, Av y Elul- recogen todo lo caído, lo dejado en el camino, lo descuidado o lo olvidado a lo largo del año.

Si bien estamos acostumbrados a pensar en Elul como el mes de teshuvá, el período de teshuvá –de retorno- ya comienza con Tamuz. Como señalan los sefarim, las letras de TAMUZ representan el concepto de que los tiempos de la teshuvá se acercan cada vez más.

Teshuvá es el proceso de volver atrás y recuperar lo que se estropeó la primera vez, de arreglar y devolver momentos perdidos de potencial. Con la teshuvá nos completamos, afectando a nuestra propia geulah –redención- personal, preparándonos parta Tishrei cuando estemos destinados a ser redimidos.[2]

Después de Rosh Hashaná y Yom Kippur, cuando finaliza el proceso de teshuvá, viene Succos, el Jag Ha'asif, la fiesta de la recolección. Simplemente, recolectamos el producto cuando se acerca el otoño. Pero, más significativa es la reunión de las almas que han sido purificadas durante esos últimos meses del año.

Y al final de la historia, en el final de los días, que es la época que estamos viviendo en nuestra época, vale decir en nuestra generación, así como el Shevet Dan, Am Israel está regresando a sus raíces, estamos volviendo,  como aquellos que se quedaron atrás y olvidados. Somos una generación de teshuvá, de retorno de devolver todas aquellas almas que se han perdido nuevamente a Klal Yisrael.

Porque al final, cuando la historia llega a su fin y llega el Mashíaj, cada alma tiene que ser incluida, contabilizada y devuelta a su pueblo –Todas serán reunidas como una sola, y todas están siendo reunidas, todas están viniendo a Ti [3].
Antes y después del versículo de “Vayehi binnsoa” -y será cuando viaja- que se expandirá para incluir los viajes de cada alma, hay dos “NUNIM” –dos letras NUN (con un equivalente numérico de 50) pero están inversas, (como un paréntesis) y estas insinúan el regreso de cada judío a través de la teshuvá, algo que tiene sus raíces en pórtico numero 50, el pórtico de la Binah que a su vez es el Yovel, el año 50 del ciclo de 7 años sabáticos y el Yovel es el año de la redención.

 

Diaspora en el tiempo

Si bien hay galut con respecto al lugar, en cualquier territorio fuera de Eretz Yisrael, también hay galut en el tiempo, los meses del año en que fuimos exiliados de Eretz Yisrael. Tamuz y Av no son simplemente los meses en que tuvo lugar el jurban –la destrucción de los Templos, en realidad son períodos de tiempo caídos, cuando las fuerzas del mal son mas poderosas.

Y así como fuimos enviados fuera de Eretz Yisrael para levantar las chispas de santidad en el exilio, somos enviados a los días bajos del exilio temporal con el propósito de levantar chispas de santidad. Porque en los lugares más bajos yacen las chispas más elevadas y preciosas.

La introducción de los meses del exilio del año la encontramos en Parashat Behalotja, la parashá de los viajes donde la Torá enfatiza, por la palabra de Hashem acamparon, por la palabra de Hashem viajaron.[4] No estamos vagando sin rumbo, ni a través del tiempo ni a través del espacio. Estamos siendo dirigidos pulgada a pulgada, estamos siendo llevados.

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[2] Midrash Tanchuma, Parashas Bo, 9.
[3] Yeshayah 49:18.
[4]
 Bamidbar 9:20.



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