Rabinos de Judaismo Hoy
Parasha semanal

Temario y comentario, Nitzavim y Vayelej

Esta semana leemos en la Torá dos parasot, Nitzavim y Vayelej Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: La renovación del pacto. El arrepentimiento y la restauración. La accesibilidad a la Torá. El libre albedrío. Moshé No lo
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Esta semana leemos en la Torá dos parasot, Nitzavim y Vayelej

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

La renovación del pacto.

El arrepentimiento y la restauración.

La accesibilidad a la Torá.

El libre albedrío.

Moshé No los llevará a la tierra de Israel Di-s los guiará. Y Yehoshua tmará el cargo

HaShem les dice que no tengan miedo Di-s estará con ellos. Él no se irá de tu lado ni los dejará

Moshé llamó a Yehoshua, y delante de todo el pueblo le ordenó que fuera fuerte y valiente. Porque Di-s estará con el, no te abandonará, no temas. Moshe Rabeinu escribió la Torá y se la dio a los portadores del Aron HaKodesh.

HaShem les ordenó la Mitzvá de Hakhel:

Cada 7 años, en la festividad de Sukkot, cuando todo Israel se reúne, el Rey de Israel lee la Torá, para que todos ser asombren y a observen las leyes de la Torá.

Di-s llama a Moshe y Yehoshua en una profecía  que el pueblo cometerá ídolatría y abandonará el pacto con HaShem. Port al razón esconderé mi Rostro y sentirán que los he abandonado. HaShem les ordena  Escribir esta canciónpara que les sirva de testimonio eterno.

HaShem devolverá al pueblo a la Tierra de Israel, pero nuevamente responderán con rebelión.

Moshé Rabeinu ordenó a los Leviim que colocaran la Torá al lado del Aron HaKodesh, como testimonio eterno.

 

Comentario de la Parashá

Muchas veces pensamos que hemos inventado cosas que nunca existieron. Otras veces consideramos que estamos ante situaciones que nuestros antepasados nunca tuvieron que enfrentar. Pero en realidad no siempre es así. Las situaciones se repiten, tal vez algunos detalles secundarios son distintos, pero si observamos detenidamente, notaremos que la esencia de la situación es la misma. El hombre, dentro de él, es el mismo. Lo que cambia no es él.

Hoy, en nuestro tiempo escuchamos frases como: "La Torá es un libro que tiene mucha sabiduría pero es antiguo para nuestra época" o "Hay que modernizar la Torá" o "Antes era fácil cumplir con las mitzvot (preceptos), pero para nosotros es muy difícil. Tenemos auto, electricidad, televisión, computadora, Àcómo vamos a hacer sin todas estas cosas en shabat?". Incluso hay quienes creen todavía que el único motivo por el cual la Torá prohibió comer carne porcina es por la enfermedad llamada triquinosis.

También en las generaciones pasadas hubieron quienes creyeron que la Torá era algo que cayó en desuso y la Torá - adelantándose a ellos - les dijo que estaban equivocados.

La Torá - que es eterna pues D'os que es Quien la creó también lo es - tiene un mensaje eterno para nosotros:

"Pues esta mitzvá, que yo te ordeno hoy, no está oculta de ti y no está lejos. No está en el cielo para decir: 'ÀQuién subirá para nosotros al cielo y la tomará para nosotros y nos la haga entender y la haremos?'. Y tampoco al otro lado del mar está ella para decir: 'ÀQuién cruzará el mar para nosotros y la tomará para nosotros y nos la haga entender y la haremos?'. Porque esta cosa está muy cercana a tí, en tu boca y en tu corazón, para hacerla" (30:11 - 14).

No necesitamos que nos acerquen la Torá al alcance de las manos pues está cercana hasta tal punto que sólo necesitamos tener la voluntad de estudiarla, entenderla y cumplirla.

En los últimos años quedó esto demostrado con más contundencia. Antes teníamos que ir a la sinagoga para escuchar alguna enseñanza sobre la parashá, pero ahora ni siquiera ese mínimo esfuerzo es necesario hacer. Hay clases de Torá por teléfono, por fax y también por Internet, ya no queda nada más por inventar.

Todas las excusas que podamos ofrecer para justificar nuestra indiferencia a los eternos valores de nuestro pueblo son solamente explicaciones que fueron buscadas después de haber decidido alejarnos de ellos y por lo tanto carecen de seriedad.

Después de que nos convencimos de la cercanía de nuestro legado, termina la Torá diciendo cómo debemos incorporar su contenido a nuestras vidas.

Dice la Torá: "en tu boca y en tu corazón, para hacerla". En este pasuk (versículo) están mencionados los tres aspectos del cumplimiento de los preceptos. El primero es el habla ("en tu boca"), luego el pensamiento ("en tu corazón") y por último la acción ("para hacerla").

El judaísmo predica que debe haber una armonía total entre estos tres elementos. Todo empieza por el pensamiento y es por eso que es de suma importancia que sea sano. Sin prejuicios de ninguna índole. Nótese que el pasuk está aparentemente desordenado pues primero es recordado el habla, luego el pensamiento y por último la acción, cuando en realidad tendría que haber comenzado por el pensamiento y luego por el habla. Pero la Torá siempre ubica en el centro lo que es más importante y es por eso que aparece el pensamiento entre el habla y la acción.

No debemos conformarnos con ser "judíos de corazón". También es nuestra obligación hablar acorde a lo que pensamos, pues si no lo hacemos, con el correr del tiempo nuestro pensamiento comenzará a cambiar. Finalmente, la acción - el mayor exponente del pensamiento - debe reflejar claramente los últimos dos.

Parashat Nitzavim

Devarim (Deuteronomio) 29:9 - 30:20

De acuerdo con la halajá (ley judía) la parashat Nitzavim siempre debe ser leída - sola o junto con parashat Vaiélej - antes de Rosh Hashaná, como fue codificado por Rabí Iosef Karo (1488 - 1575) en su gran obra: el "Shulján Aruj" (Oraj Jaim 428:4), y los distintos comentaristas explicaron que dos son las razones para este orden que determinaron los Sabios.

Por un lado, parashat Nitzavim debe ser leída antes de Rosh Hashaná, para hacer una separación entre parashat Ki Tavó y la semana en la cual cae el día de Rosh Hashaná. Por cuanto que en parashat Ki Tavó figuran las maldiciones mediante las que Moshé Rabenu previno al pueblo de Israel para que no se desvíe del camino de D'os, nosotros hacemos una separación entre Ki Tavó y Rosh Hashaná leyendo en el medio parashat Nitzavim, como una señal de que deseamos que todas las maldiciones se terminen en el año que finaliza, para que el año entrante sólo contenga bendiciones.

El segundo motivo por el cual leemos parashat Nitzavim antes de Rosh Hashaná es porque en parashat Nitzavim se habla de teshuvá (el arrepentimiento):

"Pues esta mitzvá que te ordeno hoy, no está oculta de ti y no está lejos. No está en el cielo, para decir: '¿Quién subirá para nosotros al cielo y la tomará para nosotros, y nos la hará entender y la haremos?'. Y tampoco del otro lado del mar está ella, para decir: '¿Quién cruzará el mar para nosotros y la tomará para nosotros y nos la hará entender y la haremos?'. Porque esta cosa está muy cercana a ti, en tu boca y en tu corazón, para hacerla" (30:11 - 14).

La señal que los Sabios nos dieron para recordarnos este orden especial de las parashot es: "Kumu vetikú - Levántense y toquen (el shofar)", como diciendo que primero viene "kumu", es decir, parashat Nitzavim - que comienza con las palabras: "Ustedes están parados hoy delante de D'os…" (Devarim -Deuteronomio- 29:9) - y luego "tikú", es decir, el toque del shofar en el día de Rosh Hashaná. Los Sabios quisieron insinuarnos que primero debemos pararnos y erguirnos delante de D'os mediante el arrepentimiento, y solamente después de eso podremos pedirle a D'os que se apiade de nosotros en el juicio en el Día del Toque del Shofar, es decir, el día de Rosh Hashaná.

Por otro lado, nosotros sabemos que básicamente los pasos para llegar al arrepentimiento son tres: primero se debe dejar de hacer el pecado, luego la persona debe arrepentirse del pecado que cometió, y por último, él debe confesar su culpabilidad delante de D'os. Y realmente también podemos encontrar en el orden que nos indicaron los Sabios, una insinuación de estos tres componentes de la teshuvá:

Primero debemos leer parashat Ki Tavó con un sábado de separación entre las maldiciones que figuran en esa parashá y Rosh Hashaná, para dejar atrás las maldiciones, es decir los pecados que finalmente provocan que las maldiciones recaigan sobre nosotros. Luego, en ese sábado que hacemos esa separación, debemos leer parashat Nitzavim, porque en ella figuran varias partes que hablan del arrepentimiento, y la persona después de abandonar el pecado que solía cometer, debe arrepentirse de él. Y por último, debemos tocar el shofar en el día de Rosh Hashaná, y en ese momento debemos pensar en confesar todos nuestros pecados delante de D'os.

 

Parashat Vaiélej

Devarim (Deuteronomio) 31:1-30

Comentario de la Parashá

En la parashá de esta semana encontramos que D'os le reveló a Moshé Rabenu y a su alumno y continuador Iehoshua Bin Nun, una síntesis de lo que en definitiva ocurrió con nuestro pueblo a lo largo de su historia. D'os, Quien está por encima del tiempo y el espacio, les develó a ellos lo que ocurriría en el futuro:

"Le dijo D'os a Moshé: He aquí que tu reposarás con tus antepasados, y se levantará este pueblo y se prostituirá en pos de los dioses de los extraños de la tierra - que él irá allí en medio de ellos - y Me abandonará y romperá Mi pacto que he concertado con él. Y Me enojaré con él en ese día, y los abandonaré, y ocultaré Mi rostro de ellos y se convertirá en presa, y los encontrarán muchas cosas malas y sufrimientos, y dirá en ese día: 'Por cuanto que D'os no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas'" (31:16-17).

D'os le dijo a Moshé que después de su fallecimiento, en un momento determinado de la historia, el pueblo de Israel se alejará de D'os y de Su Torá, llegando a cometer incluso el grave pecado de la idolatría. Entonces, D'os se enojará con el pueblo de Israel abandonándolos. La Torá dice que D'os "ocultará Su Rostro" de ellos, y como consecuencia lógica, nuestro pueblo desgraciadamente sufrirá muchas calamidades, ya que no puede haber bendición donde la Presencia Divina no se encuentra.

Sin embargo, la Torá nos asegura que después de mucho sufrir, nuestro pueblo finalmente entenderá por qué es que le ocurrió todo eso: "y dirá en ese día: 'Por cuanto que D'os no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas'". El pueblo de Israel finalmente comprenderá que no todo es casualidad y que el mundo tiene Alguien que lo dirige.

Profundizando en el entendimiento de estos versículos, encontramos que hay algo extraño en ellos pues el versículo 17 comienza diciendo que como consecuencia de nuestras malas acciones habrán "muchas cosas malas y sufrimientos", pero al finalizar el versículo la Torá dice: "y dirá en ese día: 'Por cuanto que D'os no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas'". Las "cosas malas y sufrimientos" ahora se convirtieron en "cosas malas" solamente. ¿A dónde se fueron aquellos "sufrimientos"?

Esta pregunta la formula el Rav Eliézer Man Shaj en la introducción a su libro "Abí Ezrí" - escrita en la ciudad de Jerusalem el año 1948, cuando la sagrada ciudad estaba siendo bombardeada por los ejércitos de los árabes.

Para responder, el Rav Shaj nos explica que cuando a la persona le ocurre algo malo, él no sólo siente el dolor por la cosa mala en sí, sino que muchas veces él también se auto-tortura con preguntas que parten de la impotencia, como ser: "¿Por qué me pasó esto justo a mí?" o "¿Qué hice yo para merecer esto?". Desgraciadamente, en la mayoría de las personas, preguntas de esta índole no son más que un grito de dolor y desahogo, y están distantes de ser una expresión de reflexión y toma de conciencia, como debería ser.

Y así explica el Rav Shaj las palabras de nuestro versículo: "y los encontrarán muchas cosas malas y sufrimientos" - las cosas malas son las cosas malas en sí, es decir, las calamidades mismas; mientras que los sufrimientos son las consecuencias de esas cosas malas, es decir, todo el sentimiento de dolor que viene por las calamidades mismas. Este sentimiento de sufrimiento invade a la persona que carece de una verdadera fe en D'os. Pero alguien que es temeroso de D'os y cree completamente en que D'os supervisa y dirige Su mundo decidiendo todo lo que en él ocurre, para esa persona, las cosas malas no se convierten además en sufrimientos, sino que quedan objetivamente en la categoría de calamidades.

Y así sentía el rey David que dijo: "Aunque vaya por valles de tinieblas no temeré pues Tu estarás conmigo, Tu vara y Tu bastón serán mi consuelo" (Salmos 23). Puede ser que de vez en cuando nos merezcamos algún golpe-recordatorio (vara), pero eso siempre viene acompañado de una enseñanza y una esperanza que nos ayudará a seguir (bastón).

Es por eso que el versículo termina diciendo: "y dirá en ese día: 'Por cuanto que D'os no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas'" - de momento que la persona comprende que todo lo que le sucedió es porque D'os no estaba con él a causa de sus malas acciones, entonces automáticamente se anulan esos sufrimientos, y él se queda solamente con esas cosas malas.

Esta bella enseñanza del Rav Shaj debe servirnos en todos los momentos y todas las situaciones de nuestras vidas. Preguntas como: "¿Por qué me pasó esto justo a mí?" o "¿Qué hice yo para merecer esto?", no deben ser señales de rendición e impotencia sino un sincero reflejo de querer entender lo que nos pasa para mejorar y cambiar. Entonces, no sólo dejarán de existir los sufrimientos sino también las cosas malas. Amén.

 

 



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