Adaptación Rav Gabriel Guiber
El duelo en el judaísmo

¿COMO? ¿POR QUE? - La caida de Israel

¿COMO? ¿POR QUE? EL SUFRIMIENTO POR LA CAIDA DE ISRAEL La palabra EIJA nos acompaña desde el Shabat Jazón hasta el nueve del mes de av (desde la perashat Devarim, que este año es justamente la víspera del nueve de av). La palabra aparece en la perashat
First slide

¿COMO? ¿POR QUE?

EL SUFRIMIENTO POR LA CAIDA DE ISRAEL

La palabra EIJA nos acompaña desde el Shabat Jazón hasta el nueve del mes de av (desde la perashat Devarim, que este año es justamente la víspera del nueve de av). La palabra aparece en la perashat Devarim, y también en la Haftara que leemos este Shabat. Nuevamente, aparece muchas veces la palabra en la Meguila que leemos el nueve de av.

La palabra “eijá” tanto en la Haftara como en la Meguila es, metafóricamente, como un grito, lamentando la terrible caída espiritual del pueblo de Israel. Nos viene a preguntar ¿cómo? llegamos a donde llegamos, ?¿por qué pasó lo que pasó? Parece como que el mundo está al revés, los más grandes están abajo y los más bajos están ahora arriba!!!

El pueblo de Israel es el pueblo elegido, somos los hijos de Hakadosh Baruj Hu, y, veamos, ¿quién nos gobierna? Somos controlados y reprimidos por pueblos que no tienen historia anterior ni tampoco tendrán en el futuro, porque deijárán de existir, pueblos de bárbaros, que se comportan como fieras salvajes, carentes de espiritualidad, carentes de todo...

¿Y por qué estos pueblos están ahora sobre nosotros? Porque Israel cayó, este es el resultado del descenso espiritual, y comprobarlo duele...

Ese descenso nos persigue hasta nuestros días. Salgamos a la calle a mirar, con objetividad, no tengo que ir a un Beit Hakneset o a un Beit Hamidrash y ponerme contento porque están repletos de gente rezando y estudiando. Eso está muy bien, pero no es la realidad objetiva. Lo que hay que ver es que la mayoría del pueblo de Israel se aleijá permanentemente del estudio de la Tora y del cumplimiento de sus preceptos. Muchos olvidaron que el pueblo de Israel no es un pueblo más, es el pueblo elegido por el Bore Olam, y en lugar de estudiar la Tora, buscan algo imposible de encontrar metiéndose en las costumbres de los otros pueblos, tratando de entender sus leyes inexplicables, y prefiriendo ser parecido a otro pueblo, dejando de tener la impresionante categoríande ser uno de los elegidos del Creador!!!

Pero eso no es todo. Muchos de ellos pelean también con los que quieren ser de los elegidos. Los marcan como diferentes. Se burlan de ellos por no ser como todo el mundo. Los desprecian, desprecian la Tora y a los que cumplen los preceptos, Hashem nos guarde...

Y todavía falta lo peor. Lo peor está de nuestro lado, porque si nosotros fuéramos ?íntegros, completos, eso nos daría el mérito de que todo el mundo tome nuestro ejemplo. Y nadie, o casi nadie, nos considera como dignos de imitar, porque no cuidamos la Tora como corresponde. Sabemos muy bien que estamos muy lejos de la perfección, algo que era muy corriente en los tiempos que el Beit Hamikdash estaba en pie...

En ese entonces, se "respirab" santidad y pureza, y la integridad de las personas, el sacrificio por la Tora y sus preceptos provocaba la revelación, hacía que Hashem Itbaraj se muestre al pueblo de Israel y al mundo. Subir a Ierushalaim tres veces al año, llegar y ver a los Cohanim realizando el Servicio, acercando los sacrificios, con todo el pueblo de Israel a su alrededor, inyectaba una sobredosis de Irat Shamaim, y elevaba a cada integrante del pueblo de una forma que es imposible de describir, ya que carecemos de los elementos, de las palabras para, primero entender, y después explicar...

¿Qué podemos decir sobre los sacrificios? Cuando se trataba de un sacrificio para pedir perdón, cada uno, al ver que mataban al animalito, sabía que eso es lo que él mismo merecía recibir, pero, Hakadosh Baruj Hu, con su piedad, nos reemplazó por el pobre animalito. Ahora, nosotros seguimos vivos, y agradecemos al Creador que nos perdonó, con nuestro arrepentimiento sincero y completo. ¿Cómo nos arrepentimos ahora, si podemos decir que nos arrepentimos? Todo eso perdimos... Caemos, caemos, caemos...

Esta caída espiritual arrastra todos los ámbitos, el que quería ser igual a todos los pueblos, ahora será el despreciado, el sometido por todos los pueblos. En el libro Sifte Jaim nos muestra que el descenso se escapa a toda situación imaginable. Nos trae un relato del Talmud, en el tratado de Ketuvot (66b): Rabi Iojanan ben Zakai se aleijába de Ierushalaim montado en su burro. Sus alumnos lo seguían un poco más atrás. Vio una muchacha que intentaba separar unos granos de cebada que estaban dentro de la materia fecal de los animales de los árabes que pastoreaban allí (granos que los animales comieron y no fueron digeridos). Cuando la muchacha ve al rab, se acomoda y se cubre bien los cabellos, se para, sale al camino y le dice: Rabi, ayudame porque no tengo lo que comer!!

Hija mía, le dice rabi Iojanan, ¿quién es tu padre?

Soy la hija de Nakdimon ben Gurion!!! (recordemos que no había persona tan adinerada como él).

Rabi Iojanan se dirigió a sus alumnos: recuerdo cuando firmé la ?Ketuva? de esta mujer y tuve que mencionar el monto de la Ketuva, miles y miles de monedas de oro!!!

Y continuó, pero ahora llorando: ¡Dichoso el pueblo de Israel, que cuando hace la voluntad de Hakadosh Baruj Hu, no existe pueblo, ni lengua, ni nada que se levante sobre él, que intente doblegarlo, y cuando, lo alenu, no hace la voluntad de su Creador, son dominados por cualquier pueblo, por el más débil de los pueblos, y hasta por los animales de los pueblos!!!

Pregunta el Mahral, ¿hay lugar aquí para decir dichoso Israel? En un momento tan penoso, en el que una mujer del pueblo de Israel, hija de uno de los hombres más adinerados del pueblo, tiene que buscar semillas entre los restos de las necesidades de los animales de otro pueblo. Es una situación más que humillante, ya que estas semillas no eran para consumo humano sino que era parte de la comida de los animales, y esta mujer buscaba entre las necesidades de los animales para ver si despidieron alguna semilla que después de pasar por los intestinos del animal, haya quedado íntegra. No se puede imaginar algo tan degradante, además de enfatizar que los animales también eran de otro pueblo. Todo esto tenía que hacer una mujer que siempre vivió entre los lujos y la riqueza. En este marco viene rabi Iojanan ben Zakai y exclama: ¡Dichoso el pueblo de Israel!, y no entendemos por qué somos dichosos...

Para poder entender la respuesta que nos dará el Marhal necesitamos una pequeña introducción. Recordamos haber estudiado en la escuela, la materia Naturaleza. Allí la maestra nos decía que en el mundo existían tres reinos: el animal, el vegetal y el mineral. Yo, por lo menos recuerdo así. El Sifte Jaim habla de cuatro reinos en la naturaleza: las piedras sin vida, las cosas que crecen y florecen como las plantas, los animales que tienen vida, y los seres que tienen el poder de hablar. Rabi Iehuda Haleivi escribe en su libro Hakuzari que hay que agregar otro reino y pasan a ser cinco los reinos de la naturaleza, el quinto reino es el pueblo de Israel.

El Maran Harav Mibrisk ztz”l continúa con la explicación del Hakuzari: no decimos que pasamos de un reino a otro superior agregando alguna característica que el anterior no tiene. Por ejemplo: no decimos que una planta es una piedra que tiene la capacidad de crecer y florecer, sino que cada reino tiene características propias y no tiene nada que ver con los otros reinos. Como prueba de esto veamos el caso de una planta que deijá de crecer o de florecer, nunca vamos a decir que esta planta descendió de categoría y ahora se transformó en una piedra!!! Lo mismo un animal cualquiera, tampoco diremos que en el momento en que murió pasó a ser una planta...

Entendiendo la diferencia entre los reinos de la naturaleza podemos comprender lo que sucede con el pueblo de Israel cuando pierde, lo alenu, sus cualidades que lo distinguen como el pueblo elegido. Cuando un pueblo, del que Hashem espera grandes cosas, no cumple con su función, con la función que lo eleva y lo acerca a su Creador, con la función para la cual fue creado, no baja a la categoría de ser vivo que puede hablar, sino que pierde toda su esencia...

Sobre esto se construye la respuesta del Mahral, no hay un punto intermedio. El pueblo de Israel fue creado por Hakadosh Baruj Hu como un reino aparte en la naturaleza y puso en él grandes cualidades, y espera de él tener grandes satisfacciones. Y nosotros estamos aquí para darle satisfacciones a nuestro Creador. Podemos subir muy alto, pero también es muy fácil caer en un pozo muy profundo. Podemos gobernar sobre todas las criaturas y sobre todas las personas, o ser dominados por todos ellos. No hay paradas en el camino, nosotros tenemos la elección, o arriba o abajo...

Encontramos entonces que el hecho de que exista la posibilidad de caer tan abajo es el testigo de la existencia de la supervisión particular que tiene el pueblo de Israel por medio del Bore Olam, y es como un reproche que nos pregunta "¿cómo?, ¿por qué?"

Todo esto vio rabi Iojanan ben Zakai al ver a la hija de Nakdimon ben Gurion en una situación tan deprimente. Puede ser que lo que vio es el grado tan grande de humillación al que puede llegar un pueblo del que se espera mucho, pero mucho más. Pero al ver esto rabi Iojanan ve que el pueblo está todaviá parado gracias a su grandeza. Diremos que lloró porque lo que vio no podía despertar otra cosa que no sea llanto, pero también en ese mismo momento exclamó ?Dichoso Israel, porque al ver ese terrible descenso se le reveló también la gran categoría, tan especial y exclusiva, a la que solamente el pueblo de Israel puede llegar, sin paradas intermedias en el camino...

Dijo rabi Iojanan ben Zakai, un pueblo que cuando no cumple la función para la que vino al mundo desciende hasta la tierra, nos muestra cuanta es su grandeza, y nos asegura que cuando cumpla su misión, cuando su categoría sea su verdadera categoría, estará por sobre todas las creaciones. Y a esto dijo rabi Iojanan ben Zakai: Dichoso Israel?!!!

Y esto es lo que está escrito en una de las lamentaciones, que, si por alguna razón no llegamos a ver la llegada del Mashiaj en estos días, tendremos que decir en el nueve de av. Dice por un lado cuando salí de Egipto, en ese momento, cuando salimos de egipto, vamos rumbo a recibir la Tora, y crecemos día a día hasta llegar al punto más alto, allí, el pueblo de Israel tiene todas sus cualidades en la máxima expresión. Y en el otro extremo está escrito cuando salí de Ierushalaim, de la misma forma que crecimos y llegamos tan alto cuando salimos de egipto, ahora caímos en el pozo más profundo, y perdimos toda nuestra categoría, que nos distinguía como el pueblo elegido, cuando salimos de Ierushalaim...

No es un pase de categoría. No somos un equipo de futbol de primera división que se va al descenso. Somos un pueblo, somos el pueblo de Hakadosh Baruj Hu. El pueblo que tiene la categoría de ser el elegido, que puede estar sobre todos los pueblos, solamente cumpliendo La Voluntad de Hashem. El pueblo que todos odian y envidian, ¿por qué? Simplemente porque nunca podrán alcanzar lo que nosotros sí podemos alcanzar, por eso: Dichoso el pueblo de Israel...

  Lekaj Tov.

Leiluy Nishmat

Aharon ben Biniamim z” l

 

 

 



Articulos Relacionados

Inscribite
Contactanos