Rabino Richard Kaufmann
Reflexiones

Buenas acciones-Mishpatim

La Buena Acción del Día Potenciar la Alegría! Hoy por la noche comenzará el primer día de Rosh Jódesh del mes de Adar I, mes sobre el cual está dicho, que cuando comienza Adar aumentamos la alegría! Es decir, es un mes que está
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La Buena Acción del Día

Potenciar la Alegría!

Hoy por la noche comenzará el primer día de Rosh Jódesh del mes de Adar I, mes sobre el cual está dicho, que cuando comienza Adar aumentamos la alegría!

Es decir, es un mes que está predispuesto para la alegría!

Es por eso, que también si hay cosas que en forma natural atentan contra nuestra alegría, debemos de esforzarnos por sobre-ponernos y potenciar la alegría igual!

Y la verdad es, que cuando así lo hacemos, eso influye para que nuestra realidad se transforme en una realidad más optimista y feliz, haciendo que con ello la alegría se potencie cada vez más y más!

 


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Pensar en lo que nos queda y no en lo que perdimos!

Cuando una persona pierde algo, suele fijar su atención en lo que perdió y no en aquello que le queda!

Y la verdad es, que si la persona pensara que podría haber perdido mucho más y que al menos le queda lo que le queda y no lo perdió todo, en lugar de quejarse por lo que perdió, agradecería por lo que le queda!

Y como todo el secreto de nuestra fe es agradecer permanentemente por todo lo que viene de Hashem, tanto si nos parece bueno como si no, de momento que agradecemos por lo que hay y por lo que nos queda, mantenemos nuestros canales de recepción de bendición abiertos, ameritando el ensanchar-los para recibir más de aquello que hemos perdido, o algo diferente que al menos justifique nuestra eventual pérdida!

Y un soldado que perdió sus piernas en la guerra en la franja de Gaza, fue con el Yanuka quien le dijo que él ganó el privilegio de haber hecho lo que hizo por Am Israel


 

Llorar, suspirar y desahogarse

La presión que siente el ser humano, tiene que ver ante todo con su "carga" a nivel emocional.

La persona va acumulando dicha carga en el día a día, a lo largo de su vida, por todo tipo de cosas que le pasan y por todo tipo de situaciones no resueltas, que quedaron "estacionadas" en algún lugar de su ser!

Y como siempre explicamos, que esa "acumulación" es sumamente "tóxica" a nivel interno, la persona debe de esforzarse por depurarse periódicamente de esta clase de "desechos" internos.

¿Cómo?

Llorando y si no le sale llorar, hacer los suspiros como cuando uno llora, poniendo intención en expulsar de dentro de uno dichas sensaciones.

Por último, está escrito en el libro de Mishlé (12, 25) que "la preocupación en el corazón del hombre que la cuente", y si bien hay varias interpretaciones respec-to al significado del término utilizado en idioma hebreo en el versículo, la interpretación más común es la que sostiene que ello significa que es bueno que el hombre le cuente a su prójimo lo que siente y lo que le pasa y que se desahogue (no teniendo porque transgredir las reglas de lashón harrá en caso que lo que le suceda tenga que ver con otros, pudién-do abstenerse de mencionar nombres, haciéndolo con aquellos que no conocen a dichas personas).



 

Entrenar resiliencia!

La resiliencia y la capacidad de ser flexible y adaptarse real y emocionalmente a los cambios, no es algo con lo cual se nace, o que se tiene o que no se tiene!

Es algo que la persona puede y debe de entrenar, sobre todo en aquellas áreas que identifica cómo débiles en su forma de ser.

¿Y por qué es importante ser resilientes?

Porque quien no es resiliente carece de herramientas reales y emocionales para enfrentar cam-bios en su vida, sufriendo y tensionándose mucho más; hasta incluso sentirse superado y en un callejón sin salida (cuando posiblemente si exista).

Y la capacidad de desarrollar resiliencia puede ser asistida por el concepto del mundo del Coaching, de cambiar el observador, pues al cambiar de lugar, las cosas no vienen hacia nosotros de la misma manera, recibiéndolas de una manera mucho más funcional, sana y efectiva!

¿Y cómo se entrena?

Haciendo cosas opuestas a lo que estamos acostumbrados o a nuestra naturaleza.

Si por ejemplo somos muy ordenados y cualquier desorden nos altera, debemos entrenarnos dejando todo desordenado y decir "no me importa", hasta que sea capaz de tolerarlo, volviendo al orden desde un lugar quizás más sano y menos extremo, y así con cada cosa y cosa, todo con sentido común, sin contradecir por supuesto en nada lo que nos ordena la Torá!



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