Cuando la Torá se refiere a las guerras que el pueblo de Israel deberá pelear contra los pueblos de la tierra, ella dice que estaba prohibido destruir los árboles frutales: "ya que el hombre es como el árbol del campo" (Devarim 20:19).
A pesar de esta bella comparación, resulta un poco difícil precisar la relación existente entre la prohibición y el motivo que da la Torá para explicar esa prohibición. Pero explicaron Nuestros Sabios (Midrash Sifrí) que la intención de la Torá es decir que la posibilidad de supervivencia del hombre depende de los árboles, y es por eso que debemos cuidarlos y no destruirlos.
Rabí Shelomó de Chortkov nos enseña en su libro "Divré Shelomó" que así como cuando un hombre desea que su árbol dé buenos frutos, él lo cuida y se dedica a él efectuando todos los procedimientos que ayudarán a mejorar el producto final, así también se debe comportar el hombre - que ha sido comparado por la Torá al árbol del campo.
Si él desea que sus acciones sean correctas y aceptadas por su Creador, él debe aprender a estudiar y cumplir lo que estudia, y es por eso que Nuestros Sabios dijeron que la posibilidad de supervivencia del hombre depende de los árboles, porque para aprender cómo vivir una vida llena de un contenido espiritual, él debe aprender de los árboles, que para que den buenos frutos requieren de buen cuidado y atención.
Y ese es el motivo por el cual la Mishná llamó a este día: "Rosh hashaná lailán - comienzo del año del árbol" en singular, para enseñarnos que cada ser humano - que fue comparado con un árbol - debe obtener una enseñanza práctica en este día sobre el comportamiento que debe seguir para que también él dé buenos frutos.