Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

La Nueva Hoja Nueva - PERASHAT BALAK-19

EL PODER DEL AMOR “verás su extremo, no verás todo” (Bamidvar 23,13) Hafalangot, un nombre conocido (no para mí). Así se llaman los batallones del ejército en el Líbano. En Marruecos, el nombre era griego. Las Falankot eran el “secret
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EL PODER DEL AMOR

“verás su extremo, no verás todo” (Bamidvar 23,13)

Hafalangot, un nombre conocido (no para mí). Así se llaman los batallones del ejército en el Líbano. En Marruecos, el nombre era griego. Las Falankot eran el “secreto del éxito” del imperio macedonio, y con su fundamental ayuda, Alejsander Mokdon (Alejandro Magno) doblegó al poderoso ejército del imperio persa, y conquistó todo el mundo antiguo, desde Africa hasta más allá de la India.

¿Qué era, por cierto, la Hafalanka?

Alejsander llevaba los batallones de su ejército, como formando un cuadrado, protegido fuertemente en todas direcciones, como si fuera un puerco espín, que con sus espinas cuida que nadie se acerque a su cuerpo. Y así, como una sola unidad, avanzaban, sin que nada pudiera detenerlos. La unidad era la base de su fuerza…

¿Y por qué recordamos las Falankot?

Nosotros no las recordamos, sino que el gaon, rabi Iehonatan Aibishitz ztz”l nos la recuerda en su libro “Iaarot Dvash”, refiriéndose a la perasha de esta semana. Como esos batallones, donde la fuerza se concentraba en su unión, “y cuando los soldados se preocupan cada uno en la necesidad de ayudar a su compañero, y están unidos como la situación lo requiere, nadie podrá levantarse contra ellos, inclusive cuando sean superados en número.”

“Pero, cuando se creen inteligentes, y anulan esa unidad, enseguida aparece el desorden, el ruido y la perdición, cayendo sin que nadie pueda salvarlos.”

“He aquí todo el secreto de las guerras…”

Los que recuerdan la “ruptura” en la guerra de Iom Hakipurim, coinciden en que la confusión y el desconcierto, marcaron el desenlace de la guerra. La bandeja “se dio vuelta” y el enemigo escapó, pero escapaban sin que nadie los persiga. Hasta hoy lloran en El Cairo por lo sucedido. Cuando se “cortó” la costura que unía los dos ejércitos egipcios, y ¡empezaron a pelear uno contra el otro!

Y todo esto, dice el gaon, es un ejemplo más para nuestro asunto: vemos que Balak y Bilaam entendieron, que cuando Israel cuida su “unidad”, cuando no se separan, es imposible que cualquier pueblo o cultura pueda dominarlo. Y si se levantan contra ellos, no podrán vencerlos.

Pero cuando un hombre se separa de su compañero, entonces será fácil luchar contra ellos, sus enemigos lo dominarán a voluntad, Jalila.

Esta fue la estrategia de Balak, que dijo: “ven conmigo, por favor, a otro lugar, donde verás su extremo, no lo verás todo, y lo maldecirás desde allí para mí”. Ya que si se ve el pueblo completo, no podrás echarle el mal de ojo. Pero al ver sólo una parte, allí pueden comenzar las acusaciones. Allí, con una parte del pueblo a la vista, aplica el mal de ojo y “desarma” el paquete. Hasta que llega la acusación, poco a poco, a todo el pueblo, Jalila.

Pero el consejo tampoco dio resultado: “no se vio la idolatría en Iaacov, ni el falso servicio en Israel, Hashem, Su D-s está junto a él (con Israel) y la amistad del Rey en él”. Y explicó Rashi: “Hashem, Su D-s, está junto a él”, inclusive cuando se enoje y ellos lo traicionen, Hashem no se apartará de ellos. “Y la amistad del Rey en él”, es un lenguaje de cariño y compañerismo.

Porque cuando Israel está unido, cuando entre dos iehudim reina el compañerismo, se hace merecedor del Amor del Creador. Con el cariño del Bore Olam, Israel tiene un escudo que lo protege de cualquier acusador en el Cielo y estará libre de cualquier peligro o amenaza. Hasta aquí las palabras del gaon, rabi Iehonatan Aibishitz ztz”l, que no sólo tienen relación con nuestra perasha, sino también con todo nuestro calendario.

En estos días ayunamos, el día diecisiete de Tamuz, el día en que las murallas de Ierushalaim no pudieron seguir soportando el hostigamiento del enemigo que sitiaba la ciudad. ¿Cómo es posible que le hayamos entregado al enemigo la cuidad Santa y Santificada? ¿Cómo entender, que el Pueblo de Hashem pueda ser arrasado, Jalila?

El “Beit Sheini” (Segundo Gran Templo), donde había (estudio de) Tora, Servicio a Hashem y Guemilut Jasadim (favor), ¿por qué fue destruido?

Por el odio gratuito, la separación de los corazones. Cuando hay separación el enemigo tiene más fuerza, y puede conquistarnos, Jalila. Si partimos los corazones, ahora la culpa es nuestra…

En los decretos donde Haman, el malvado, quiso exterminar y asesinar a todo el pueblo, cuando intentó acusar, dijo: “hay un pueblo, desparramado y repartido”.

¿Y cuándo decimos que fue el comienzo de la salvación?

Con la orden: “ve y reúne a todos los iehudim”.

Y dijeron nuestros sabios, de bendita memoria (Ieshaiah 57,13): “Besaakja, Iatzluja Kibutzija”, con la reunión de los hijos, se salvaron de las manos de Esav.

Volvamos al ejemplo con que comenzamos nuestras palabras, sobre la Hafalanka. Entre lo que conforma la misión que tiene cada ejército, cada batallón, hay algo que no escapa a ningún soldado: cuidar la unión de las filas, deben formar en unidad…

Y en toda formación, el soldado solamente debe ocuparse del compañero que tiene a la izquierda, a la derecha, adelante y atrás. Y no más.

Así nosotros. ¿Qué nos están pidiendo desde el Cielo? ¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para acercar la Redención? Corregir el pecado que separó nuestros corazones y eliminar el “acusador” que tanto nos hace sufrir.

Cada uno deberá poner “todo” de su parte. Primero, lo más cercano, en casa, el hombre con su esposa. Está escrito: “hombre y mujer, si tienen méritos, la Divinidad estará entre ellos”. Poniendo la paz, la Divinidad descenderá y permanecerá dentro de la casa, no habrá “mal de ojo” ni acusadores. Una vez que arreglamos lo cercano, nos alejamos un poco más, con nuestros compañeros, con la congregación. Y así podremos decir, con tranquilidad en el corazón, como dijeron nuestros sabios: “Señor del Mundo, hicimos nuestra parte, ahora Tú haz Tu Parte”. ¡Envíanos al Mashiaj, pronto, en nuestros días!

Traducido del libro Maian Hashavua.

 

 

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

 



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